La parroquia no es una estructura caduca; precisamente porque tiene una gran
plasticidad, puede tomar formas muy diversas que requieren la docilidad y la
creatividad misionera del Pastor y de la comunidad. … Aunque ciertamente no es
la única institución evangelizadora, si es capaz de reformarse y adaptarse
continuamente, seguirá siendo «la misma
Iglesia que vive entre las casas de sus hijos y de sus hijas». Esto
supone que realmente esté en contacto con los hogares y con la vida del pueblo,
y no se convierta en una prolija estructura separada de la gente o en un grupo
de selectos que se miran a sí mismos. La parroquia es presencia eclesial en el
territorio, ámbito de la escucha de la Palabra, del crecimiento de la vida
cristiana, del diálogo, del anuncio, de la caridad generosa, de la adoración y
la celebración. A través de todas sus actividades, la parroquia alienta y
forma a sus miembros para que sean agentes de evangelización. Es comunidad
de comunidades, santuario donde los sedientos van a beber para seguir
caminando, y centro de constante envío misionero. Pero tenemos que reconocer
que el llamado a la revisión y renovación de las parroquias todavía no ha dado
suficientes frutos en orden a que estén todavía más cerca de la gente, que sean
ámbitos de viva comunión y participación, y se orienten completamente a la
misión.
Exhortación Apostólica “La alegría del Evangelio” (nº 28)
Papa Francisco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario