viernes, 1 de diciembre de 2023

PALABRA DE VIDA DE DICIEMBRE DE 2023.

 «Estad siempre alegres. Orad constantemente. En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios, en Cristo Jesús, quiere de vosotros» (1 Ts 5, 16-18).

Pablo amaba a la comunidad de Tesalónica, ejemplar por su vida, su testimonio y sus frutos; les escribe esta carta cuando aún vivían muchos de los contemporáneos de Jesús que lo habían visto y oído, testigos de su muerte y de su resurrección y luego de su ascensión; les suplica que se lea a todos (5, 27) Y anota en ella unas recomendaciones que resume así:

«Estad siempre alegres. Orad constantemente. En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios, en Cristo Jesús, quiere de vosotros».

En estas apremiantes exhortaciones no se trata solo de qué se espera Dios de nosotros, sino de cuándo: siempre, constantemente.

Pero ¿se puede mandar que estemos alegres? La vida nos sorprende a todos con problemas y preocupaciones, con sufrimientos y angustias. Y sin embargo, para Pablo hay una razón que hace siempre posible «esa alegría» a la que alude. Él recomienda a los cristianos que se tomen la vida en serio para que Jesús pueda vivir en ellos con la plenitud que prometió después de su resurrección. Él vive en la persona que ama, y cualquiera puede adentrarse en el camino del amor con desapego de sí mismo, con un amor gratuito a los demás, aceptando el apoyo de sus amigos, manteniendo viva la confianza de que «el amor lo vence todo»[1].

«Estad siempre alegres. Orad constantemente. En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios, en Cristo Jesús, quiere de vosotros».

Dialogar entre personas de distintas religiones y convicciones lleva a entender aún con más hondura que rezar es una acción profundamente humana; la oración eleva a la persona.

Y ¿cómo rezar ininterrumpidamente? El teólogo ortodoxo Evdokimov dice que «no basta con hacer oración, tener reglas, costumbres; hace falta convertirse en oración, ser oración encarnada, hacer de nuestra vida una liturgia, rezar con las cosas del día a día»[2]. Y Chiara Lubich subraya que «podemos amar [a Dios) como hijos, con el corazón lleno por el Espíritu Santo de amor y de confianza en nuestro Padre; una confianza que nos lleva a hablar frecuentemente con Él, a contarle todas nuestras cosas, nuestros propósitos, nuestros provectos»[3]

Y hay también un modo de rezar siempre que es accesible a todos: pararse antes de cada acción y centrar bien la intención con un «Por ti». Es una práctica sencilla que transforma desde dentro nuestras actividades y nuestra vida entera en una oración constante.

«Estad siempre alegres. Orad constantemente. En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios, en Cristo Jesús, quiere de vosotros».

Ante cualquier cosa, dad gracias. Es la actitud que brota libre y sincera del amor agradecido por Aquel que, silenciosamente, sostiene y acompaña a los individuos, a los pueblos, la historia y el cosmos. Con gratitud a los demás que caminan con nosotros, que nos hace conscientes de que no somos autosuficientes.

Alegrarnos, orar y dar gracias: tres acciones que nos acercan a ser como Dios nos ve y nos quiere y enriquecen nuestra relación con Él. Con la confianza de que «el Dios de la paz os santifique plenamente (1 Ts 5, 23).

Así nos prepararemos a vivir más profundamente la alegría de la Navidad para hacer un mundo mejor, para ser tejedores de paz dentro de nosotros, en casa, en el trabajo, en las plazas. Hoy no hay nada más necesario y urgente.

Victoria Gómez y el equipo de la Palabra de vida



[1] Publio Virgilio Marón, Églogas, X, 69. Se puede ver una versión musical del grupo Gen Rosso en: youtube/10zGqA7ZQNO.

[2] P. EVDOKIMOV, "La preghiera di Gesú», en La novitá dello Spirito, Ancora, Milán 1997.

[3] C. LUBICH, «Construimos en oración», en Construir el castillo exterior, Ciudad Nueva, Madrid 2004, p. 47.O

jueves, 2 de noviembre de 2023

PALABRA DE VIDA DE NOVIEMBRE DE 2023

 

«Pues todos vosotros sois hijos de la luz e hijos del día; nosotros no somos de la noche ni de las tinieblas» (1 Ts 5, 5).

