domingo, 8 de diciembre de 2024

DIÁLOGO DE LOS TRES PEREGRINOS. (Diálogo trinitario)

 


Dios le pide a su Hijo que se haga hombre

¡Ve rápido, te esperan!

Hijo: “Pero si me rechazan....Será terrible para ellos”

Padre: “El Espíritu te preparará una criatura tan libre que será incapaz de decir que no; una criatura tan auténtica que llegará a ser lo que nosotros deseamos; tan pura que estará feliz de ayudarnos”

Hijo: “¿Y Me dará también su cuerpo?”

Padre: “Ciertamente, su cuerpo, le pediremos a una mujer su carne y su sangre”

Hijo: “¿Y podre elegir a mi madre?”

Padre: “A ningún hijo de Adán le ha sido concedido un privilegio similar

Pero a ti te será dado. Tú la amarás y la concebirás antes de que ella Te conciba y Te ame.

Este amor tuyo la hará ante mis ojos más bella si cabe que ninguna otra criatura.”

Hijo...”Y ella...Me podrá elegir?”

Padre: “Le será concedido lo que a ninguna otra madre le fue dado.

Ella sabrá que Tú existías antes de que ella te diera la vida.

Te amará como se ama al Esposo antes incluso que amarte como Hijo

Este Amor hará de ti el más bello de los hijos de hombre y por tus venas correrá su sangre; una sangre purificada por el Espíritu. Tomarás el color de sus ojos; unos ojos que el Espíritu habrá llenado de Luz.

Al compás del tuyo, latirá un corazón que el Espíritu habrá sosegado y unificado. Tendrás unos rasgos tan semejantes a los de tu madre como ningún otro hijo jamás los ha recalcado de quien lo ha generado...

¡De la misma manera que en otro tiempo Adán se semejaba a ti! Sólo de Ella recibirás todo aquello que te hará hombre. Solo Ella, y nadie más, te transmitirá la vida. Te precederá como Madre, Te acogerá como Esposa. Te nutrirá con el pan de la tierra y te dará a beber el agua de su pozo.”

Y, el Padre le dice al Espíritu:

“Te envío sobre Miriam.

Por tu bondad, desciende sobre ella, bendícela, santifícala. Imprégnate de su cuerpo y de su sangre para hacer de ellos el Cuerpo y la Sangre de mi Único

Hijo, para que todos aquellos que participen de ellos se vean liberados del demonio y, rebosantes de ti, obtengan la Vida Eterna”

El Padre le dice al Hijo:

"Hijo, engendrado cuando no existían todavía manantiales de agua, ve a deleitarte entre los hijos de los hombres, haciendo de ellos Tu alegría y la Mía cada día. Levanta Tu tienda en Miriam, echa raíces en su campo. Crece en Ella como el magnífico olivo en la planicie. Tus ramas serán de Gloria y de Gracia.

Celebra Nuestra Divina liturgia en el interior de su campo, perfume de incienso en Mi presencia."

Y así, delante de una jovencita, la Gloria se hace mendiga. Entre la una y la otra se desarrolla un inaudito diálogo:

Dios: “¿Quieres ofrecerle al Hijo preferido la única cosa que no puedo darle; que lo que sólo tú puedes confiarle,… .el rostro de Adán?"

María: “Todo lo que me pertenece es Tuyo”.

Dios: “Ofrecerle la carne como se echa leña al fuego.

El fuego -¿Sabes?- tiene sus ocultas preferencias… Y tu madera es de purísimo olivo

María: “Yo soy la madera y Tú eres el fuego, pero… ¿Dónde está el cordero?

Dios: “Yo proveeré, Hija mía”

María: “Este es mi cuerpo ahora ofrecido a Ti Esta mi sangre que ya corre por ti”.

Dios: “Sangre de una nueva Alianza, será derramada para que cada pecado sea borrado y el mundo purificado, empezando por ti.”

María: “Como quieras Tú, Padre, no como yo quiero”.

Dios: “Aquel que es todo para mí, te pertenece ahora a Ti”

Y he aquí que:" La Gloria llega del oriente con la sonora voz de grandes aguas.

Y la Gloria del Señor entra en la Casa, por la puerta que mira a oriente. Este umbral permanecerá siempre cerrado porque por ahí ha pasado el Dios de Israel. El príncipe descansará ahí, para tomar su comida. El Espíritu me hizo entrar en el patio más íntimo y oí que me hablaban desde la Casa: Hijo del hombre, este es el lugar de mi trono y el sitio de mi santuario.

Aquí viviré entre mi pueblo, para siempre. ¡De hoy en adelante el nombre de la

Ciudad será: el Señor está aquí!" ¡Shamma!

Albert Camus

* * * *

"¡Querría postrarme en el suelo para adorar al Amor que ha mandado a nuestra tierra, en un cuerpo vulnerable, la real dulzura de Jesús... Tan incomparable y divinamente cerca que se ha hecho carne... El Corazón se ha hecho cuerpo!

La sobrecogedora Misericordia ha querido tener manos para tocar, y tocar incluso antes de nacer, el aterciopelado seno materno y puro, tocar sus párpados, dormir sobre el pecho de María...

La Misericordia ha conseguido tener un cuerpo."

Monseñor Klaus Hemmerle


LA BELLEZA DE MARÍA.

