viernes, 28 de abril de 2017

ARCHIDIOCESIS DE GRANADA. EUCARISTÍA DE ACCIÓN DE GRACIAS POR LA BEATIFICACIÓN DE LOS MÁRTIRES DEL SIGLO XX DE ALMERÍA.

Según informó el pasado 10 de marzo la Archidiócesis de Granada, el próximo domingo 7 de mayo, a las 12:30, se celebrará una Eucaristía de acción de gracias por la reciente beatificación del Deán José Álvarez-Benavides y de la Torre y 114 compañeros mártires de Cristo”.


Para la Iglesia de Granada es motivo de alegría y gozo la beatificación de estos nuevos beatos, 34 de los cuales están relacionados con la Archidiócesis de  los cuales 14, son naturales de nuestra Archidiocesis:

  1. Luis Eduardo López Gascón (Granada), Párroco de Adra 
  2. Ángel Noguera Gallegos (Granada), Párroco de Alboloduy 
  3. Emilio Antequera Lupiañez, (Narila - Granada), Rec. Igl. Sgr Corazón 
  4. José Lara Garzón ( Montefrío - Granada), Coadjutor de Berja 
  5. Enrique López Ruiz (Trevélez - Granada), Párroco de Nacimiento 
  6. Gregorio Morales Membrives (Rejano - Granada), Sacristán Mayor Catedral
  7. Manuel López Álvarez (Mairena - Granada), Párroco de Alcolea 
  8. Facundo Fernández Rodríguez (Válor - Granada), Párroco de Darrical
  9. Juan Moreno Juárez (Válor - Granada), Párroco de Beninar
  10. Juan Muñoz Quero (Mecina Alfahar - Granada), Párroco de Sorvilán (Gr)
  11. Antonio García Fernández (Piñar - Granada), Canónigo Arciprestre
  12. Andrés Molina Muñoz (Ogíjares - Granada), Cura Regen. de Instinción
  13. Antonio Sierra Leyva (Churriana de la Vega - Granada), Capellán Colegio Divina
  14. Jaime Calatrava Romero (Granada), Abogado / A.C

miércoles, 19 de abril de 2017

NUESTROS BEATOS: FAROS QUE NOS INDICAN DONDE ENCONTRAR A DIOS.

Destellos de la luz de Dios

Os podemos contar una experiencia personal nuestra cuando hablamos de D. Ángel, como les debe de suceder a los que conocieron o han tenido una relación directa  con él o alguno de los compañeros que componen esta causa encabezada por el Deán D. José Álvarez Benavides, y es el cambio que ha sufrido nuestra relación con él.
Si siempre hemos tenido una relación especial con él, en estos últimos meses hemos sentido que nos ha contagiado, después de ochenta años, su esperanza, y aunque pueda parecer una contradicción, una esperanza hecha fe viva en la vida, en la vida que nace de Cristo. Una esperanza tan viva que cuanto más lo miramos, mas sentimos que se aparta y nos deja ver solo a Cristo. En ellos, Cristo sigue dando la vida por cada uno de nosotros, como hace dos mil años en el Calvario.



Cierto que hay un antes y un después del pasado 25 de marzo, pero más que en ellos es en nosotros, y mirándolos, cada vez vemos más nítida la luz que solo viene de Dios. Cristo se nos muestra a través de ellos, de sus vidas, de su entrega total e incondicionada. Mirarlos nos lleva a pedir la gracia de comportarnos como ellos y vivir nuestras vidas con los valores que vienen de Dios y mirarnos sin prejuicios los unos hacia los otros, a perdonarnos, a vernos con ojos nuevos, con los ojos de Dios.

Paco .H.

domingo, 16 de abril de 2017

ES PASCUA DE RESURRECIÓN


¡Cristo ha resucitado! Abrámonos a la esperanza y pongámonos en camino; que el recuerdo de sus obras y de sus palabras sea la luz resplandeciente que oriente nuestros pasos confiadamente hacia la Pascua que no conocerá ocaso.

Papa Francisco Vigilia Pascual de 2016

sábado, 15 de abril de 2017

HOY ES SÁBADO SANTO.


