martes, 28 de febrero de 2017

¿QUIERES VENIR A LA BEATIFICACIÓN DE LOS MÁRTIRES DE ALMERÍA?

Si quieres unirte a la alegría de la Iglesia Almería de celebrar el testimonio de estos nuevos 115 mártires te conviene saber:
ENTRADAS: La entrada es libre hasta completar aforo. Hay preparados miles de asientos para todos los asistentes. Solo estarán reservados los destinados a los familiares y las autoridades acreditadas. Los demás asientos se irán ocupando con la asistencia de los voluntarios. El Palacio de Congresos estará abierto desde las 8:00h de la mañana del día 25 de marzo. El Palacio dispone de aseos para personas con movilidad reducida.


HORARIO: La celebración de la beatificación comienza a las 11:00h, pero debes de estar antes de las 9:30h para acomodarte en tu sitio. En las horas previas, se ensayarán los cantos de la celebración, se leerán algunos testimonios de los nuevos beatos y habrá sacerdotes disponibles para confesar. La celebración durará 2 horas. En el recinto habrá pantallas gigantes donde poder seguir la celebración que retrasmitirá 13TV en directo.
SACERDOTES: Los sacerdotes deberán traer alba y estola blanca.
¡OJO!: Celebramos la Eucaristía. Por eso, a pesar de celebrarse en el Palacio de Congresos, el clima tendrá que ser de silencio y recogimiento.
GRUPOS: Si vienes con un grupo en un autobús, debes primero avisar a la organización. El chófer os dejará en la puerta accesible y aparcará en los aparcamientos designados por la organización. Los voluntarios del evento os llevarán a vuestro sitio asignado.
EN COCHE PARTICULAR: Si vienes en tu coche particular, una vez cogida la salida de la A7 hacia Aguadulce norte, la policía local de Roquetas de mar te indicará donde aparcar y cómo acceder al Palacio.

PARA MAS INFORMACIÓN PAGINA MÁRTIRES DE ALMERÍA.

MARTIRES DE ALMERIA (41). SIERVO DE DIOS DON ÁNGEL NOGUERA GALLEGOS.

FUENTE DIÓCESIS DE ALMERÍA

Al día siguiente de su nacimiento fue bautizado en la Iglesia Parroquial de santa Escolástica de su ciudad natal. De pequeño se escapaba de casa para ir a la Basílica de la Santísima Virgen de las Angustias, pues decía que: « Tengo que acompañar a la Virgen porque está muy sola. »
Su pronta piedad le llevó al Seminario de Granada. Como seminarista afrontó una dura prueba. Al amputarle una pierna a su padre la familia quedó sin ingresos y, para remediarlo, su madre inició estudios de matrona. A su progenitor no le pareció bien y buscó al siervo de Dios un trabajo de escribiente. A pesar de su juventud, defendió su vocación y fue ordenado presbítero en 1933.
Su ministerio, de tan sólo tres años, no fue fácil. Enviado a la Parroquia de Fuente Vaqueros, los exaltados laicistas lo amenazaron con gran violencia. Pero, como recuerda su hermana doña Antonia: « A pesar de todo mi hermano, debido a su carácter alegre y simpaticón, se ganó a los jóvenes jugando a la pelota, se subía la sotana y jugaba un partidillo con ellos para atraerlos hacia el Señor. » Alarmado por aquella beligerancia, lo enviaron a Alboloduy en 1935.
Al iniciarse la Persecución Religiosa, rechazó las súplicas de su madre para que marchara a Granada. Si bien consistió en refugiarse en el cortijo de la Simona junto a los presbíteros Matarín, siguió celebrando la Santa Misa hasta el veinticuatro de julio de 1936 en que profanaron el templo. Fue detenido el seis de agosto y enviado preso a Almería.

Su hermana cuenta que: «Cuando fueron a sacar a los Obispos, todos los sacerdotes como una piña se levantaron para marchar con ellos a correr la misma suerte y entre ellos estaba mi hermano, y en plan despectivo el que los sacaba les dijo que no tuvieran pena que “mañana os tocará a vosotros”. » Así sucedió con el joven presbítero, mártir a sus veintisiete años.


Para ir a la información sobre D. Ángel Noguera extraída del libro "Los Mártires Granadinos de 1936", de D. Santiago Hoces pinchar AQUI

lunes, 27 de febrero de 2017

MARTIRES DE ALMERIA (40). SIERVO DE DIOS DON MIGUEL MORANO SÁEZ.

FUENTE DIÓCESIS DE ALMERÍA

Fue bautizado al día siguiente de su nacimiento en la Iglesia Parroquial de san Ginés de la Jara de su ciudad natal. En 1909, para responder a su vocación sacerdotal, ingresó en el Seminario de Almería y obtuvo muchas distinciones por sus buenas notas.
Recibió el presbiterado el veinte de marzo de 1920, regresando a Purchena para celebrar su primera Misa el cuatro de abril. Durante su primer año de ministerio fue Coadjutor de Tabernas, sinedo nombrado Cura Ecónomo de Partaloa al año siguiente. Entre 1922 y 1929 atendió la Parroquia de santa María de Líjar.
Párroco de Nuestra Señora de la Encarnación de Félix desde el cinco de mayo de 1929, allí consagraría el resto de su ministerio. Una antigua colaboradora suya, doña Matilde Flores, así lo recordaba: « Mi madre siempre decía: “este hombre es un alma de Dios”. Daba catequesis y era un buen párroco. »

La Persecución Religiosa lo sorprendió muy enfermo de bronquitis y con cuarenta y un años. Detenido a finales de julio de 1936 en la carretera del pueblo, sufrió cárcel en la ciudad de Almería hasta su martirio. Una feligresa de entonces, doña Ana Carretero, decía que: « Nos daba catequesis y buenos consejos. La gente mayor decía que era muy bueno, y los niños lloramos cuando nos dijeron que lo habían apresado en el barco y lo mataron. »

domingo, 26 de febrero de 2017

MARTIRES DE ALMERIA (39). SIERVO DE DIOS DON GREGORIO MORALES MEMBRIVES.

