12 José María Polo
Rejón.
Nació en Monachil el 28
de febrero de 1890.
El padre
era de La Zubia, la madre, de Cájar. A los 13 años su familia marcha a Granada
y vive en Carrera del Darro, parroquia de San Pedro. Estudió en el Seminario de
San Cecilio, siendo alumno externo, al menos al comienzo. Fue ordenado
sacerdote el 21 de diciembre de 1918. Fue coadjutor residencial de Zujaira,
después de Santa Catalina de Loja, sirviendo también la comunidad de Río Frío.
Fue párroco de Santa Cruz del Comercio, de Domingo Pérez y, finalmente, de
Arenas del Rey, sirviendo también Játar.
Una
prueba del ambiente que se respiraba en Arenas son las palabras del párroco al
sacristán y también electricista del pueblo, joven padre de tres hijos
pequeños: “No vengas por la Iglesia, José… si me matan a mí, que al menos no se
ensañen también contigo que eres un padre de familia y tienes que criar a tus
hijos”. El 6 de agosto unos milicianos llegan al pueblo y arrasan la
iglesia, después van en busca del cura, que busca refugio en el corral vecino a
la casa parroquial y allí es descubierto y fusilado. Su cadáver (o quizá sólo
herido) es arrastrado a la puerta de la casa rectoral. Sus amigos lo habían
animado a marcharse en dirección a Granada en los días anteriores,
acompañándole ellos hasta después de Agrón, pero él se negó y decidió
permanecer en su parroquia. Murió con 46 años. Su madre, anciana de 82 años,
que presenció todo, murió dos días después del martirio: murió “del asesinato
de su hijo”. ¡Gloria a las madres de tantos sacerdotes mártires! Los restos del
Siervo de Dios están en el cementerio de Arenas del Rey sin identificar. Hay un
recuerdo constante de su martirio: desde su muerte las procesiones de la parroquia
cambiaron de recorrido y todas pasan por el lugar donde quedó su cadáver.
FUENTE: NOTICIAS DIÓCESIS DE GRANADA.
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