La luz simboliza la vida. Cada día la aurora es mensajera de un nuevo inicio. La luz está presente en los relatos de los pueblos y en las religiones. Los judíos celebran la Fiesta de las Luces, la Janucá, que conmemora la nueva dedicación del templo de Jerusalén y la liberación respecto a los cultos paganos. Los musulmanes encienden velas en el día del nacimiento del profeta, Mawlid en árabe, Mevlid Kandili en turco. La fiesta Diwali, originariamente hindú y cuyo nombre significa serie de luces, se celebra también en otras religiones de la India y representa la victoria del bien sobre el mal. Para los cristianos, Jesucristo es la luz que ilumina las tinieblas del mundo.

Así pues, es una realidad fuertemente simbólica, que representa una presencia de la divinidad y un don para la tierra.

«Pues todos vosotros sois hijos de la luz e hijos del día; nosotros no somos de la noche ni de las tinieblas»

¿Cuáles son las características de los hijos del día? Una de ellas es «no ser de la noche ni de las tinieblas».

La invitación del Apóstol a la comunidad de Tesalónica consiste en vigilar juntos, renunciando a cualquier forma de pereza y de indiferencia. Quienes no pertenecen a la noche tienen la tarea de iluminar las relaciones entre las personas, en un continuo donarse para hacer visible la presencia del Resucitado con fe, amor y esperanza, como escribe Pablo (cf. 1 Ts 5, 8).

Además, hace falta cultivar una relación más estrecha y verdadera con Dios, escudriñar el corazón y encontrar momentos de diálogo a través de la oración, viviendo su Palabra; que hace que resplandezca esta luz.

«Pues todos vosotros sois hijos de la luz e hijos del día; nosotros no somos de la noche ni de las tinieblas»

Podemos habituarnos a vivir en la oscuridad de nuestro corazón o contentarnos con las luces artificiales, con las promesas de felicidad del mundo. Pero Dios nos llama a hacer que resplandezca su Luz dentro de nosotros y a mirar a las personas y los acontecimientos con atención, para captar en ellos reflejos de luz.

El esfuerzo consiste en pasar continuamente de la oscuridad a la luz. «El cristiano no puede huir del mundo, esconderse o considerar la religión como un asunto privado -escribe Chiara Lubich-. Vive en el mundo porque tiene una responsabilidad, una misión ante todos los hombres: ser luz que ilumina. También tú tienes esta tarea, y si no la cumples, tu inutilidad es como la de la sal que ha perdido su sabor o como la de la luz que se vuelve sombra (cf. Mt 5, 13-16). [...] La tarea del cristiano es dejar traslucir esa luz que vive en él, ser "signo" de esta presencia de Dios entre los hombres»[1].

«Pues todos vosotros sois hijos de la luz e hijos del día; nosotros no somos de la noche ni de las tinieblas».

Dios es luz, y pueden encontrarlo quienes lo buscan con amor sincero. Suceda lo que suceda, nunca seremos separados de su amor, porque somos hijos suyos. Con esta convicción, no nos dejaremos sorprender ni abrumar por los acontecimientos.

El terremoto de este año en Turquía y Siria dio un vuelco a las vidas de millones de personas. Quienes sobrevivieron a la catástrofe, comunidades enteras del lugar y de otros países, se dedicaron a llevar apoyo inmediato a quienes habían perdido seres queridos, casas, todo.

Las tinieblas nunca podrán vencer a quienes eligen vivir en la luz y para generar luz. Y esto, para quienes somos cristianos, significa una vida con Cristo en medio de nosotros, y su presencia hace posible abrir resquicios de vida, devuelve la esperanza y hace que sigamos viviendo en el amor de Dios.

Patrizia Mazzola y el equipo de la Palabra de Vida



[1] C. LUBICH, Palabra de vida, agosto 1979, en EAD., Palabras de vida/l (1943-1990), Ciudad Nueva, Madrid 2020, pp. 147-148.

lunes, 2 de octubre de 2023

PALABRA DE VIDA DE OCTUBRE 2023.

 «Pues lo del César devolvédselo al César, y lo de Dios a Dios» (Mt 22,21).

