“Es cosa de dos”.
Es de gran sabiduría emplear el
tiempo que tenemos viviendo perfectamente la voluntad de Dios en el momento
presente.
Sin embargo, a veces nos invaden
pensamientos tan agobiantes, respecto al pasado o al futuro, o también al
presente, y que tienen que ver con lugares, o circunstancias, o personas, a los
que no podemos dedicarnos directamente; que cuesta un grandísimo esfuerzo
manejar el timón de la barca de nuestra vida manteniendo el rumbo hacia lo que
Dios quiere de nosotros en ese momento
presente.
Entonces, para vivir bien, con
perfección, es necesaria una voluntad, una decisión, pero sobre todo una confianza en Dios que puede llegar
hasta el heroísmo.
«Yo no puedo hacer nada en este
caso, por esa persona querida, en peligro o enferma, por esa circunstancia
intrincada...
Pues bien, haré lo que Dios
quiere de mí en este momento: estudiar bien, barrer bien, rezar bien, atender
bien de mis niños... Y Dios pensará en desenredar esa madeja, en consolar a
quien sufre, en resolver ese imprevisto».
Es un trabajo entre dos, en
perfecta comunión, que exige de nosotros una fe grande en el amor de Dios por
sus hijos y le da al mismo Dios, por nuestro modo de actuar, la posibilidad de
tener confianza en nosotros.
Esta confianza recíproca produce
milagros.
Se verá que, donde no hemos
llegado nosotros, ha llegado verdaderamente Otro que ha actuado inmensamente
mejor que nosotros.
El acto heroico de confianza será
premiado; nuestra vida, limitada a un solo campo, adquirirá una dimensión
nueva; nos sentiremos en contacto con lo infinito, que anhelamos, y la fe,
cobrando nuevo vigor, reforzará en nosotros la caridad, el amor.
Nos olvidaremos completamente de
lo que significa la soledad. Resultará más evidente porque se ha experimentado,
la realidad de que somos verdaderamente hijos de un Dios Padre que todo lo
puede.
Chiara Lubich
Texto de "El
tiempo queda", Editorial Ciudad Nueva, Madrid 2000, pag. 36-38
FUENTE: CENTRO CHIARA LUBICH.
FUENTE: CENTRO CHIARA LUBICH.
No hay comentarios:
Publicar un comentario