Destellos de la luz de Dios
Si siempre hemos tenido una relación
especial con él, en estos últimos meses hemos sentido que nos ha contagiado,
después de ochenta años, su esperanza, y aunque pueda parecer una contradicción, una esperanza hecha fe viva en la vida, en la vida que nace de Cristo. Una
esperanza tan viva que cuanto más lo miramos, mas sentimos que se aparta y nos
deja ver solo a Cristo. En ellos, Cristo sigue dando la vida por cada uno de
nosotros, como hace dos mil años en el Calvario.
Cierto que hay un antes y un después del
pasado 25 de marzo, pero más que en ellos es en nosotros, y mirándolos, cada
vez vemos más nítida la luz que solo viene de Dios. Cristo se nos muestra a
través de ellos, de sus vidas, de su entrega total e incondicionada. Mirarlos
nos lleva a pedir la gracia de comportarnos como ellos y vivir nuestras vidas
con los valores que vienen de Dios y mirarnos sin prejuicios los unos hacia los
otros, a perdonarnos, a vernos con ojos nuevos, con los ojos de Dios.
Paco .H.
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