Jesús entra en Jerusalén y es aclamado como «hijo de David», un título que Mateo atribuye a Cristo, que vino a proclamar el inminente advenimiento del Reino de Dios.

Entonces se desarrolla un diálogo entre Jesús y un grupo de herodianos y fariseos con diversas opiniones sobre el poder del emperador. Le preguntan si considera lícito o no pagar las tasas al emperador, para así obligarlo a alinearse a favor o contra el César y tener de qué acusarlo.

Pero Jesús pregunta, a su vez, de quién es la efigie impresa en la moneda. Y como es del emperador, responde:

«Pues lo del César devolvédselo al César, y lo de Dios a Dios»

Pero ¿qué se le debe al César y qué a Dios?

Jesús reclama el primado de Dios: así como en la moneda romana está impresa la imagen del emperador, en cada persona humana está impresa la imagen de Dios.

La tradición rabínica afirma que todo hombre ha sido creado a imagen de Dios (cf. Gn 1,26): «El hombre acuña muchas monedas con un mismo sello y todas se parecen unas a otras. En cambio, el rey de los reyes, el Santo -bendito sea- acuñó a todos los hombres con el sello del primer hombre y, sin embargo, ninguno de ellos se parece a su compañero»[1].

Solo a Dios podemos dar todo nuestro ser, y en Él encontramos libertad y dignidad. Ningún poder humano puede pretender semejante fidelidad.

Si alguien conoce a Dios y puede ayudarnos a darle su justo lugar, es Jesús. Para él, «[...] amar significó cumplir la voluntad del Padre, poniendo a su disposición mente, corazón, energías, la misma vida: se entregó por completo al proyecto que el Padre tenía para Él. El Evangelio nos lo muestra siempre totalmente orientado al Padre [...]. A nosotros también nos pide lo mismo: amar significa hacer la voluntad del Amado, sin medias tintas, con todo nuestro ser. [...] En esto se nos pide la mayor radicalidad, porque a Dios no se le puede dar menos que todo: todo el corazón, toda el alma, toda la mente»[2].

«Pues lo del César devolvédselo al César, y lo de Dios a Dios»

¡Cuántas veces nos encontramos ante dilemas que nos tientan a buscar una salida fácil! También Jesús es puesto a prueba ante dos opciones ideológicas, pero Él tiene clara la prioridad: la venida del reino de Dios, el primado del amor.

Dejémonos interpelar por esta Palabra: ¿nuestro corazón está deslumbrado por la notoriedad?, ¿admira a las personas de éxito, a los influencers? ¿Quizá atribuimos a las cosas el lugar que le corresponde a Dios?

Jesús nos invita a un discernimiento serio y bien fundado en nuestra escala de valores.

Nuestra conciencia es una voz, a veces sutil y tal vez dominada por otras voces, pero que nos empuja a buscar sin descanso caminos de fraternidad, incluso a costa de nadar a contracorriente.

Es fundamental para un auténtico diálogo con los demás, para encontrar juntos respuestas adecuadas a la complejidad de la vida. No significa escabullirse de nuestra responsabilidad para con la sociedad, sino ofrecerse para servir al bien común.

Durante la reclusión que lo llevaría a ser ejecutado por su resistencia civil al nazismo, Dietrich Bonhoeffer escribe a su novia: «No concibo la fe que huye del mundo, sino la que resiste en el mundo y ama y permanece fiel a la tierra, a pesar de todas las tribulaciones que esta nos procura. Nuestro matrimonio debe ser un sí a la tierra de Dios, debe reforzar en nosotros la valentía de obrar y de crear algo en la tierra. Me temo que los cristianos que se atreven a estar en la tierra con un solo pie estarán con un solo pie también en el cielo»[3].

 

Letizia Magri y el equipo de la Palabra de vida



[1] Misná Sanedrín, 4, 5.

[2] C. LUBICH, Palabra de vida, octubre de 2002, en Ciudad Nueva n. 391 (10/2002), pp. 24·25.

[3] D. BONHOEFFER, M. VON WEDEMEYER, Lettere al/a fidanzata, Cella 92, Oueriniana, Brescia 1992,48.

viernes, 15 de septiembre de 2023

IGLESIA DE NUESTRA SEÑORA DE LAS ANGUSTIAS DE GRANADA. UNA CATEQUESIS PLÁSTICA.


15 de Septiembre
Festividad de Ntra. Sra. de las Angustias.
PATRONA DE GRANADA Y SU ARCHIDIÓCESIS
Hoy, 15 de septiembre, día de Nuestra Señora de los Dolores es también el día de la Santísima Virgen de las Angustias, patrona de Granada y de su Archidiócesis.
Hemos encontrado este artículo en la página del Centenario de la Coronación Canónica de Ntra. Sra. de las Angustias,  pero nos ha parecido tan interesan te que no nos resistimos a compartirlo pues  como todo buen granadino, no podemos menos que asomarnos a la casa de la Madre en la Carrera y la lectura de este artículo hace que nos podamos acercar desde cualquier rincón del mundo, conociendo mejor la Basílica, verdadera obra de arte.

"La iglesia parroquial de Nuestra Señora de las Angustias, basílica menor desde el año 1922, presenta una clásica planta de cruz latina, cuyos brazos (nave central y crucero) se unen ante el presbiterio. La progenie barroca del proyecto explica la profusa ornamentación interior que no deja espacio alguno sin decorar (horror vacui). Sus elevadas bóvedas de cañón refuerzan el sentido de elevación y diafanidad, quebrada a los pies de la iglesia por el coro, construido ya a principios del siglo XX, que alberga el órgano para el acompañamiento musical de los oficios litúrgicos.
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La nave central, flanqueada por capillas laterales (cuatro a cada lado), es el espacio ceremonial destinado a los fieles durante los oficios litúrgicos y mantiene su carácter de peregrinación, conduciendo inexorablemente hasta el altar mayor, centro de las celebraciones y lugar donde se expone la imagen titular de la parroquia, la venerada imagen de Nuestra Señora de las Angustias. Una soberbia cúpula sobre pechinas (con escudos del corazón traspasado de María y de los reyes de España) remata la confluencia de la nave y el crucero, con laboriosas yeserías policromadas. Su sentido de glorificación, con representaciones angélicas, se confirma con la intensidad de la luz que penetra en la iglesia por las ventanas del tambor.
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La nave ofrece la primera catequesis plástica en el interior de la iglesia, diferenciada en altura. El nivel inferior corresponde a devociones particulares que se expresan en las imágenes veneradas en cada capilla, fruto de una larga cronología devocional. Se incluyen devociones antiguas, como la del Cristo de Burgos (cofradía de los pastores) o la Virgen del Carmen (especial abogada de las ánimas del purgatorio), otras encarnadas en imágenes procedentes de la desamortización, como S. Antonio de Padua o Sta. Lucía, o devociones introducidas en el templo más recientemente como la Virgen del Perpetuo Socorro, Sta. Bárbara, la Virgen del Pilar y el Corazón de Jesús.
En lugares destacados, en ambos brazos del crucero, mirando hacia los fieles, dos magníficos retablos barrocos dorados ofrecen a la veneración las imágenes San José con el Niño (atribuida a Agustín de Vera) y de Jesús Nazareno (obra de Pablo de Rojas), que en otro tiempo acompañaba la procesión penitencial de la Virgen de las Angustias. De Belén hasta el Calvario, subrayan dos momentos, principio y fin, de la vida terrenal de Jesús. Fueron imágenes de especial devoción desde el siglo XVIII.
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En un plano intermedio, por encima de las capillas, doce figuras barrocas de dinámica factura se proyectan sobre la nave y el crucero, elevadas desde sus repisas, hacia los cuatro puntos cardinales. Es imposible que la mirada de los fieles no se cruce con los rostros, a veces de místico dramatismo, del Apostolado que talló Pedro Duque Cornejo. Superpuestos a los pilares del templo, son expresión del fundamento de la Iglesia. Ostentando en sus manos los atributos de su martirio, confirman los méritos de la Pasión de Cristo, a la que se asocian por el seguimiento (discípulos) y la imitación (mártires). Más elevados, al estarlo también el presbiterio, la última pareja, S. Pedro cabeza de la Iglesia y S. Pablo apóstol de los gentiles, nos introducen directamente en el altar mayor.