FUENTE DIÓCESIS DE ALMERÍA

Nacido en esta aldea del municipio granadino de Caniles, fue bautizado en su Iglesia Parroquial de san Antonio de Padua al día siguiente de su nacimiento. En 1901 marchó al Seminario de Almería por su vocación presbiteral. Como recordaba su sobrino don Gregorio: «Pertenecía a una familia humilde, sus estudios en el Seminario los pudo hacer sirviendo de fámulo. En vacaciones trabajaba en una fábrica de mosaicos para ayudarse en sus estudios. »
Ordenado presbítero el diecisiete de mayo de 1913 en la capilla de san Indalecio de la Catedral almeriense, su primer destino pastoral fue la capellanía del Convento de las Claras. Entre 1913 y 1915 fue Coadjutor de la Parroquia de Gérgal. Ese mismo año regresó a Almería, como Capellán de la iglesia de la Sagrada Familia. Se ocupó de las capellanías de las Damas Catequistas, de las Hijas de la Caridad, de las Religiosas de María Inmaculada y de Araoz.
En 1919 fue nombrado Sacristán Mayor de la Catedral de la Encarnación, dedicando desde entonces su vida al templo catedralicio. Don Manuel Román González consigna que: «Se ocupaba con gran celo y competencia de la formación de los niños y jóvenes cantores del Colegio de Seises de la Catedral, de donde incluso salían vocaciones para el Seminario. »

Al estallar la Persecución Religiosa buscó refugio en la vega almeriense junto a su sobrino, el siervo de Dios don Pedro Almécija Morales. Allí fueron detenidos el veintitrés de julio de 1936 y, también juntos, padecieron martirio. Cincuenta y tres años de edad contaba al momento de recibir la corona del martirio.

sábado, 25 de febrero de 2017

MARTIRES DE ALMERIA (38). SIERVO DE DIOS DON JOSÉ MARÍA MARTÍNEZ VIZCAÍNO.

FUENTE DIÓCESIS DE ALMERÍA

Bautizado al día siguiente de su nacimiento en la Iglesia Parroquial de la Inmaculada de su alpujarreño pueblo, sus buenas notas le consiguieron una beca en el Colegio del Sacro – Monte de Granada.
Allí maduró su vocación, recibiendo el presbiterado el dos de octubre de 1922 en la Catedral granadina. Su entrañable paisano, el beato don Diego Ventaja Milán que por entonces era rector del Sacro – Monte, predicó durante su primera Misa en Ohanes el doce de octubre. Trece años después, cuando el siervo de Dios era Cura Párroco de Churriana de la Vega, el beato Ventaja le pidió que le acompañase como secretario al inaugurar su episcopado en Almería. Su respuesta fue profética: «Hasta que la muerte nos separe. »
El fiel secretario acompañó a su Prelado durante su calvario, siendo detenido con él el doce de agosto de 1936 y compartiendo prisión en las Adoratrices y en el barco Astoy Mendi. La falta de espacio en el furgón impidió que fuera martirizado junto a su amado beato don Diego.

Al día siguiente del martirio del Obispo mártir, don Manuel Román González cuenta que: «Culminó su calvario con una muerte ejemplar. Invocó a Cristo Rey, perdonó a sus verdugos y se despidió de sus amigos y compañeros de prisión con un “Hasta el Cielo”. » Tenía treinta y ocho años.

viernes, 24 de febrero de 2017

MARTIRES DE ALMERIA (37). SIERVO DE DIOS DON PEDRO MARTÍN ABAD.

FUENTE DIÓCESIS DE ALMERÍA

Nacido en una piadosa familia de comerciantes, que lo consagraron al Sagrado Corazón nada más nacer, fue bautizado en la Iglesia Parroquial de su ciudad natal a los tres días de su nacimiento. Niño humilde y muy unido a sus hermanos, ingresó en 1914 en el Seminario de Almería.
Aún como seminarista fue nombrado Organista del Seminario; en 1922, Sacristán del Convento de las Puras y, dos años después, Organista del Sagrado Corazón de Almería. En 1924, tras brillantísimas oposiciones, tomó posesión del beneficio de primer Organista de la Catedral de la Encarnación de Almería. A la música sagrada y al templo catedralicio dedicaría el resto de su existencia.
Recibió el presbiterado el once de octubre de 1925. En 1928 fundó la Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Amargura, conocida rápidamente por los almerienses como El Encuentro.
Oculto en la casa de la familia Bolea al comenzar la Persecución Religiosa, al enterarse de la detención del beato don Diego Ventaja dijo: «Sí han detenido al señor Obispo, ¿por qué no me he ido yo también con él? » Instantáneamente abandonó su refugio y fue detenido el veintisiete de agosto de 1936. Preso en el barco Astoy Mendi, fue sometido a terribles torturas. Como se negó a blasfemar, un compañero de cautiverio recuerda que: «Lo sacaban a cubierta para pegarle y le hacían pasar tormentos horrendos, amarrándolo con una cuerda al cuello, subiéndolo y bajándolo por una polea. »

Enfermo por las torturas, fue martirizado a los treinta y cinco años. Junto a su cadáver, salvajemente mutilado, su hermano encontró las medicinas que le había enviado y no le dejaron tomar.

jueves, 23 de febrero de 2017

MARTIRES DE ALMERIA (36). SIERVO DE DIOS DON ENRIQUE LÓPEZ RUIZ.


