martes, 29 de octubre de 2019

COLEGIATA DE LOS SANTOS JUSTO Y PASTOR.


La Iglesia de los Santos Justo y Pastor nos la encontramos en pleno centro de la ciudad en la Plaza de la Universidad a mitad de la Calle San Jerónimo de Granada. Constituía junto con otros edificios, el Colegio San Pablo que la compañía de Jesús estableció en Granada en 1554. Después de la expulsión de los Jesuitas en 1767, la iglesia permaneció cerrada varios años, hasta que en 1771 se trasladó la colegiata del Salvador y en 1779 la parroquia de los Santos Justo y Pastor que había tenido su sede en la cercana Plaza de la Encarnación.
La iglesia se comienza a levantar en un solar que ocupaba la mezquita y aljibe de Majadalbecy, cerca de la Bab al-Riba o puerta del Molino de la Harina en la que es hoy la Plaza de la Encarnación, aunque el avance más grande de la obra se realiza a partir de 1575, obra de Martín de Baceta y de Alonso Romero, terminándose en 1621.
La Iglesia de San Justo y Pastor, de cantería con piedra de Alfacar, es de las mas suntuosas de Granada, se trata de un templo que tiene planta de cruz latina con una única nave apoyada sobre pilastras de orden dórico que dan paso a las capillas laterales. La nave la cubre una bóveda de cañón decorada con casetones sobre las que se abren las ventanas. En el crucero se eleva un gran cimborrio sobre columnas dóricas, apoyadas sobre pedestales que se culminan con una cúpula esférica.
El altar mayor fue proyecto por Francisco Díaz Ribero tiene bóveda decorada con figuras en relieve. Fue costeada por Don Bartolomé Venoso para enterramiento de él y sus descendientes y se terminó hacia 1621 junto con el crucero y la cúpula. Francisco Díaz de Rivero, de origen burgalés, paso por Madrid y Sevilla, terminando en Granada donde estuvo trabajando en la Abadía del Sacromonte. Más tarde ingresó en la Compañía de Jesús.
El retablo a pesar de sus frontones partidos y columnas retorcidas, con decoración de cintas que aparentan una red, resulta serio y solemne debido a su policromía en oro negro. Un gran arco semicircular cubre un hermoso tabernáculo cilíndrico, con arcos, columnillas y molduras que encuadran encasamientos con pequeñas figuras.
En el centro, un Manifestador para exponer el Santísimo Sacramento y ocultarlo el mismo tiempo, ya que se puede hacer girar el tabernáculo por medio de un mecanismo. Hoy aparece en la posición de abierto destacándose en el centro la pequeña pero bellísima Inmaculada de José de Mora. Debajo y ya en el Altar Mayor, podemos observar la puertecilla del Sagrario con un precioso Niño Pastor.
La cornisa, que cubre este primer cuerpo del retablo, sujeta un frontón partido sobre el que se levanta un segundo cuerpo del retablo apoyado en columnas salomónico y en cuyo fondo destaca un Crucificado entre los dos relicarios que acaban en herrerías pirámides con bolas.
Es necesario aclarar, aunque no deja de resultar curioso, que este fondo también es giratorio y al darle la vuelta aparece un gran cuadro que representa la Conversión de San Pablo, pintado por Pedro Atanasio Bocanegra, pintor granadino de principios del s. XVIII. Es costumbre que el Crucificado esté visible durante la Cuaresma, y una vez pasada se le da la vuelta y es resto del año se muestra el cuadro de S. Pablo.
En el primer cuerpo de este retablo y a ambos lados del tabernáculo, se aprecian dos urnas-relicarios sobre las que se apoyan dos pequeños bustos que también son relicarios. En el segundo cuerpo y en los encasamientos laterales hay otros dos relicarios. Estos cuatro relicarios estuvieron en otro tiempo tapados por cuatro bellísimos cuadros de Bocanegra y que en ciertas solemnidades se descolgaban, con lo que podían admirarse los relicarios. Los cuadros de Bocanegra han sido restaurados y colgados en las capillas laterales, donde es más fácil su contemplación.