Precisamente la Pasión conforma el tercer nivel, más elevado, de la ornamentación de la nave y el crucero. Casi una decena de cuadros rectangulares pintados al óleo, obra de autores como Juan Leandro de la Fuente, Miguel Jerónimo de Cieza y Ambrosio Martínez de Bustos, con marcos barrocos de Duque Cornejo, imparten la catequesis de la Pasión, que funde las tradiciones populares de los Dolores y de las Angustias de María, de manera que en el testero de la izquierda se concentran, como una sucesión de episodios con fuerza expresiva, distintos momentos del sufrimiento de Cristo en la cruz. Precisamente este ciclo de la Pasión, el más relevante del cuerpo de la Iglesia se completa con sendas pinturas ovaladas sobre los citados retablos del crucero: la Oración en Getsemaní y el Entierro de Cristo, como principio y fin del ciclo pasionista.
A este ciclo se une, coronándolo, la representación escultórica de la Patrona de Granada. Reservada en su camarín, costumbre dieciochesca extendida entre imágenes de gran devoción, Nuestra Señora de las Angustias se asoma al templo por el impresionante “ventanal de jaspes” de su retablo, sobre diseño de Marcos Fernández Raya y José de Bada. Si hasta llegar a este lugar domina la pintura, la madera y el yeso, la importancia de la imagen merece una excelente conjunción de mármoles polícromos. Por un lado, como Madre oferente, presenta el cuerpo muerto de Jesús en su regazo completando el mencionado ciclo de la Pasión. Por otro lado, como imagen individualizada de indudable efecto devocional, su retablo resume, de forma discreta para no restar importancia a la representación de María, algunas circunstancias de su origen en Granada, como son las figuras marmóreas de las mártires Úrsula y Susana, titulares de la ermita donde comenzó el culto a la Piedad o Angustias de María, así como los santos S. Lorenzo y S. Nicolás de Bari, relativos a la protección regia de Felipe II y a la dimensión diocesana del templo.
La fuerza con la que avanzan los estípites sobre el presbiterio y su monumentalidad no hace más que acentuar la importancia del centro de todas las miradas. Y es que bajo un cuerpo superior centrado por la Stma. Trinidad y con la primitiva heráldica de la hermandad (corazón de María traspasado por siete espadas), un arco abocinado sostiene la cristalera desde la que se observa plenamente la Patrona de Granada. Los laterales del presbiterio se rematan con sendas tribunas con retratos de los reyes Fernando VI y Bárbara de Braganza, especiales protectores de la hermandad de las Angustias.
Las estancias que rodean la cabecera de la iglesia son altamente significativas. De forma especial el camarín donde se venera la bendita imagen, con un diseño en el que intervinieron los mejores tracistas de su tiempo, otorgándole su definitiva configuración el mercedario fray Baltasar de la Pasión. A modo de “palacio celeste” profusamente ornamentado, presenta un cuerpo central con el pedestal marmóreo para la Virgen de las Angustias, una sala donde el juego de luces y de colores (columnas, paredes, cornisa y solería) refuerza la idea de la glorificación de María. Muy interesante es el programa pictórico de las dependencias aledañas, en las que la pintura, yuxtaponiendo escenas de la vida de la Virgen y de Jesús, invade paredes y techos enmascarando la estructura arquitectónica. El antecamarín subraya la infancia de Jesús con escenas entrañables centradas en María. El poscamarín concluye el ciclo con pasajes de la Pasión, en los que María aparece como corredentora.
A ambos lados del altar mayor se disponen las dependencias de la hermandad (destacando la sala de reuniones o capitular) y de la parroquia (en especial la sacristía, con aires de capilla, presidida por el extraordinario Crucificado de Pablo de Rojas, que fue también titular de las Angustias). En el lado opuesto, el extremo del crucero da paso a la capilla del sagrario, un ámbito apacible para la adoración del Santísimo Sacramento.