 


Eres más pura que el sol más hermosa
que las perlas que ocultan los mares
sólo tú entre tantos mortales
fuiste libre del yerro de Adán.

¡Salve, Salve! cantaban, María,
¡que más pura que tú: sólo Dios!
y en el cielo una voz repetía:
¡más que tú... sólo Dios, sólo Dios!

Con torrentes de luz que te inundan,
los Arcángeles besan tu pie,
las estrellas tu frente circundan,
y hasta Dios con orgullo te ve.

¡Salve, Salve! cantaban, María,
¡que más pura que tú: sólo Dios!
y en el cielo una voz repetía:
¡más que tú... sólo Dios, sólo Dios!

Pues llamándote Pura y sin mancha,
de rodillas los mundos están,
y tu espíritu arroba y ensancha
tanta fe, tanto amor, tanto afán.

¡Salve, Salve! cantaban, María,
¡que más pura que tú: sólo Dios!
y en el cielo una voz repetía:
¡más que tú... sólo Dios, sólo Dios!

¡Ay! Bendito el Señor, que en la tierra
pura y limpia te pudo formar,
como forma el diamante la sierra,
como cuaja las perlas el mar.

miércoles, 4 de diciembre de 2024

PALABRA DE VIDA DE DICIEMBRE DE 2024.


«Nada es imposible para Dios» (Lc 1, 37).

La imagen es de Fano, tomada de la red

En el relato de la Anunciación, el ángel Gabriel visita a María de Nazaret para darle a conocer los planes de Dios sobre ella: concebirá y dará a luz un hijo, Jesús, que «será grande y será llamado Hijo del Altísimo» (Lc 1, 32). Este episodio sigue la estela de otros eventos del Antiguo Testamento que llevaron a mujeres estériles o muy ancianas a nacimientos prodigiosos, cuyos hijos habrían de desarrollar una tarea importante en la historia de la salvación. Aquí, aunque María quiere adherirse con plena libertad a la misión de convertirse en la madre del Mesías, se pregunta cómo podrá suceder, siendo ella virgen. Gabriel le garantiza que no será obra de hombre: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra» (Lc 1, 35). Y añade:

«Nada es imposible para Dios»

Esta certeza, que significa que ninguna declaración o promesa de Dios quedará incumplida -pues no hay nada imposible para ÉI-, se puede formular también de este modo: nada es imposible con Dios. De hecho el matiz del texto griego -con, o cerca de o junto a- ilumina su estar cerca del hombre. Es al ser humano o a los seres humanos, cuando están junto a Dios y libremente se adhieren a Él, a los que nada les es imposible.

«Nada es imposible para Dios»

¿Cómo poner en práctica esta palabra de vida? Ante todo, creyendo con gran confianza que Dios puede actuar incluso dentro y más allá de nuestras limitaciones y debilidades, así como en las condiciones más oscuras de la vida.

Esa fue la experiencia de Dietrich Bonhoeffer, que, durante la reclusión que lo llevaría al suplicio, escribe: «Debemos sumergirnos una y otra vez en el vivir, hablar, actuar, sufrir y morir de Jesús para reconocer lo que Dios promete y cumple. Es cierto [...] que para nosotros ya no hay nada imposible, porque nada hay imposible para Dios; [...] es cierto que no debemos pretender nada y que sin embargo podemos pedirlo todo; es cierto que en el sufrimiento se oculta nuestra alegría y en la muerte nuestra vida ... A todo esto Dios dijo sí y amén en Cristo. Este sí y este amén son el terreno firme en el que nos mantenemos»[1].

«Nada es imposible para Dios»

Cuando tratamos de superar la aparente «imposibilidad» de nuestra insuficiencia para alcanzar la «posibilidad» de una vida coherente, cumple un papel determinante la dimensión comunitaria, que se desarrolla allí donde los discípulos viven entre ellos el mandamiento nuevo de Jesús y así se dejan habitar, cada uno y todos juntos, por el poder de Cristo resucitado.

Escribía Chiara Lubich en 1948 a un grupo de jóvenes religiosos: «¡Y adelante! No con nuestra fuerza, miserable y débil, sino con la omnipotencia de la Unidad. He constatado, palpado, que Dios entre nosotros realiza lo imposible: ¡el milagro! Si permanecemos fieles a nuestra divisa [...] el mundo verá la Unidad y, con ella, la plenitud del Reino de Dios»[2].

Hace años, cuando estaba en África, muchas veces me encontraba con jóvenes que querían vivir como cristianos y me hablaban de las muchas dificultades que encontraban cada día en su entorno para permanecer fieles a los compromisos de la fe y a las enseñanzas del Evangelio. Hablábamos de ello durante horas, y al final siempre llegaban a la misma conclusión: «Solos es imposible, pero juntos podemos». Lo garantiza el propio Jesús cuando promete: «Donde están dos o tres reunidos en mi nombre (en mi amor), ahí estoy yo en medio de ellos» (Mt 18,20). Y con él todo es posible.

Augusto Parody Reyes y el equipo de la Palabra de Vida



[1] D. BONHOEFFER, Resistenza e resa, San Paolo, Cinisello Balsamo 1988, p. 474. Dietrich Bonhoeffer (1906-1945) fue un teólogo y pastor luterano alemán, protagonista de la resistencia al nazismo.

[2] C. LUBICH, El primer amor. Cartas de los inicios (1943-1949), Ciudad Nueva, Madrid 2018, 180.