Nacido en tierras granadinas, recibió el Santo Bautismo a los dos días de su nacimiento en la Iglesia Parroquial de san Benito de su pueblo natal. Llamado al sacerdocio, estudió en el Seminario de Granada y allí recibió el presbiterado.
El uno de octubre de 1928 fue nombrado Cura Ecónomo de Nacimiento, a cuya Parroquia de Nuestra Señora de las Angustias dedicó toda su vida ministerial. Su antiguo monaguillo, don Francisco Martínez Parra, recuerda que: « En el pueblo era querido por todos porque a todos nos trataba con dedicación y cariño. Era un verdadero apóstol de Jesucristo; nos animaba a vivir la vida cristiana y nos daba siempre ejemplo con su propia vida. »
Iniciada la Persecución Religiosa, los mismos milicianos quisieron que se marchara del pueblo porque todos lo querían mucho. Él se negó resueltamente a dejar su Parroquia y les dijo: « ¿Quién iba entonces a decir Misa a esta gente? » No tardaron muchos días en violar su propio hogar y detenerlo, sin resistencia alguna por su parte. Ya preso, fue enviado a la ciudad de Almería.

La noche del treinta de agosto de 1936, en el barco Astoy Mendi que había sido convertido en cruel prisión, todos los presbíteros fueron llamados por sus verdugos. Don Bienvenido Ayala contaba que, como no fue pronunciado el nombre del siervo de Dios, éste: «Se puso en pie para identificarse también como sacerdote. Mi tío, que estaba junto a él, le tiraba del pantalón para impedir que se levantara, pero el siervo de Dios le decía que él no se negaba; y añadió: “No puedo, Cristo me llama”. Se puso en pie y se entregó voluntariamente al martirio. » Fue coronado con la gloria del martirio a sus treinta y cinco años de edad.

miércoles, 22 de febrero de 2017

NUESTROS MÁRTIRES. LA SANTIDAD ES DE DIOS.

La santidad viene de Dios.
Decía el Papa Francisco hace unos días que "la santidad no se compra”. Y es que si algo tenemos claro mirando a nuestros mártires, es que la santidad es de Dios, ellos se han dejado llevar por El, no han sido sus fuerzas humanas las que los impulsaron a entregar voluntariamente sus vidas, la santidad no es cosa de fuerzas humanas.

De la red
Para nosotros, personas normales, cristianos normales, normalmente no llegaremos  a una muerte heroica, nuestra santidad es sencilla, la de los hijos de Dios, aunque se nos exigirá lo mismo que a ellos, también con palabras del Papa Francisco, cuatro elementos imprescindibles que hacen posible el camino de santidad a la que estamos llamados todos los cristianos:   “coraje, esperanza, gracia y conversión".

Nuestros mártires hicieron suyos en un solo momento todos estos elementos, ellos se presentaron de modo irreprensible ante Dios; El los llamó y ellos respondieron.

Paco H.

MARTIRES DE ALMERIA (35). SIERVO DE DIOS DON JOSÉ LARA GARZÓN.

FUENTE DIÓCESIS DE ALMERÍA

Nació en esta bella villa granadina y recibió las aguas bautismales en su Iglesia Parroquial de la Encarnación. Estudió en el Seminario de Granada y fue ordenado presbítero el veintitrés de diciembre de 1899 en la Catedral de Granada.
El uno de mayo de 1902 tomó posesión de la Parroquia de san Isidro de Alcaudique y de la Coadjutoría de Berja, a las que dedicó más de tres décadas de su ministerio. Presbítero celoso de su ministerio, a la muerte de su cuñado tuvo que mantener a su familia. Su sobrino don Pedro recordaba que: «Se había echado la responsabilidad de sacarnos adelante a mis hermanos y a mis primos, haciéndose cargo de nuestro comercio. Con los pobres era generoso y los atendía en sus necesidades con verdadera alegría y caridad cristiana. No le importaba la hora a la que llamaran a su puerta para socorrerlos. »
No tardaron en amenazarlo al comenzar la Persecución Religiosa, como narra su sobrino: «Lo llevaron al cementerio de Berja con ánimo de matarle allí mismo, y le propusieron que si pisoteaba el crucifijo, le perdonaban la vida, pero él no claudicó. Ante sus enemigos no mostró rencor. Durante cuatro días, antes de ser apresado, repetía en voz alta la misma frase: “Señor, perdona a los que me van a matar”. »

A sus sesenta años, el veintiocho de julio de 1936, marchó a Almería para pedir clemencia al Gobernador Civil. Trataba así de seguir trabajando por su familia pero, al enterarse de su condición presbiteral, lo mandó directamente a prisión y en menos de tres meses al martirio.

martes, 21 de febrero de 2017

MARTIRES DE ALMERIA (34). SIERVO DE DIOS DON FRANCISCO DE HARO MARTÍNEZ.