Es el día del silencio de Dios” un “gran misterio de amor y de misericordia” Jesús “comparte con toda la humanidad el drama de la muerte, no dejando ningún espacio donde no llegue la misericordia infinita de Dios” hoy “el amor no duda, sino que espera confiado en la palabra del Señor hasta que Cristo resucite esplendente el día de la pascua”.
Los textos entrecomillados son de la catequesis del Papa Francisco
 23 de marzo de 2016

viernes, 14 de abril de 2017

HOY ES VIERNES SANTO.


El  “momento culminante del amor, un amor que quiere abrazar a todos sin excluir a nadie con una entrega absoluta”.
Los textos entrecomillados son de la catequesis del Papa Francisco

 23 de marzo de 2016

jueves, 13 de abril de 2017

HOY ES JUEVES SANTO.


Con la institución de la Eucaristía y el lavatorio de los pies “Jesús nos enseña que la Eucaristía es el amor que se hace servicio”.
Los textos entrecomillados son de la catequesis del Papa Francisco
 23 de marzo de 2016

COMIENZA EL TRIDUO PASCUAL.


Una nueva oportunidad para que “acojamos en nuestro corazón la grandeza del amor divino en el misterio de la Muerte y Resurrección del Señor”, unos días en los que trataremos de comprender el sentido profundo de estos días: «Jesús, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo».  El Triduo Pascual es el memorial de un drama de amor que nos da la certeza de que nunca seremos abandonados en las pruebas de la vida”.
Los textos entrecomillados son de la catequesis del Papa Francisco
 23 de marzo de 2016

martes, 11 de abril de 2017

EN AGRADECIMIENTO.

Comunicado del Obispado de Almería de agradecimiento a cuantos la han hecho posible y han participado en la Beatificación de los Mártires de Almería.
El Obispado de Almería quiere manifestar públicamente su reconocimiento tanto a las instituciones sociales y a cuantos han colaborado en la organización y desarrollo de la «Beatificación del Deán José Álvarez Benavides y de la Torre, y ciento catorce compañeros, Mártires del siglo XX en Almería», que tuvo lugar el pasado día 25 de marzo de 2017.
Esta magna celebración religiosa, que congregó más de 6.000 personas en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Aguadulce, dejará honda huella en las comunidades parroquiales y en los fieles cristianos en general, pero también en cuantas personas han acogido este acontecimiento con respeto y admiración hacia quienes supieron ofrecer la vida por la fe que profesaban. Son innumerables las adhesiones y felicitaciones llegadas al Obispado de Almería, expresión de los mejores sentimientos de satisfacción por la experiencia de fe y comunión vivida en Aguadulce en torno al Legado Pontificio, Su Eminencia el Cardenal Ángelo Amato y al Obispo diocesano, Monseñor González Montes, acompañados por veintitrés Obispos, de ellos dos cardenales españoles además del Legado Pontificio, y los más de doscientos sacerdotes que tomaron parte en la Misa de Beatificación.
Quede constancia del agradecimiento del Obispado a cuantos lo han hecho posible: a la Cámara de Comercio de la Provincia de Almería, que puso el recinto del Palacio de Congresos y Exposiciones a disposición del Obispado; a las autoridades nacionales, provinciales y locales, de ellas más de cuarenta alcaldes sin distinción de militancia política; a los cuerpos de seguridad del Estado y locales; a las empresas que han desarrollado una logística ajustada a la naturaleza religiosa y social de este acontecimiento de la Iglesia, y montaron la arquitectura efímera necesaria para la celebración; a los artistas que diseñaron las piezas del presbiterio, la “gigantografía” con la reproducción de los mártires glorificados y la medalla oficial de la Beatificación; a los medios de comunicación que han cubierto tanto los preparativos durante meses de la Beatificación como su realización; al voluntariado que generosamente se puso desde el principio al servicio de la información y la acogida los peregrinos que se incorporaron con emocionada gratitud a Dios por la la glorificación de los mártires como testigos de Cristo y del Evangelio; y a las personas congregadas en el recinto, cuyo comportamiento religioso y ciudadano contribuyó de modo decisivo al ordenado desarrollo de las secuencias de este magno acontecimiento de la Iglesia en Almería.
Cuando ya se acercan los días de intenso fervor y devoción de la Semana Santa, a todos, el Obispo y Presbiterio de la diócesis, y con ellos todo el Obispado de Almería manifiestan su profunda gratitud, implorando para las personas, las familias y las instituciones sociales la bendición de Dios, la protección de la intercesión de la Virgen maría, y la de los Beatos Mártires de Almería.
Almería, a 5 de abril de 2017.
OFICINA DE COMUNICACIÓN DEL OBISPADO DE ALMERÍA
Publicado en:  ODISUR – DIOCESIS DE ALMERÍA

jueves, 6 de abril de 2017

CRÓNICA DE LA BEATIFICACIÓN DE LOS MÁRTIRES DE ALMERÍA (II).