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La imagen de Nuestra Señora de las Angustias es el principal foco de atracción del templo, entendido como lugar de peregrinación. Su iconografía es compleja, pues la inspiración de una primitiva tabla dejada en su antigua ermita por Isabel la Católica y la superposición y encaje de diversos elementos escultóricos ha derivado en una representación muy singular de la Piedad.
Aunque no se trata de un pasaje bíblico, en época medieval se popularizó esta representación que recoge unos instantes de indudable dramatismo y emoción: el momento en que María sostiene el cuerpo de Cristo descendido de la cruz y antes de ser sepultado. Precisamente la naturaleza pasionista de la representación explica el carácter penitencial de su hermandad durante siglos, que procesionó la imagen por las calles de Granada generalmente en la noche del Jueves Santo.
El tránsito de la veneración de un cuadro a la de una representación escultórica se esconde aún en el misterio, reforzado por la tradición de la prodigiosa aparición de la imagen, traída por personajes sobrenaturales y llamada a ser el “amparo” de la ciudad. Estilísticamente lo más aceptado es su vinculación con el arte de Gaspar Becerra, el imaginero español que mejor representó a María Dolorosa en las décadas centrales del siglo XVI.
La composición de la imagen es el fruto de un largo proceso histórico-artístico, iniciado con la representación de María arrodillada al pie del calvario, a la que se antepone el cuerpo muerto de Jesús sobre una mesa, para acabar configurando un conjunto único de Cristo amorosamente sostenido por una Virgen que lo ofrece a Dios y al pueblo cristiano, desde su condición de madre del Salvador, perfecta discípula y corredentora del género humano. Este profundo simbolismo acentúa su carácter mediador, que gana consistencia con la devoción del pueblo de Granada y los testimonios de su continuo amparo a lo largo de casi quinientos años de veneración.
Este peculiar conjunto de Madre e Hijo, que exhala tanto dolor como consuelo, se ve singularizado por elementos ya inseparables de su iconografía, como es la corona de reina, la media luna a sus pies, la cruz con el sudario a su espalda y, especialmente, el manto (con un extraordinario elenco de mantos bordados en su ajuar), el elemento que mejor simboliza su amparo maternal sobre la ciudad.
Las joyas que ornan su pecherín son un extraordinario testimonio de una veneración aquilatada durante siglos. Una veneración, que se manifiesta a diario con la visita de los granadinos a su templo, depositando ante la Madre de las Angustias sus oraciones, inquietudes y peticiones. Un amor, desbordado cada mes de septiembre con profusión de cultos, ofrenda floral el día de su festividad litúrgica (15 de septiembre) y la multitudinaria y emotiva procesión patronal por las calles de Granada el último domingo de septiembre".
Miguel Luis López-Guadalupe Muñoz.

Otras páginas sobre la Patrona de Granada:

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jueves, 7 de septiembre de 2023

PALABRA DE VIDA DE SEPTIEMBRE DE 2023.

 «Todos los días te bendeciré, alabaré tu nombre por siempre» (Sal 145 [144], 2).

Esta Palabra de la Escritura es una oración. Los salmos reflejan la experiencia religiosa individual y colectiva del pueblo de Israel en su historia y sus vicisitudes. La oración hecha poesía se eleva al Señor como lamento, súplica, acción de gracias y alabanza: toda una variedad de sentimientos y actitudes con los que expresar nuestra relación con el Dios vivo.

En el salmo 145 el salmista exalta la grandeza de Dios basándose en su experiencia personal: «Grande es el Señor, muy digno de alabanza» (v. 3); magnifica su bondad y la universalidad de su amor: «Bueno es el Señor para con todos, tierno con todas sus criaturas» (v. 9); reconoce su fidelidad: «Fiel es el Señor en todo lo que dice» (v. 13b), e incluso abraza a todos los seres vivos en un canto cósmico: «Que bendigan los viviente su nombre sacrosanto, para siempre jamás» (v. 21).

«Todos los días te bendeciré, alabaré tu nombre por siempre»

Pero el hombre moderno se siente a veces perdido, abandonado a su suerte. Teme que sus días estén en manos del azar, en un sucederse de eventos sin sentido ni meta.

Este salmo da esperanza: «Dios es creador del cielo y de la tierra; es fiel al pacto que lo vincula a su pueblo…, hace justicia a los oprimidos, da pan a los hambrientos y libertad a los cautivos; … abre los ojos a los ciegos, endereza a los que ya se doblan, ama a los justos, guarda a los peregrinos, sustenta al huérfano y a la viuda […]»[1].

