jueves, 28 de febrero de 2019

LAS RELIQUIAS DE 14 BEATOS GRANADINOS, MÁRTIRES DE LA PERSECUCIÓN RELIGIOSA EN EL SIGLO XX, SERÁN ENTREGADAS PARA SU VENERACIÓN


En la Eucaristía del domingo 3 de marzo, en la S.I Catedral, a las 12:30 horas. Las reliquias irán a distintos lugares de la Diócesis, como la propia Catedral, Abadía del Sacromonte, Seminario Mayor, Capilla Real, y parroquias de Granada y distintos pueblos. 
Las reliquias de 14 sacerdotes granadinos o vinculados a nuestra Diócesis, beatificados el pasado 25 de marzo de 2017 en Aguadulce (Almería), se entregarán el domingo 3 de marzo en la Eucaristía que se celebrará a las 12:30 horas en la S.I Catedral. 
Los sacerdotes beatos forman parte de la causa de beatificación de José Álvarez-Benavides y de la Torre y 114 compañeros mártires de Cristo en la persecución religiosa en España en los años 30. De ellos, 34 nuevos beatos –sacerdotes y seglares- son de nuestra Diócesis de Granada o vinculados a ella, ya que, con anterioridad, una parte del territorio diocesano que hoy es de Almería era de Granada.
 
Relicario diseñado y elaborado para los nuevos beatos granadinos


RELIQUIAS.
Las reliquias de los beatos granadinos que se entregarán en la Santa Misa son pequeños huesos que se distribuirán por distintos lugares de nuestra Diócesis, para la veneración de los fieles e intercesión ante Dios. Todas ellas son de sacerdotes vinculados a nuestra Diócesis de Granada por nacimiento, formación o dedicación pastoral.
Las reliquias se distribuirán en distintos lugares de Granada, así como parroquias de la ciudad y pueblos de la provincia. En algunos casos, las reliquias de un mismo beato estarán distribuidas para la veneración de los fieles en distintos puntos de Granada y provincia.
Además de la S.I Catedral, donde se destinarán la mayoría de las reliquias, los lugares donde irán destinadas estas reliquias, por su vinculación, por ejemplo en sus años de formación, son: Seminario Mayor “San Cecilio”, Abadía del Sacromonte, Capilla Real, y a la institución educativa “Ave María”.
Las parroquias que recibirán estas reliquias son: Ogíjares, Santa Escolástica en Granada, Fuente Vaqueros, Ugíjar, Dehesas Viejas, Albuñol, Torvizcón, Mecina Alfahar, Mairena, Válor, Montefrío, Santa Catalina en Loja, Algarinejo y Vélez de Benaudalla.
Para su veneración, las reliquias se entregan en unos bellos relicarios diseñados y elaborados para los nuevos beatos granadinos.

CLAUSURA EXPOSICIÓN
En esta Eucaristía del 3 de marzo se clausurará también la Exposición diocesana “Tu Gracia vale más que la vida”, que se ofrece en la S.I Catedral desde el pasado 1 de noviembre, en conmemoración de los 450 años de los Mártires de la Alpujarra.
La muestra recorre en cuatro capítulos la historia martirial de nuestra Iglesia de Granada, precedidos de un preámbulo dedicado al protomártir San Esteban. Se exponen 51 obras de arte entre esculturas, pinturas, orfebrería, grabados y documentos de distintas épocas, procedentes de instituciones de la Iglesia de Granada y de familiares de los mártires. La muestra incluye a los granadinos beatificados en Almería en 2017, algunas de cuyas reliquias se entregan este domingo 3 de marzo en la Eucaristía, en la S.I Catedral, a las 12:30 horas.
Tu Gracia vale más que la vida” hace referencia a la afirmación de los mártires, que son mártires porque prefirieron, entre sufrimientos, morir por Cristo que renunciar a la fe.
FUENTE: NOTICIAS ARCHIDIOCESIS DE GRANADA.

viernes, 1 de febrero de 2019

PALABRA DE VIDA DE FEBRERO DE 2019.


«Busca la paz y anda tras ella» (Sal 34, 15)
David expresa en este salmo su alegría y su agradecimiento ante la asamblea: ha conocido el peligro y la angustia pero ha invocado con confianza al Dios de Israel y ha recobrado la paz.
El protagonista de este himno es Dios con su misericordia, su presencia fuerte y decisiva junto al pobre y al oprimido que lo invoca.
Para que otros alcancen la misma salvación, David sugiere varias actitudes del corazón: evitar hacer el mal y en su lugar obrar siempre el bien. Y subraya la necesidad de no difamar al prójimo, pues las palabras pueden llevar a la guerra.
«Busca la paz y anda tras ella»
En el lenguaje bíblico, la paz tiene numerosos significados, como por ejemplo el bienestar físico y espiritual o el acuerdo entre individuos y entre pueblos. Pero en primer lugar es un don de Dios a través del cual descubrimos su rostro de Padre. Por eso es indispensable buscar intensamente y apasionadamente a Dios en nuestra vida, para experimentar la paz verdadera.
Es una búsqueda comprometida, que nos exige hacer nuestra parte siguiendo la voz de la conciencia, la cual siempre nos incita a escoger el camino del bien y no el del mal. En muchos casos sería suficiente con dejarnos alcanzar por Dios, que desde hace tiempo se dedica a buscarnos a cada uno de nosotros.
Como cristianos, tenemos ya una relación íntima con Jesús por el bautismo: Él es el Dios cercano que nos prometió la paz; Él es la paz. Y hemos recibido el don del Espíritu Santo, el Consolador, que nos ayuda también a compartir con los demás los frutos de la paz de Dios que hemos experimentado. Él nos indicará el camino para amar a las personas que tenemos alrededor y así superar los conflictos, evitando acusaciones infundadas, juicios superficiales y maledicencias, y abrir el corazón para acoger al otro.
Quizá no podamos hacer que callen todas las armas que tiñen de sangre tantas regiones de la tierra, pero podemos actuar cada uno personalmente y sanar relaciones heridas en la familia, en nuestra comunidad cristiana, en donde trabajamos o en el tejido social.
El compromiso de una pequeña o gran comunidad decidida a testimoniar la fuerza del amor puede reconstruir los puentes entre grupos sociales, iglesias o partidos políticos.
«Busca la paz y anda tras ella».
Además, el buscar la paz con convicción nos dirá cómo comportarnos adecuadamente para proteger la creación, que también es un regalo de Dios a sus hijos, así como una responsabilidad para con las nuevas generaciones.
Decía Chiara Lubich en 1990 a Nikkio Niwano, fundador del movimiento budista japonés Rissho Kosei-kai: «[...] Si el hombre no está en paz con Dios, la misma tierra no está en paz. Las personas religiosas perciben el "sufrimiento" de la tierra cuando el hombre no la usa siguiendo el plan de Dios, sino solo por egoísmo, por un deseo insaciable de poseer. Este egoísmo y este deseo contaminan el entorno aún más y antes que cualquier otra contaminación, que no es más que su consecuencia. [...] Si descubrimos que toda la creación es regalo de un Padre que nos quiere, será mucho más fácil establecer una relación armoniosa con la naturaleza. Y si además descubrimos que este regalo es para todos los miembros de la familia humana -y no solo para unos cuantos-, pondremos más cuidado y respeto en algo que pertenece a la humanidad entera, presente y futura».
LETIZIA MAGRI