Más de 6.000 peregrinos
La mañana del 25 convocaba en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Aguadulce a los peregrinos, que en torno a 6.000 acudieron a la Misa de Beatificación. Era la solemnidad de la Anunciación y la misa sería la propia de esta solemnidad, obligada en toda la Iglesia, pero con especial imperativo en Almería, por ser el misterio de la Encarnación titular de la Santa Apostólica Iglesia Catedral. Las puertas de acceso al recinto se abrían a las 8,00h y la explanada de aparcamiento comenzaba a recibir autobuses de las comunidades parroquiales de la diócesis, pero muchos también venidos de las parroquias de Granada y Guadix, peregrinos de etnia gitana de distintas diócesis españolas que habían llegado la víspera y participado en la Velada de recepción. Todos estos grupos de fieles, encabezados por sus párrocos y vicarios parroquiales se sumaban al gran número de responsables vicarios generales y episcopales, Delegados para las Causas de los Santos confluían en el recito.



El recinto ferial del Palacio de Congresos y Exposiciones convertido en espacio sagrado
La acomodación del recinto ferial del Palacio de Congresos ha sido un logro de ejecución. Toda la logística ha tenido un coordinador eficaz en la persona del Vicario general monseñor Miguel Romera Domene, que ha contado con las empresas de ejecución necesaria. El proyecto diseñado por el arquitecto Miguel Nieto, al que se deben diversos proyectos diocesanos de mantenimiento y nueva planta, ha sido realizado por la empresa de eventos «Imagen Corpórea», con cuya intervención se acertó a crear un espacio sagrado funcional y de gran valor estético distribuido entre el ámbito destinado a presbiterio propiamente dicho, la ubicación adecuada para los cardenales, arzobispo y obispos presentes, acompañados por los sacerdotes que por sus cargos pastorales les seguían en orden de prelación.



Las piezas de altar y ambón bien confeccionadas en madera con un estilo sencillo y uniforme concentraban la atención de la acción sagrada. En una meseta un poco más elevada, tras el altar, se hallaba la sede traída del Palacio Episcopal, desde la cual presidiría el Cardenal Legado la celebración. En un nivel ligeramente inferior, flanqueando al Cardenal Legado se habían dispuesto dos asientos destacados para el Obispo de Almería y el Arzobispo metropolitano de Granada.
Presidía el recinto sagrado confeccionado para la ocasión el hermoso Cristo del Amor, obra del artista almeriense indalianoJesús de Perceval, que repuso en los años cuarenta y cincuenta del pasado siglo gran parte de la imaginería destruida por la persecución religiosa. Esta magnífica talla preside el muro frontal de la capilla mayor de la iglesia parroquial de San Sebastián en la capital.


Dos pilastras estaban dispuestas en el improvisado presbiterio del recinto ferial, una para recibir en la víspera de la Beatificación la imagen sagrada de la Virgen del Mar, Patrona de Almería, y en su momento, como parte del ritual de la Beatificación, el precioso Relicario de los Mártires, una pieza barroca restaurada muy bella, destinada a relicario múltiple, en la cual se habían colocado reliquias de varios mártires, representativos del conjunto. Las reliquias han sido posibles gracias al complejo trabajo de exhumaciones realizado por el tribunal diocesano constituido al efecto y presidido por el Vicario Judicial don José Juan Alarcón Ruiz.
El aforo y el voluntariado
El recinto dispuso de 6.000 sillas, medio infalible para calcular la asistencia de fieles que abarrotaban el recinto. El cálculo de asistente fue progresivamente modificándose a medida que se acercaba la fecha, partiendo de las 4.000 sillas primeras, su número se fue incrementando hasta alcanzar la cifra mencionada, quedando tan sólo las últimas filas sin ocupar durante la celebración, si bien la gente seguía llegando. Ubicadas las últimas filas a cierta lejanía del espacio celebrativo, todos pudieron seguir la celebración desde todos los ángulos del recinto gracias al sistema de pantallas, una de ellas de grandes dimensiones, montadas al efecto. Se ha aprovechado el acontecimiento, para instalar pantallas también en la Catedral de Almería y facilitar el seguimiento de las celebraciones de mayor concurrencia desde los distintos ángulos de la Catedral. Estas pantallas se estrenaron en la Misa de Acción de gracias del día 26, Domingo IV de Cuaresma.



