Coincidiendo con la llegada a
nuestra Diócesis de los restos y reliquias de los granadinos beatificados
cuatro meses antes en Aguadulce (Almería), la S.I Catedral acogió en la
Solemnidad de Santiago Apóstol la Eucaristía con la que recibía los restos y
reliquias de dichos nuevos beatos.
Ante el altar mayor de la
Catedral, los restos de algunos de los nuevos beatos presidían la Santa Misa
oficiada por el Arzobispo Mons. Javier Martínez y concelebrada por algunos
sacerdotes diocesanos, entre ellos el Delegado episcopal para esta
beatificación en Almería, D. Manuel Reyes; el Delegado diocesano para la Causa
de los Santos, D. Eduardo García; y el Vicario General D. Francisco Javier
Espigares.
A la Santa Misa acudieron también
fieles, entre ellos familiares de los nuevos beatos, que fueron beatificados el
pasado 25 de marzo en Aguadulce, en la Causa José Álvarez-Benavides y de la
Torre y 114 compañeros mártires de Cristo en la persecución religiosa en España
en el siglo XX. Todos ellos murieron perdonando a sus verdugos sin renunciar a
la fe.
RESTOS Y RELIQUIAS.
“Hoy tenemos la alegría de
recibir los restos de algunos de ellos, de aquellos que se han podido encontrar
los restos, porque no todos los restos han podido ser inventariados”, señaló el
Delegado episcopal para la beatificación en Almería. D. Manuel Reyes enumeró
los nuevos beatos cuyos restos presidieron la celebración eucarística en la
Catedral: beato Ángel Noguera Gallegos, beato Andrés Molina y beato Secundo
Arce Manjón.
Junto a ellos, también en el
altar se encontraban de una manera conjunta los restos de los beatos Facundo
Fernández Rodríguez, Manuel López Álvarez, Gregorio Martos, Juan Moreno Juárez
y Juan Muñoz Quero. “Estos últimos cinco corresponden a los que han sido
encontrados, sepultados en el cementerio de Válor”, explicó D. Manuel Reyes. Asimismo,
la Diócesis de Granada recibió “las reliquias, pero no los restos completos, de
Luis Almécija, Lisardo Carretero, José Lara, Manuel Lucas, Juan Segura y
Eduardo Valverde”.
“Damos gracias al Señor porque
los restos de estos sacerdotes, beatos ya, vuelven a su iglesia de origen”,
subrayó el Delegado diocesano para la beatificación en Almería al inicio de la
Santa Misa de acogida.
PRÓXIMA MISA DE ACCIÓN DE GRACIAS.
La Eucaristía se celebró en el
día de la Solemnidad de Santiago Apóstol, el 25 de julio, un día después de que
dichos restos y reliquias llegaran a nuestra Diócesis, donde a partir de ahora
se establecerán algunas parroquias para su devoción por parte de los fieles, y
que se comunicará una vez se hayan preparado los respectivos altares de los nuevos
beatos.
Además de esta celebración
eucarística de acogida, la Diócesis celebrará próximamente una Eucaristía
solemne de acción de gracias por las beatificaciones de los 34 granadinos –una
veintena de ellos sacerdotes- de la Archidiócesis o vinculados de algún modo a
ella, ya que hasta 1957 había zonas de la llamada “Alpujarra almeriense” que
entonces pertenecían a la Diócesis granadina y hoy lo son de la diócesis vecina
almeriense.
Esta Santa Misa de acción de
gracias por las beatificaciones se llevará a cabo un domingo del próximo curso
académico en la S.I Catedral, cuya fecha concreta se comunicará próximamente.
Asimismo, nuestro Arzobispo Mons.
Javier Martínez explicó que a partir de esa Eucaristía de acción de gracias el
altar de la S.I Catedral dispondrá de algunas reliquias de los nuevos beatos
granadinos. Y es que las iglesias con altares de piedra tienen reliquias y la
Catedral aún no dispone de ellas, lo que “será una ocasión preciosa para suplir
esa deficiencia”, indicó Mons. Martínez.
La razón de depositar esa
reliquia en el altar de piedra en la iglesia es “la conexión profundísima entre
el misterio de la Eucaristía y la vida de los santos en general, y la de los
mártires en particular”, explicó nuestro Arzobispo. De este modo, “las reliquias
presentes en el altar harán presente justamente que las palabras de la
consagración y la promesa de Cristo de acompañarnos a lo largo de la vida se
cumplen verdaderamente en el cuerpo de la Iglesia, se cumplen misteriosamente
en la Eucaristía, pero se cumplen de una manera real en su cuerpo histórico,
que somos nosotros, que se da en nuestra comunión visible”, señaló Mons.
Martínez.
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