Los cuadros del segundo cuerpo representan a San Pablo arrodillado sobre nubes y a Dios en actitud de bendecirlo. En cambio los del primer cuerpo nos muestran la Flagelación y una escena de la vida de San Pablo y San Ignacio, constituyendo un discurso narrativo que establece un paralelismo entre ambos santos: el uno, patrono del Templo y el otro, fundador de la Compañía.
Los retablos colaterales del crucero, análogos de traza, tienen dos cuerpos apoyados en columnas corintias con estatuas de santos jesuitas en los encasamientos, realizadas hacia mitad del s. XVII. La más importante de estos retablos es la de San José con el niño, obra de José de Mora, uno de los mejores imagineros granadinos del s. XVIII. Estos retablos, así como los más pequeños de los costados, que tienen columnas decoradas con estrías en espiral, son obra de Díaz de Rivero, autor también del retablo de la Capilla Mayor. En los encasamientos de dichos retablos se encuentran actualmente las dos imágenes de los Santos niños mártires Justo y Pastor, talladas por el imaginero Torcuato Ruiz del Peral con precioso modelado.
Dentro de las capillas laterales existen esculturas y lienzos de autores de la escuela granadina. Entre las esculturas figuran: un nazareno, de vestir, y un San Francisco de Borja, obras de José de Mora, una dolorosa, de vestir, atribuida a Ruiz del Peral y un Ecce-Homo de barro pintado, al parecer obra de los hermanos García. Hoy también se encuentran en estas capillas los cuatro cuadros de Bocanegra restaurados, y que en otro tiempo estuvieron colgados en el Retablo de la Capilla Mayor.
Entrando al templo en el lateral izquierdo se encuentra esta capilla donde permanecen expuestas las imágenes titulares de la Cofradía de los Estudiantes: Nuestro Señor de la Meditación y María Santísima de los Remedios, Reina y Madre de los Estudiantes.
La sacristía es muy amplia y su bóveda de estuco que simula falsas lunetas, está decorada con figuras alegóricas que representan los símbolos marianos. Estas Yeserías se consideran, después de las del coro de la Catedral de Córdoba, como las mejores de Andalucía. Abundan las pinturas, destacándose entre todas la Inmaculada de Pedro Atanasio Bocanegra. Muy bellos son los seis cobres italianos con temas de la Pasión, y sobre la pila de agua bendita hay un relieve en mármol de Carrara, obra italiana del s. XVI.
De las dos portadas que tiene la iglesia, la que da a la Calle San Jerónima es muy sencilla, dos columnas corintias que apoyan un dintel y un cornisamento con relieves de ángeles. La porta principal, la que da a la Plaza de la Universidad, la más importante, presenta dos cuerpos; el primero con doble pareja de columnas corintias sobre altos pedestales labrados y entre ellas, relieves de mármol blanco.

En el centro, arco de medio punto sobre el que se alza el cuerpo segundo con un gran relieve de la conversión de San Pablo. Remata la fachada la estatua de San Ignacio. La portada principal y la torre, son obras del arquitecto José de Bada. La torre es de estilo barroco y está adosada a la cabecera de la iglesia en el lado del evangelio, en la que se pueden distinguir tres cuerpos superpuestos, sobresaliendo del resto de la edificación los dos últimos. La casa  parroquial era la antigua casa de los padres del Colegio de los Jesuitas.
Su cúpula esférica, tiene unas vigorosas nervaduras y un airoso cuerpo de luces con arquillos apoyados en columnas dóricas y rematadas con una crestería de balaustrada con jarrones.

Esta entrada ha sido elaborada con información obtenida en la red, así como las imágenes. Entre otras páginas se han utilizado las siguientes:

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