Catequesis sobre san José 5. San José, emigrante perseguido y valiente
Queridos hermanos y hermanas,
¡buenos días!
Hoy quiero presentarles a san José como
un migrante perseguido y valiente. Así lo describe el evangelista
Mateo. Este acontecimiento concreto de la vida de Jesús, en el que también
están implicados José y María, se conoce tradicionalmente como “la huida a
Egipto” (cf. Mt 2,13-23). La familia de Nazaret sufrió tal
humillación y experimentó en primera persona la precariedad, el miedo y el
dolor de tener que abandonar su tierra natal. Aún hoy en día muchos de nuestros
hermanos y hermanas se ven obligados a experimentar la misma injusticia y
sufrimiento. El motivo es casi siempre la prepotencia y la violencia de los
poderosos. También para Jesús ocurrió así.
El rey Herodes se entera por los Reyes Magos
del nacimiento del "rey de los Judíos", y la noticia lo trastorna. Se
siente inseguro, se siente amenazado en su poder. Así que reúne a todas las
autoridades de Jerusalén para averiguar el lugar del nacimiento, y ruega a los
Reyes Magos que se lo comuniquen con precisión, para que ―dice falsamente― él
también pueda ir a adorarle. Pero cuando se dio cuenta de que los Reyes Magos
se habían ido en otra dirección, concibió un malvado plan: matar a todos los
niños de Belén de dos años para abajo, que era el tiempo en que, según el
cálculo de los Reyes Magos, Jesús había nacido.
Mientras tanto, un ángel ordena a José:
«Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; allí estarás
hasta que te avise. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle» (Mt 2,13).
Pensemos hoy en tantas personas que sienten esta inspiración en su interior:
“Huyamos, huyamos, porque aquí hay peligro”. El plan de Herodes recuerda al del
faraón de arrojar al Nilo a todos los hijos varones del pueblo de Israel
(cf. Ex 1,22). Y la huida a Egipto evoca toda la historia de
Israel, desde Abraham, que también estuvo allí (cf. Gn 12,10),
hasta José, hijo de Jacob, vendido por sus hermanos (cf. Gn 37,36)
y luego convertido en “líder del país” (cf. Gn 41,37-57); y a
Moisés, que liberó a su pueblo de la esclavitud de los egipcios (cf. Ex 1,18).
La huida de la Sagrada Familia a Egipto
salva a Jesús, pero desgraciadamente no impide que Herodes lleve a cabo su
masacre. Nos encontramos así con dos personalidades opuestas: por un lado,
Herodes con su ferocidad, y, por otro lado, José con su premura y valentía.
Herodes quiere defender su poder, su propia “piel”, con una crueldad
despiadada, como atestiguan las ejecuciones de una de sus esposas, de algunos
de sus hijos y de cientos de opositores. Era un hombre cruel: para resolver los
problemas, sólo tenía una receta: matar. Es el símbolo de muchos tiranos de
ayer y de hoy. Y para ellos, para estos tiranos, las personas no cuentan,
cuenta el poder, y si necesitan un espacio de poder, eliminan a las personas. Y
esto ocurre hoy: no tenemos que ir a la historia antigua, ocurre hoy. Es el
hombre que se convierte en “lobo” para los otros hombres. La historia está
llena de personalidades que, viviendo a merced de sus miedos, intentan
vencerlos ejerciendo el poder de manera despótica y realizando actos de
violencia inhumanos. Pero no debemos pensar que sólo vivimos en la perspectiva
de Herodes si nos convertimos en tiranos, no. De hecho, todos nosotros podemos
caer en esta actitud, cada vez que tratamos de disipar nuestros miedos con la
prepotencia, aunque sea sólo verbal o hecha a base de pequeños abusos
realizados para mortificar a los que nos rodean. También nosotros tenemos en
nuestro corazón la posibilidad de ser pequeños Herodes.