Nacido en la marinera villa de tierras murcianas, fue bautizado en su Iglesia Parroquial de san Antonio de Padua a los dos días de su nacimiento. Su vocación al sacerdocio la comenzó en el Seminario de Murcia en 1897, pasando después por el Seminario de Barcelona y concluyendo sus estudios en el Seminario de Almería.
Ordenado presbítero el cuatro de agosto de 1912 en la capilla de san Indalecio de la catedral de Almería, desde el año anterior era Sochantre del templo catedralicio al que sirvió durante once años. Además de este oficio, fue capellán de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados desde 1914 y de las Hermanitas de los Pobres desde 1916. Además, fue Prefecto de disciplina del Sínodo Diocesano de 1929. Ese mismo año fue nombrado Vicesecretario de la Junta Directiva de la Asociación de la Buena Prensa.
Íntimo amigo del siervo de Dios don Francisco Roda Rodríguez, el amigo de éste recuerda que: « era una persona íntegra y en defensa de la Religión, en varias ocasiones se enfrentó en el Paseo del Príncipe con los integrantes de la horda roja, manifestando que cuanto más persiguieran la sotana, más se honraría en llevarla. »

En julio de 1936, en el ardor de la Persecución Religiosa, fue detenido ante su madre en su propia casa. Don Manuel Román recuerda que: «Fue especialmente molestado en su cautiverio, en la prisión, hasta el martirio, que aceptó heroicamente. Su vida siempre fue de gran dignidad y ejemplaridad sacerdotal. Sencillo, con la austeridad como norma. Su cadáver apareció en el pozo de la Lagarta, presentaba huellas de serias torturas. » Cincuenta años de edad tenía al ser martirizado.

lunes, 20 de febrero de 2017

MARTIRES DE ALMERIA (33). SIERVO DE DIOS DON JOSÉ GÓMEZ MATARÍN.

FUENTE DIÓCESIS DE ALMERÍA

Recibió el Bautismo a los cinco días de su nacimiento en la Iglesia Parroquial de san Juan Bautista de su pueblo natal. Hijo de una cristiana familia, tuvo diez hermanos y uno de ellos fue el canónigo granadino Monseñor don Alberto Matarín. Estudió en los Seminarios de Almería y de Granada, destacando en las disciplinas musicales.
Ordenado presbítero en 1909 en la ciudad de Granada, los dos primeros años de su ministerio fue Coadjutor de Íllora y Adra. El uno de octubre de 1911 tomó posesión de la Parroquia de santa Ana de Íllar, a la que dedicó veinticinco años de solícita entrega.
Iniciada la Persecución Religiosa buscó amparo en la casa paterna de Alboloduy y, para mayor seguridad, se refugió en el cortijo de la Simona en las cumbres de Montenegro el cinco de agosto de 1936. Días después, su sobrino don Rafael refiere que: « Yo era un niño de siete años y estaba en la puerta del cortijo jugando cuando llegaron dos hombres, me mostraron una pistola y me dijeron: “aquí hay dos curas”, y yo les dije: “aquí no hay ningún cura”. Pero mi tío y el párroco de Alboloduy que estaban dentro desayunando, al oírlo salieron y dijeron: “Sí, estamos aquí”, y se los llevaron. » Su hermano pudo escapar, pero ellos fueron prendidos y, tras una cruel prisión en Alhama de Almería, encarcelados en Almería.

Conducido al pozo de la Lagarta, antes de ser martirizado se giró hacia sus verdugos y les dijo: « No sabéis lo que hacéis, permitid que os bendiga. » Contaba con cincuenta y un años de edad.

domingo, 19 de febrero de 2017

MARTIRES DE ALMERIA (32). SIERVO DE DIOS DON CARMELO CORONEL JIMÉNEZ.


Nacido a orillas del Andarax, fue bautizado en la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Rosario de su pueblo natal. Decidido a responder a su vocación sacerdotal, ingreso en el Seminario de Almería.
Ordenado presbítero el veintitrés de septiembre de 1899 en Guadix, el primer año de su ministerio lo vivió como paje del Obispo don Santos Zárate Martínez. Fue capellán de las Claras de la ciudad de Almería desde 1901 a 1904. Cura Ecónomo de Sorbas en 1908, al año siguiente fue nombrado capellán de las Hermanitas de las Ancianos Desamparados hasta 1910. Tras ocuparse de la coadjutoría de san Pedro de Almería, fue Cura Ecónomo de Tabernas y Párroco – Arcipreste de Gérgal en 1912. Desde 1913 fue Cura propio de Santiago Apóstol de la ciudad de Almería, permaneciendo a su frente durante un cuarto de siglo.
Presbítero de enorme cultura, en 1906 se licenció en Teología por el Seminario de Granada. Además de impartir clases en el Colegio de la Trinidad y en el Seminario de Almería, escribió el libro Acción Parroquial mediante el apostolado eucarístico. Asiduo colaborador del diario católico La Independencia, era director de la Hoja Parroquial de Almería. En Gérgal fundó la Casa Social y la Asociación Eucarística de Oración y Trabajo, para atender a los obreros y a los enfermos. Con el mismo fin, fundó en Tabernas el Patronato de Obreros.

En su misma casa fue detenido el diez de agosto de 1936 y sufrió prisión con los beatos Obispos de Almería y Guadix. Su sobrina doña María Álvarez Coronel recordaba que: « Cuando lo sacaron del barco, él era consciente de que lo llevaban al martirio. Camino de Tabernas animaba a sus compañeros, con fe y esperanza en la vida eterna. Lo mataron sólo por ser sacerdote. »

sábado, 18 de febrero de 2017

MARTIRES DE ALMERIA (31). SIERVO DE DIOS DON LISARDO CARRETERO FUENTES.