En las filas primeras filas delante del espacio celebrativo se colocaron todos los presbíteros y diáconos asistentes, que concelebraron la santa Misa. Detrás las autoridades y los familiares de los mártires en espacios acotados para ellos. Casi medio centenar de alcaldes acompañaron a las parroquias de los municipios de procedencia de los mártires y de los lugares donde fueron martirizados, sin distinción de militancia política en un gesto apreciado por todos los fieles de verdadera concordia social y respeto religioso. Los representantes de las instituciones civiles y militares acompañaron a la multitud congregada.
Colocar y atender a los fieles fue tarea del voluntariado, dos centenares de jóvenes y adultos que coordinó con agilidad el sacerdote José María Sánchez García, delegado episcopal para el Apostolado seglar. Una singular aportación al desarrollo logístico de la Beatificación se ha debido a la Asociación privada de fieles «Providencia», a jóvenes y adultos de las Hermandades y Cofradías y colaboradores parroquiales, la mayoría del apostolado seglar. Tarea de este voluntariado fue la acogida y acomodación de los peregrinos, la preparación de los paramentos litúrgicos y vasos sagrados al servicio del altar y su custodia, recogida de la colecta, ayuda a los sacerdotes y diáconos en la distribución de la sagrada Comunión (hasta 40 puntos, que agilizaron la distribución), traslado de los instrumentos litúrgicos y retorno a su lugar.
FUENTE: NOTICIAS DIOCESIS DE ALMERIA

lunes, 3 de abril de 2017

LA BEATIFICACIÓN DESDE UN CONFESIONARIO, POR JAVIER ZABALETA, PBRO.

Como suele ocurrir en estas grandes celebraciones litúrgicas, siempre se pide a algunos sacerdotes que se encarguen de confesar. En cuanto me llegó el avisó no dudé en mostrar mi disponibilidad. Ya había estado confesando en acontecimientos parecidos: la JMJ de Madrid, la canonización de Fray Leopoldo, etc. Siempre me he encontrado en estos actos a mucha gente removida y necesitada de arreglar su vida con Dios.


Se nos citó a las 9 de la mañana. Los voluntarios tenían perfectamente organizado la acogida y, con una gran amabilidad, te dirigían a tu destino. Habían llegado los primeros asistentes. Los organizadores iban de un lado para otro ultimando los últimos detalles. Me puse en la zona preparada para las confesiones.
No tardó mucho tiempo en llegar personas pidiendo confesarse. Allí estuve hasta el final de la ceremonia sin parar. Casi cuatro horas. Se me pasaron volando. Notaba como la gracia de la Beatificación removía el interior de muchas personas.
Fue uno de esos días en los que casi puedes tocas con las manos la gracia de Dios. Algunos eran personas que tenían una vida religiosa activa. Algunos sólo querían expresar la alegría que sentían ante un acontecimiento tan impresionante. Pero muchos, la mayoría, venían después de mucho tiempo alejados del Dios. Creían en Él, pero por los baches de la vida se había enfriado por dentro. Removidos al ver la fuerza del testimonio de los mártires se sentían necesitados de hacer un «reset» en su vida.
Al fondo del Palacio pude ver a la Virgen del Mar, que presidía el acto junto con el Cristo de la parroquia de San Sebastián. A Ella le pido que se repitan muchas veces acontecimientos como este, que ayuden a muchas personas a sentir la Misericordia de Dios, la caricia que recibimos volver al pedir perdón a ese Padre que no se cansa de esperarnos.
Javier Zabaleta, Pbro

Publicado en Almería

TAPIZ MÁRTIRES DE ALMERIA.