«Todos los días te bendeciré, alabaré tu nombre por siempre»

Esta Palabra nos invita a cuidar nuestra relación personal con Dios, a acoger sin reservas su amor y su misericordia y ponernos a la escucha de su voz. Ahí radica el fundamento de toda oración. Pero este amor nunca está desligado del amor al prójimo: cuando imitamos a Dios Padre y amamos a cada hermano y hermana -en particular a los últimos, los descartados, los más solos-, percibimos su presencia en nuestra vida. Chiara Lubich lo resume así en una asamblea de budistas donde comparte su vivencia cristiana: «El núcleo de mi experiencia consiste en esto: cuanto más se ama al hombre, más se encuentra a Dios. Cuanto más se encuentra a Dios, más se ama al hombre».

«Todos los días te bendeciré, alabaré tu nombre por siempre»

Pero hay otro modo de encontrarlo. La humanidad es cada vez más consciente del problema ecológico, en particular los jóvenes, que proponen un estilo de vida más sobrio, un nuevo modelo de desarrollo que se comprometa por el derecho de todos al agua, a los alimentos y al aire limpio y busque fuentes de energía alternativas. Así el ser humano podrá recuperar su relación con la naturaleza y alabar a Dios, al descubrir con asombro su ternura hacia toda la creación.

Ya de niño, en su Burundi natal, Venant se despertaba al alba con el canto de los pájaros y recorría decenas de kilómetros por la selva para ir a la escuela, en plena armonía con los árboles, los animales, los riachuelos… y con sus compañeros. Se sentía parte de un ecosistema en el que criatura y Creador estaban en total armonía. Esta consciencia se transformaba en alabanza durante todo el día.

¿Y nosotros? «En nuestras metrópolis de cemento, levantadas por la mano del hombre en medio del bullicio del mundo, rara vez se salva la naturaleza. Pero, si lo queremos, basta con una rendija de cielo azul entre los rascacielos para acordarnos de Dios; basta con un rayo de sol, que no deja de penetrar ni siquiera entre los barrotes de una prisión; basta con una flor, una pradera o el rostro de un niño…»[2].

Augusto Parody Reyes y el equipo de la Palabra de Vida



[1] JUAN PABLO II, Audiencia general, 2-7-2003, Comentario al salmo 145, n. 2.

[2] C. LUBICH, Conversazioni in collegamento telefonico/1 (ed. M. Vandeleene), «Opere di Chiara Lubich» 8.1, Città Nuova, Roma 2019, p. 340

miércoles, 23 de agosto de 2023

CUANDO LA LUZ DEL SOL ES YA PONIENTE.

 Cuando la luz del sol es ya poniente.

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Cuando la luz del sol es ya poniente,
gracias, Señor, es nuestra melodía;
recibe, como ofrenda, amablemente,
nuestro dolor, trabajo y alegría.

Si poco fue el amor en nuestro empeño
de darle vida al día que fenece,
convierta en realidad lo que fue un sueño
tu gran amor que todo lo engrandece.

Tu cruz, Señor, redime nuestra suerte
de pecadora en justa, e ilumina
la senda de la vida y de la muerte
del hombre que en la fe lucha y camina.

Jesús, Hijo del Padre, cuando avanza
la noche oscura sobre nuestro día,
concédenos la paz y la esperanza
de esperar cada noche tu gran día.

Amén.

martes, 1 de agosto de 2023

PALABRA DE VIDA DE AGOSTO DE 2023 (0).

«Mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas» (Mt 15,28).

Jesús se dirige a la región de Tiro y Sidón, en tierra extranjera. Busca un poco de reposo con los suyos, y también soledad, silencio, oración y refugio. De improviso les llegan los gritos de una mujer. Su presencia incomoda a los discípulos, que le «imploran» a Jesús que la atienda para librarse de ella. La mujer no se paraliza por no ser israelita, ni por ser mujer, ni porque el Maestro la ignore. Es una madre desesperada por su hija, «malamente endemoniada». Se acerca a Jesús e insiste en pedirle ayuda. Jesús le dirige palabras de una dureza inaudita: «No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos»,

La mujer comprende que su mundo no forma parte de la misión primaria de Jesús; asume que su Dios no es una máquina dispensadora de gracias, sino un padre que pide una relación acorde con la verdad, que pasa por reconocer también la propia pobreza personal. Mira a Jesús a los ojos: «Sí, Señor, pero también los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos». Pone a Jesús contra la pared, por así decir, y Él se conmueve por su humildad. Hasta sus gritos parecen expresar su fe.

«Mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas».

La gran fe de esta mujer está esculpida por varios verbos: sale y va hacia Jesús; grita; llora; pide piedad; lo reconoce como Señor y se postra ante él; mantiene su certeza de que lo imposible es posible para el Señor; responde a la dureza de Jesús con una lógica impecable. «y desde aquel momento quedó curada su hija» (cf. Mt 15, 21-28).

Esta Palabra muestra la fe operante de una persona y, al mismo tiempo, la constancia y el camino de la primera comunidad cristiana a la que se dirige Mateo, en su apertura al mundo no judío que está en búsqueda.

«Mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas».

«También nuestra fe puede entrar en crisis por un hecho imprevisto que viene a perturbar nuestros proyectos, por una grave enfermedad, por el prolongarse de una situación muy dolorosas»[1], y -podríamos añadir- por la falta de paz en el mundo, por las injusticias estructurales, por la grave enfermedad del planeta, por conflictos familiares y sociales... «Dios permite que nuestra fe pase por situaciones difíciles y a veces absurdas. Él quiere purificarla, quiere ver si de verdad sabemos abandonarnos en Él y creer que su amor es mucho mayor que nuestros proyectos, deseos y expectativas»[2].

Así le sucedió a Saliba. Parecía obligado a dejar su ciudad, Homs (Siria) y a sus padres mayores cuando la tienda de su padre, vidriero, quedó destruida durante la guerra. Como otros jóvenes, Saliba quería buscarse la vida en otro lugar, pero no se rindió. A sus 22 años, decidió hacer algo por su pueblo y aprovechó la ocasión que le ofrecía el proyecto RestarT[3] de abrir una tiendecita donde ofrecer queso, yogur y mantequilla hechos por su madre, además de verdura, aceite, especias y café. Ya tiene un frigorífico y un generador. Ayudado por su padre, repartirá además cestas de comida entre las familias sin recursos[4].

VICTORIA GÓMEZ y el equipo de la Palabra de vida




[0] Del 1 al 6 de agosto se celebra en Lisboa la 37° Jornada Mundial de la Juventud, con el tema «Se levantó María y se fue con prontitud» (Lc 1, 39). En su mensaje de invitación a los jóvenes, el Papa dice que María «es modelo de los jóvenes en movimiento, no inmóviles frente al espejo o "atrapados" en las redes. Ella estaba totalmente orientada hacia el exterior». Y desea que la JMJ sea un momento para redescubrir juntos «la alegría del abrazo fraternal entre los pueblos y entre las generaciones, el abrazo de la reconciliación y la paz, de una nueva fraternidad misionera».

[1] C. LUBICH, Palabra de vida, junio 1994: Ciudad Nueva n. 300 (6/1994), p. 33.

[2] Ibid.

domingo, 9 de julio de 2023

SANTIDAD, ¿UNA PALABRA YA SUPERADA O BIEN UNA POSIBILIDAD DE PLENITUD DE VIDA?

Lanzados al infinito
De la página de Focolares

Los santos son grandes
porque, habiendo visto en el Señor
su propia grandeza,
se juegan por Dios, como hijos suyos,
todo lo que tienen.
Dan sin pedir nada a cambio.
Dan la vida, el alma, la alegría,
todo vínculo terreno, toda riqueza.
Libres y solos, lanzados al infinito
esperan que el amor los introduzca
en Reinos eternos;
pero, ya en esta vida
sienten llenarse el corazón de amor,
del verdadero amor, del único amor
que sacia, que consuela,
de ese amor que traspasa los párpados del alma
y da lágrimas nuevas.
¡Ah! Ningún hombre sabe lo que es un santo.
Ha dado y ahora recibe;
y un flujo continuo pasa entre Cielo y tierra,
une la tierra al Cielo y fluye del abismo
ebriedad única, linfa celestial,
que no se detiene en el santo,
sino que pasa a los cansados, los mortales,
los ciegos y paralíticos del alma,
y poda y riega, alivia, atrae y salva.
Si quieres conocer el amor, pregúntaselo al santo.

Chiara Lubich