Alumbrado en las tierras alpujarreñas que tanto marcarían su vida, recibió las aguas bautismales a los tres días de su nacimiento en la Parroquia de la Inmaculada de su pueblo natal. Muerto muy pronto su padre, tuvo que criar a sus diecinueve hermanos junto a su madre con gran precariedad. En 1896 pudo responder a su vocación sacerdotal al ingresar en el Seminario de Almería, si bien estudió posteriormente en los de Guadix y Granada con buenas notas.
Ordenado presbítero el dieciocho de septiembre de 1908 en Granada, fue Coadjutor de la Parroquia de la Inmaculada de Adra hasta 1910. En los años sucesivos sirvió en las coadjutorías de su pueblo natal y de Ohanes. Fue Cura Ecónomo de Albuñol, Algarinejo, Ugíjar y Rágol.
En 1923 fue nombrado Párroco – Arcipreste de Canjáyar, donde entregaría el resto de su ministerio y se ganaría el amor de los canjilones. Su sobrino don Inocencio recuerda que: «Con su escasa asignación económica, socorría también a los pobres. Él respondía siempre “Dios proveerá” a la señora que lo atenía, cuando andaban escasos para comer cada día. Era un hombre de gran bondad. »
Al estallar la Persecución Religiosa, su feligresa doña Dolores Hernández recordaba que: «Se encontraba leyendo un libro cuyo título era Los mártires de la Alpujarra y me dijo “Qué suerte morir mártir”. » Cuando intentaron que se ocultara respondió: «No puedo abandonar mi Parroquia ni a mis feligreses porque nada tengo que temer; nadie se meterá conmigo porque jamás hice mal alguno. » El diecinueve de julio de 1936 puso a salvo el Santísimo y a la Santa Cruz del Voto, siendo detenido y enviado a Almería nueve días después, tras una cruel prisión en Alhama de Almería.
En la cárcel, sus verdugos creyeron que había perdido el habla por su heroica mansedumbre. A los cincuenta y dos años coronó con el martirio, en el pozo de la Lagarta, su virtuosa existencia.

viernes, 17 de febrero de 2017

MARTIRES DE ALMERIA (30). SIERVO DE DIOS DON DOMINGO CAMPOY CALVANO


Nacido en una humilde familia almeriense, dedicada a la calderería, fue bautizado en la Iglesia Parroquial de san Sebastián. A la Santísima Virgen del Carmen allí venerada, tributaría una gran devoción a lo largo de toda su vida. Estudió con las Hijas de la Caridad y, en 1913, ingresó en el Seminario de Almería.
Fue ordenado presbítero el once de octubre de 1925 y cantó su primera Misa dos semanas después en el Santuario de la Santísima Virgen del Mar. Durante los primeros seis años de su ministerio fue Salmista de la Catedral, organista de la Parroquia de san José, maestro del Colegio de Seises, Teniente Cura Castrense y Coadjutor de la Parroquia de Santiago.
En 1931 fue nombrado Coadjutor de su Parroquia natal. Presbítero joven y extrovertido, se hizo muy conocido por toda la ciudad. Valiente en su apostolado, fue detenido hasta cuatro veces durante la República. Su sobrino, don José, cuenta que: « Todas las mañanas aparecía, escrito con tiza en la puerta de su casa, esta frase: “Aquí hay un cura. Hay que matarlo”. Mi abuelo cada mañana, muy temprano, quitaba con agua la frase para que la familia no supiéramos nada. »

Detenido en las inmediaciones de la Catedral el diecinueve de julio de 1936, al preguntarle por su ideología respondió: « Yo, soy sacerdote de Cristo, ¿no me habéis conocido?» Le propinaron tal tortura que hasta el mismo médico del barco Astoy Mendi quiso llevarlo al hospital, pero el sargento Cañadas le respondió: « No hace falta, porque esta misma noche lo voy a matar. » Así lo hizo el verdugo en el pozo de la Lagarta, jactándose luego: « ¡Qué buena puntería he tenido, le he dado una muerte cruel, descargándole todos los disparos por la cabeza que se la he hecho saltar! ». Tenía treinta y tres años.

jueves, 16 de febrero de 2017

MARTIRES DE ALMERIA (29). SIERVO DE DIOS DON JOAQUÍN BERRUEZO PRIETO


Nacido y bautizado en Olula de Castro, la pronta muerte de su padre lo vinculó a su piadosa madre, doña Carmen, que lo educó santamente. Estudió en el Colegio de Seises de la Catedral de Almería y en el Seminario de san Indalecio. Ya como seminarista dio pruebas de su afán evangelizador, propagando el apostolado de la Buena Prensa por diversos lugares.
Ordenado presbítero el veinte de mayo de 1921, el tres de junio cantó su primera Misa en Santa Cruz de Marchena. Doctorado en Teología y eminente orador sagrado, poseía una gran cultura y agudos conocimientos de los místicos españoles. Además, era un fiel amante de la Sagrada Liturgia. Ingresó en la Hermandad de Operarios Diocesanos, siendo destinado a los Seminarios de Segovia, Sevilla, Astorga y Belchite.
Reintegrado al clero diocesano por enfermedad de su madre, y tras ser Ecónomo de su pueblo natal, fue nombrado Cura Regente de Níjar en 1935. A pesar de la brevedad de su ministerio, es difícil sintetizar la afectuosa memoria que guardan de él los nijareños. Presbítero simpático, nadie acertaba a descubrir cuando dormía o comía; pues todo lo entrega a los demás. Dinámico y amigo de la juventud, hasta parte de sus ingresos acababan en la Casa del Pueblo para socorrer a los parados.