José es todo lo contrario a Herodes: en
primer lugar, es «un hombre justo» (Mt 1,19), mientras que Herodes
es un dictador; además, muestra valor al cumplir la orden del Ángel. Cabe
imaginar las vicisitudes que tuvo que afrontar durante el largo y peligroso
viaje y las dificultades de su permanencia en un país extranjero, con otra
lengua: muchas dificultades. Su valentía surge también en el momento de su regreso,
cuando, tranquilizado por el Ángel, supera sus comprensibles temores y se
instala con María y Jesús en Nazaret (cf. Mt 2,19-23). Herodes
y José son dos personajes opuestos, que reflejan las dos caras de la humanidad
de siempre. Es un error común considerar la valentía como la virtud exclusiva
del héroe. En realidad, la vida cotidiana de cada persona requiere valor.
Nuestra vida ―la tuya, la mía, la de todos nosotros― requiere valentía: ¡no se
puede vivir sin valentía! La valentía para afrontar las dificultades de cada
día. En todas las épocas y culturas encontramos hombres y mujeres valientes
que, por ser coherentes con sus creencias, han superado todo tipo de
dificultades, soportado injusticias, condenas e incluso la muerte. La valentía
es sinónimo de fortaleza, que, junto con la justicia, la prudencia y la
templanza forma parte del grupo de virtudes humanas conocidas como
“cardinales”.
La lección que hoy nos deja José es la
siguiente: la vida siempre nos depara adversidades, esto es verdad, y ante
ellas también podemos sentirnos amenazados, con miedo, pero sacar lo peor de
nosotros, como hace Herodes, no es el modo para superar ciertos momentos, sino
actuando como José, que reacciona ante el miedo con la valentía de confiar en
la Providencia de Dios. Hoy creo que es necesaria una oración por todos los
migrantes, todos los perseguidos y por todos aquellos que son víctimas de
circunstancias adversas: ya sea por circunstancias políticas, históricas o
personales. Pero, pensemos en tantas personas, víctimas de las guerras, que
quieren huir de su patria y no pueden; pensemos en los migrantes que inician
ese camino para ser libres y muchos acaban en la calle o en el mar; pensemos en
Jesús en brazos de José y María, huyendo, y veamos en él a cada uno de los
migrantes de hoy. La migración actual es una realidad ante la que no podemos
cerrar los ojos. Es un escándalo social de la humanidad.
San José,
tú que has experimentado el sufrimiento de los que deben huir
tú que te has visto obligado a huir
para salvar la vida de los seres queridos,
protege a todos los que huyen a causa de la guerra,
el odio, el hambre.
Sostenlos en sus dificultades,
fortalécelos en la esperanza y haz que encuentren acogida y solidaridad.
Guía sus pasos y abre los corazones de quienes pueden ayudarlos. Amén.
Aula Plablo VI
Miércoles, 29 de diciembre de 2021
FUENTE: VATICAN_VA
CATEQUESIS PAPA
FRANCISCO SOBRE SAN JOSE:
CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO SOBRE SAN JOSE 1: “SAN JOSE
Y EL AMBIENTE EN EL QUE VIVIÓ”.
CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO SOBRE SAN JOSE 2: “SAN JOSE
EN LA HISTORIA DE LA SALVACIÓN”.
CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO SOBRE SAN JOSE 3: “JOSÉ,
HOMBRE JUSTO Y ESPOSO DE MARIA”.
CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO SOBRE SAN JOSE 4: “SAN
JOSE, HOMBRE DEL SILENCIO”.
CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO SOBRE SAN JOSE 5: “SAN
JOSE, EMIGRANTE PERSEGUIDO Y VALIENTE”.
CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO SOBRE SAN JOSE 6: “SAN
JOSE, EL PADRE PUTATIVO DE JESUS”.
CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO SOBRE SAN JOSE 7: “SAN JOSE
EL CARPINTERO”.
CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO SOBRE SAN JOSE 8: “SAN JOSE
PADRE EN LA TERNURA”.
CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO SOBRE SAN JOSE 9: “SAN
JOSE, HOMBRE QUE “SUEÑA”.
CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO SOBRE SAN JOSE 10: “SAN
JOSE Y LA COMUNION DE LOS SANTOS”.
CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO SOBRE SAN JOSE 10: “SAN
JOSE Y LA COMUNION DE LOS SANTOS”.
CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO SOBRE SAN JOSE 11: “SAN
JOSE, PATRONO DE LA BUENA MUERTE”.
CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO SOBRE SAN JOSE 12: “SAN JOSE, PATRONO DE LA IGLESIA UNIVERSAL”.
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