sábado, 1 de abril de 2017

PALABRA DE VIDA DE ABRIL DE 2017

«Quédate con nosotros, porque atardece» (Lc 24, 29).
Es la invitación, dirigida a un desconocido en el camino desde Jerusalén al pueblo de Emaús, por dos compañeros de viaje que «conversaban y discutían» sobre lo que había sucedido en la ciudad en los días anteriores.
Parecía ser el único que no sabía nada, y por eso los dos, que aceptan su compañía, le hablan de «un profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo» en el cual habían depositado su confianza. Había sido entregado por los jefes de sus sacerdotes y por las autoridades judías a los romanos, y luego condenado a muerte y crucificado (cf. Lc 24, 19ss.). Una tragedia enorme cuyo sentido no eran capaces de entender.
A lo largo del camino, el desconocido los ayuda a captar el significado de aquellos acontecimientos a partir de la Escritura y enciende de nuevo la esperanza en sus corazones. Al llegar a Emaús, lo retienen para cenar: «Quédate con nosotros, porque atardece». Mientras están a la mesa juntos, el desconocido bendice el pan y lo comparte con ellos. Un gesto que permite reconocerlo: ¡el Crucificado estaba muerto y ahora ha resucitado! E inmediatamente los dos cambian de planes: vuelven a Jerusalén a buscar a los demás discípulos y darles la gran noticia.
También nosotros podemos sentirnos desilusionados, indignados, desanimados por una sensación trágica de impotencia ante las injusticias que golpean a personas inocentes e inermes. En nuestra vida no faltan el dolor, la incertidumbre, la oscuridad... ¡Y cómo nos gustaría transformarlos en paz, esperanza y luz para nosotros y para los demás!
¿Queremos encontrar a Alguien que nos entienda hasta el fondo y nos ilumine el camino de la vida?
Jesús, el Hombre-Dios, para estar seguro de llegar a cada uno de nosotros en lo profundo de su situación, aceptó libremente pasar, como nosotros, por el túnel del dolor. Del dolor físico, pero también del interior, desde la traición de sus amigos hasta sentirse abandonado (cf. Mt 27, 46; Mc 15, 34) por ese Dios al que siempre había llamado Padre. Gracias a esa confianza inquebrantable en el amor de Dios, superó ese inmenso dolor y se volvió a entregar a Él (cf, Lc 23, 46). Y de Él recibió nueva vida.


También a nosotros nos ha llevado por este mismo camino y quiere acompañarnos:
«…ÉI está presente en todo lo que sabe a dolor... Procuremos reconocer a Jesús en todas las angustias y penurias de la vida, en cualquier oscuridad, en las tragedias personales y de los demás, en los sufrimientos de la humanidad que nos rodea. Son Él porque Él las ha hecho suyas... Bastará con hacer algo concreto por aliviar sus sufrimientos en los pobres... para encontrar una nueva plenitud de vida».
Cuenta una niña de siete años: «Me dolió mucho cuando a mi padre lo metieron en prisión. Amé a Jesús en él y por eso no lloré delante de él cuando fuimos a visitarlo».
Y una joven esposa: «Acompañé a Roberto, mi marido, en sus últimos meses de vida tras un diagnóstico sin esperanza. No me alejé de él ni un segundo. Lo veía a él y veía a Jesús... Roberto estaba en la cruz, realmente en la cruz». El amor recíproco de ellos se convirtió en luz para sus amigos, los cuales se vieron envueltos en una carrera de solidaridad que no se ha interrumpido desde entonces, sino que se ha extendido a otros y se ha plasmado en una asociación de promoción social, «Abrazo planetario». «La experiencia vivida con Roberto -dice un amigo suyo- nos ha llevado a recorrer un auténtico camino hacia Dios. Muchas veces nos preguntamos qué sentido tienen el sufrimiento, la enfermedad y la muerte. Creo que todos los que han recibido el regalo de recorrer este trecho de camino junto a Roberto tienen ahora muy claro cuál es la respuesta».
En este mes todos los cristianos celebrarán el misterio de la muerte y resurrección de Jesús. Es una ocasión para avivar nuestra fe en el amor de Dios, que nos permite transformar el dolor en amor; cualquier desgarro, separación, fracaso y hasta la muerte, pueden convertirse también para nosotros en fuente de luz y de paz. Seguros de la cercanía de Dios a cada uno de nosotros en cualquier situación, repitamos con confianza la oración de los discípulos de Emaús: «Quédate con nosotros, porque atardece».

LETIZIA MAGRI