Iniciada la Persecución Religiosa, las autoridades locales no se atrevieron a prenderlo y le pidieron que se marchase. La niña Francisca Herrero Ruiz recordaba así su despedida de Níjar: «Yo le saludaba entre lágrimas y él me dijo: “No te apures, hija mía” y señaló con la mano hacia el cielo. » Refugiado primero en Almería y luego en Santa Cruz de Marchena, fue detenido el seis de agosto de 1936. Tres días después, en el convento de las Adoratrices, pudo despedirse de su queridísima madre y lo trasladaron al barco Astoy Mendi. Desde allí partió hacia la gloria del martirio a sus treinta y siete años.

miércoles, 15 de febrero de 2017

MARTIRES DE ALMERIA (28). SIERVO DE DIOS DON SEGUNDO ARCE MANJÓN


Fue bautizado el mismo día de su nacimiento en la Iglesia Parroquial de san Mamés de su aldea burgalesa natal. Sobrino del célebre padre Manjón, fundador de las Escuelas del Ave María, la influencia de su tío resultó esencial en su vida.
Estudió primeramente en Quintanilla Escalada, hasta que su tío lo trajo al Colegio Seminario del Sacro – Monte en la ciudad de Granada. Allí fue discípulo de los beatos don Diego Ventaja Milán y don Manuel Medina Olmos, compartiendo cuidados con el siervo de Dios don Juan Garrido. Ordenado presbítero el veintiocho de mayo de 1904, celebró su primera Misa en la capilla del Colegio del Ave María de Granada el diez de junio. Profesor del Colegio Seminario de Maestros de Granada desde 1905, dos años después se licenció en Teología y fue nombrado capellán del Sacro – Monte. En 1908 su tío le confío la dirección del Colegio – Seminario de Maestros.
A inicios del mes de julio de 1936 coincidió con su buen amigo el beato Obispo de Guadix en la ciudad de Granada, con motivo de la apertura del proceso de beatificación de su tío. Al regresar el beato don Manuel Medina a Guadix el siervo de Dios no quiso abandonarlo, ante el cariz que tomaban los acontecimientos. En la ciudad accitana les sorprendió la Persecución Religiosa, confesándose mutuamente el veinticinco de julio. Detenidos salvajemente dos días después, fueron brutalmente trasportados a Almería y sufrieron prisión con el beato Diego Ventaja Milán.

A sus cincuenta y seis años, separado de los Obispos, padeció el martirio en el pozo de la Lagarta.

martes, 14 de febrero de 2017

ALMERÍA CELEBRA EN MARZO LA BEATIFICACIÓN DE 115 MÁRTIRES.

La ceremonia prevé reunir a unas 4.500 personas en el Palacio de Congresos de Aguadulce.
El Palacio de Exposiciones y Congresos de Aguadulce, en Roquetas de Mar, acogerá el sábado 25 de marzo la ceremonia de beatificación de los 115 mártires de Almería incluidos en la causa ‘José Álvarez-Benavides y de la Torre y 114 compañeros muertos en odio a la fe’.
El acto, que comenzará a las once de la mañana, estará presidido por el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos.
Los 115 mártires fallecieron entre julio de 1936 y enero de 1939. Todos eran naturales de Almería y de su diócesis o bien residían dentro de los límites actuales de su territorio “en el tiempo de la persecución religiosa en la que fueron martirizados”, explica un documento presentado ayer por el obispo de Almería, Adolfo González Montes.


En la relación de nombres hay 95 sacerdotes (62 naturales de la diócesis de Almería) y 20 seglares, de los que dos son mujeres cuyo “martirio heroico” aún “sobrecoge hoy”: Carmen Godoy Calvache, natural de Adra, y Emilia Fernández Rodríguez, de Tíjola.
Esta última, conocida como ‘La canastera’, se convertirá en la primera mujer de raza gitana que será beatificada en el mundo. “Ella atrae el fervor y el calor de su propia etnia. Se está preparando una gran peregrinación al acontecimiento de su beatificación que se organiza desde el departamento de pastoral gitana. Van a venir gitanos de toda España e incluso algunos del extranjero”.
Aunque se asegura que el número de asistentes a un evento de esta magnitud es “imprevisible”, el vicario general Miguel Romera desveló que se van a disponer 3.500 sillas en el recinto para presenciar la ceremonia. “Y otras mil que tenemos en reserva”, apuntó. En cualquier caso, el Palacio de Exposiciones podría llegar a acoger hasta 7.000 personas. Para el obispo, la “estructura” del recinto permite contar con la “seguridad” y el “conjunto de servicios necesarios” para una concentración así. 
Hecho histórico
La beatificación de estos 115 mártires supone un acontecimiento histórico para la diócesis de Almería. “Benedicto XVI decidió que estas beatificaciones hicieran partícipes a las iglesias diocesanas. Una decisión que ha mantenido el Papa Francisco”, explicó González Montes.
El estudio de la causa comenzó en su fase diocesana bajo el papado de Juan Pablo II. Fue el 11 de abril de 1995, Martes Santo, en la Catedral de Almería. Declararon más de 500 testigos y se recogió abundante documentación que conformó los autos de la causa de más de 10.000 páginas, que se cerró en Almería el 21 de mayo de 1998.
Después, pasó a su estudio en la Congregación para las Causas de los Santos de Roma donde el 26 de febrero de 1999 se decretó la validez de la instrucción diocesana. En julio de 2003 se entregó la Positio, documento resumen de toda la instrucción. 
Tras su estudio en la congregación romana por historiadores, teólogos y cardenales y obispos, el Papa Francisco firmó el decreto que reconoce el martirio de todos ellos y autoriza su beatificación el pasado 14 de junio, según repasa la documentación ofrecida por el obispado de Almería.

Tras la ceremonia del 25 de marzo, la Catedral de la Encarnación acogerá el domingo una misa de acción de gracias. Y un día antes, en la tarde del viernes 24, tendrá lugar, también en el templo catedralicio, la celebración solemne del canto de vísperas. “Dos momentos que dan marco espiritual a la beatificación”, concluyó el obispo.

MARTIRES DE ALMERIA (27). SIERVO DE DIOS DON PEDRO ANTONIO ALMÉCIJA MORALES


Nacido en el valle del Andarax, fue bautizado en la Iglesia Parroquial de santa María Magdalena de su pueblo natal. En los colegios de la Milagrosa y la Salle estudió Magisterio, pero su vocación al sacerdocio fue más fuerte e ingresó en el Seminario de Almería a los diecisiete años.
Los once años de su ministerio pastoral los desarrolló, excepto cuando estuvo destinado en Bentarique, en la abrupta sierra de los Filabres. El resto los entregó a Tabernas, Cherchos, Benitorafe y Alcudia. Finalmente, fue Cura Ecónomo de Benitagla. Don Manuel Román González lo recordaba de este modo: « Además de llevar a cabo su labor pastoral como párroco, realizaba las funciones de maestro de escuela. Con frecuencia se trasladaba a la capital a buscar medios para aquellos moradores que vivían con sufrida y alarmante pobreza. Dio siempre ejemplo de su entrega a los demás y puede decirse que entregó hasta su vida como sacerdote y misionero de aquellas tierras agrestes de Benitagla. »
En la Persecución Religiosa lo amenazaron con jugar a la pelota con su cabeza, por lo que se internó en la vega de Almería con un tío suyo sacerdote, el siervo de Dios don Gregorio Morales Membribes. El presbítero Gallego Fábrega narraba así lo acontecido: «El veintitrés de julio le detuvieron y maltrataron, fue conducido al Comité Central. Preso en las Adoratrices, barco prisión Capitán Segarra y Astoy Mendi. Jamás negó que era sacerdote. Todos se admiraban de su paciencia, resignación y de su oración continua en silencio ».

Junto a treinta compañeros, fue arrastrado por un tortuoso camino hasta el pozo de la Lagarta y martirizado a los treinta y tres años de edad.

lunes, 13 de febrero de 2017

MARTIRES DE ALMERIA (26). SIERVO DE DIOS DON FRANCISCO RODRÍGUEZ CARMONA

MARTIRES DE ALMERIA (26). SIERVO DE DIOS DON FRANCISCO RODRÍGUEZ CARMONA

FUENTE DIÓCESIS DE ALMERÍA

Bautizado el día siguiente de su nacimiento en la Iglesia Parroquial de la ciudad veratense, sintió desde pequeño la vocación al sacerdocio. Para costear sus estudios sus padres debieron esforzarse mucho. Su padre, don Juan, marchó a trabajar fuera y su madre, doña Francisca, sirvió en varias casas.
Tras unos primeros estudios en la Preceptoría de Vera, en 1924 ingresó finalmente en el Seminario de Almería. Ordenado presbítero el once de junio de 1933, tres meses después fue enviado como Coadjutor a la Parroquia de Tabernas. Exceptuando cuatro meses de 1934 en que fue Cura Ecónomo de Senés, sus escasos tres años de ministerio los consagró a la coadjutoría de Tabernas.
A pesar de su juventud, los taberneros guardan el precioso testimonio de su vida. De este modo lo recordaba un niño de entonces: « Era un sacerdote muy querido por el pueblo. Algunas tardes se venía con los niños y los jóvenes a jugar a la reja. Yo me llevaba muy bien con él. Era un sacerdote muy piadoso, la Misa la decía con mucha devoción, nos hablaba mucho de la Virgen, todas las tardes rezaba el Rosario en la iglesia. A los niños y jóvenes nos daba catequesis, se sentaba a confesar todos los domingos, nos explicaba el Evangelio y atraía a la gente a Dios. »

Sus escasos veintiséis años no impidieron su violenta detención el veinticuatro de julio de 1936, siendo apresado en la cárcel del pueblo y luego enviado a Almería. Junto a los beatos Obispos de Almería y Guadix fue martirizado el jovencísimo presbítero.

domingo, 12 de febrero de 2017

MARTIRES DE ALMERIA (25). SIERVO DE DIOS DON TORCUATO PÉREZ LÓPEZ


Natural de la ciudad de Guadix, en la Iglesia Parroquial de Santa Ana recibió las aguas bautismales a los dos días de su nacimiento. Tras estudiar en el Seminario de san Torcuato, fue ordenado presbítero el veintisiete de mayo de 1904.
Los cuatro primeros años fue empleado en diversos ministerios pastorales, hasta que en 1908 fue nombrado Sacristán mayor de la Catedral de santa María de la Encarnación de Guadix. Al templo catedralicio se dedicó con primor, entregándole hasta su magra herencia y cada una de sus horas.
El canónigo Sánchez Cuevas consigna así su recuerdo: «Aunque algo adusto en el trato, en el servicio fue esclavo de su deber, tenía el templo tan aseado que algunos llegaron a quejarse de que en el Coro, obra de arte de los mejores en su género en España, donde tantos y tan buenos existen, no aparecía la pátina del tiempo debido a su limpieza, el pavimento estaba como un espejo. En los días siniestros de los incendios, antes del movimiento pasaba en las puertas de la catedral las noches en vela por sí alguno se acercaba a prender fuego. »

Tras sufrir terribles amenazas porque creían que escondía las alhajas de la Catedral, fue detenido el veintisiete de julio de 1936 y enviado, junto al beato don Manuel Medina Olmos y otros presbíteros, a la ciudad de Almería. Él, a sus cincuenta y cinco años, compartió prisión y martirio con todos ellos.

sábado, 11 de febrero de 2017

MARTIRES DE ALMERIA (24). SIERVO DE DIOS DON MARIANO MORATE DOMÍNGUEZ


Nacido en la ciudad bañada por el río Carrión, fue bautizado en la Iglesia Parroquial de san Miguel. A su vocación sacerdotal unió la intelectual, cursando brillantes estudios en los Seminarios de Palencia y Salamanca. Doctorado en Teología por la Universidad de Salamanca, hizo lo propio en la Universidad Pontificia de Comillas en la disciplina de Derecho Canónico.
Fue ordenado presbítero el diecinueve de septiembre de 1908. En 1911 recibió su primera misión pastoral, como Coadjutor de la Iglesia filial de santa María de Becerril de los Campos. Los dos años siguientes fue Cura Ecónomo de Villasavariego de Ucieza. En 1913 regresó al Seminario de su ciudad natal como profesor y, en 1925, tomó posesión como canónigo de la Catedral palentina.
A Almería llegó en 1933, al permutar su canonjía. Además de sus obligaciones en la Catedral, se hizo cargo de dar clases en el Seminario. Cuando se inició la Persecución Religiosa contaba con cincuenta y un años.

Un seminarista de la época recuerda lo acontecido: «Se sentó en un banco de hierro que había en la plaza, frente a la misma puerta del Seminario. Al salir don Ángel Alonso Escribano, siervo de Dios y operario diocesano y yo, don Ángel le dijo: “Don Mariano ¿es que se va a quedar ahí sentado?” Él contestó: “Yo no conozco a nadie. Sí me han de martirizar, lo mismo me da a mí que sea aquí que en otra parte. Aquí a nadie pongo en peligro de ser perseguido”. Y allí se quedó; allí lo cogieron y allí comenzó su calvario hasta su muerte. Era un sacerdote ejemplar y bondadosísimo. Aún ahora parece que lo estoy viendo. Yo le quería mucho por su afabilidad y gratitud; por todo te decía: “gracias”. »

viernes, 10 de febrero de 2017

MARTIRES DE ALMERIA (23). SIERVO DE DIOS DON SANTIAGO MESA LEYVA


Sus padres, humildes zapateros, lo llevaron a bautizar a los nueve días de su nacimiento en la Iglesia Parroquial de san Miguel Arcángel de su ciudad natal. En 1888, para responder a su vocación sacerdotal, ingresó en el Seminario de san Torcuato. Fue ordenado presbítero el veintitrés de diciembre de 1900.
Su primer encargo pastoral fue el de Coadjutor de la Peza, pasando después a servir a la parroquia de Venta Quemada como Cura Encargado desde 1906 a 1912 y Cura en propiedad desde 1912.
Beneficiado de la Catedral de santa María de la Encarnación de Guadix desde 1914, dedicó el resto de su vida al servicio del culto catedralicio y siempre cumplió fielmente sus obligaciones en el coro. Precisamente este celo sería la causa de su martirio pues, como recuerda el canónigo Sánchez Cuevas, al comienzo de la Persecución Religiosa: «A ella se dirigió el veinticinco de julio del año trágico, por no quedarse sin celebrar el día de su santo. Con este motivo lo detuvieron y le condujeron al furgón humillante y de allí, a Almería. »

De este modo, a sus sesenta y un años, compartió el martirio de los beatos Obispos de Almería y de Guadix.

UNA VEINTENA DE SACERDOTES DIOCESANOS DE GRANADA SERÁN BEATIFICADOS EN ALMERÍA.


En la Causa de José Álvarez-Benavides y de la Torre y 114 compañeros mártires de Cristo en la persecución religiosa en España del siglo XX. Las beatificaciones tendrán lugar en Aguadulce (Almería) el 25 de marzo.
En la Causa de beatificación que promueve la Diócesis de Almería del deán José Álvarez-Benavides y de la Torre y 114 compañeros mártires de Cristo, figuran una veintena de sacerdotes diocesanos de Granada. Todos ellos murieron por amor a Cristo y por no renunciar a la fe en la persecución religiosa que comenzó en el año 1934 y se recrudeció en la guerra civil española de 1936-1939.
En el momento de la persecución y el martirio, una parte significativa de la Diócesis de Almería formaba parte de la Archidiócesis de Granada, hasta el año 1957. Son los llamados arciprestazgos de la llamada “Alpujarra almeriense”, donde dieron su vida a causa de la fe un grupo de sacerdotes granadinos que van a ser beatificados. Estos sacerdotes son naturales de parroquias que fueron o son hoy de nuestra diócesis, y en algunos casos en nuestras parroquias reposan sus restos.
Junto a ellos también hay cinco sacerdotes de Almería que guardan alguna relación con Granada, y trece seglares relacionados con nuestra Diócesis. Asimismo, entre los nuevos beatos de Almería hay tres sacerdotes de las Escuelas del Avemaría.
La ceremonia de beatificación de los 115 nuevos mártires de Almería tendrá lugar el 25 de marzo, a las 11 horas, en el Palacio de Congresos de Aguadulce. La ceremonia será presidida por el Cardenal Ángelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos como legado pontificio del Papa Francisco.
“Los mártires de Almería forman parte de los Mártires del siglo XX en España: no estuvieron implicados en política, no empuñaron armas, no eran de ningún bando”, explicó el Obispo de Almería, Mons. Adolfo González Montes, Diócesis que acogerá la causa de beatificación de 115 mártires que fueron asesinados a causa de su fe.