viernes, 15 de diciembre de 2023
viernes, 1 de diciembre de 2023
PALABRA DE VIDA DE DICIEMBRE DE 2023.
«Estad siempre alegres. Orad constantemente. En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios, en Cristo Jesús, quiere de vosotros» (1 Ts 5, 16-18).
Pablo
amaba a la comunidad de Tesalónica, ejemplar por su vida, su testimonio y sus
frutos; les escribe esta carta cuando aún vivían muchos de los contemporáneos
de Jesús que lo habían visto y oído, testigos de su muerte y de su resurrección
y luego de su ascensión; les suplica que se lea a todos (5, 27) Y anota en ella
unas recomendaciones que resume así:
«Estad siempre
alegres. Orad constantemente. En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios, en
Cristo Jesús, quiere de vosotros».
En
estas apremiantes exhortaciones no se trata solo de qué se espera Dios de
nosotros, sino de cuándo: siempre, constantemente.
Pero
¿se puede mandar que estemos alegres? La vida nos sorprende a todos con
problemas y preocupaciones, con sufrimientos y angustias. Y sin embargo, para
Pablo hay una razón que hace siempre posible «esa alegría» a la que alude. Él
recomienda a los cristianos que se tomen la vida en serio para que Jesús pueda
vivir en ellos con la plenitud que prometió después de su resurrección. Él vive
en la persona que ama, y cualquiera puede adentrarse en el camino del amor con
desapego de sí mismo, con un amor gratuito a los demás, aceptando el apoyo de
sus amigos, manteniendo viva la confianza de que «el amor lo vence todo»[1].
«Estad siempre
alegres. Orad constantemente. En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios, en
Cristo Jesús, quiere de vosotros».
Dialogar
entre personas de distintas religiones y convicciones lleva a entender aún con
más hondura que rezar es una acción profundamente humana; la oración eleva a la
persona.
Y
¿cómo rezar ininterrumpidamente? El teólogo ortodoxo Evdokimov dice que «no
basta con hacer oración, tener reglas, costumbres; hace falta convertirse en
oración, ser oración encarnada, hacer de nuestra vida una liturgia, rezar con
las cosas del día a día»[2]. Y Chiara
Lubich subraya que «podemos amar [a Dios) como hijos, con el corazón lleno por
el Espíritu Santo de amor y de confianza en nuestro Padre; una confianza que
nos lleva a hablar frecuentemente con Él, a contarle todas nuestras cosas,
nuestros propósitos, nuestros provectos»[3]
Y
hay también un modo de rezar siempre que es accesible a todos: pararse antes de
cada acción y centrar bien la intención con un «Por ti». Es una práctica
sencilla que transforma desde dentro nuestras actividades y nuestra vida entera
en una oración constante.
«Estad siempre
alegres. Orad constantemente. En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios, en
Cristo Jesús, quiere de vosotros».
Ante
cualquier cosa, dad gracias. Es la actitud que brota libre y sincera del amor
agradecido por Aquel que, silenciosamente, sostiene y acompaña a los
individuos, a los pueblos, la historia y el cosmos. Con gratitud a los demás
que caminan con nosotros, que nos hace conscientes de que no somos
autosuficientes.
Alegrarnos,
orar y dar gracias: tres acciones que nos acercan a ser como Dios nos ve y nos
quiere y enriquecen nuestra relación con Él. Con la confianza de que «el Dios
de la paz os santifique plenamente (1 Ts 5, 23).
Así
nos prepararemos a vivir más profundamente la alegría de la Navidad para hacer
un mundo mejor, para ser tejedores de paz dentro de nosotros, en casa, en el
trabajo, en las plazas. Hoy no hay nada más necesario y urgente.
Victoria
Gómez y el equipo de la Palabra de vida
[1] Publio Virgilio Marón, Églogas, X, 69. Se puede
ver una versión musical del grupo Gen Rosso en: youtube/10zGqA7ZQNO.
[2] P. EVDOKIMOV, "La preghiera di
Gesú», en La novitá dello Spirito, Ancora, Milán 1997.
[3] C. LUBICH, «Construimos en oración», en Construir
el castillo exterior, Ciudad Nueva, Madrid 2004, p. 47.O
miércoles, 15 de noviembre de 2023
jueves, 2 de noviembre de 2023
PALABRA DE VIDA DE NOVIEMBRE DE 2023
«Pues todos
vosotros sois hijos de la luz e hijos del día; nosotros no somos de la noche ni
de las tinieblas» (1 Ts 5, 5).
La luz simboliza la vida. Cada día la aurora es mensajera de un
nuevo inicio. La luz está presente en los relatos de los pueblos y en las
religiones. Los judíos celebran la Fiesta de las Luces, la Janucá, que
conmemora la nueva dedicación del templo de Jerusalén y la liberación respecto
a los cultos paganos. Los musulmanes encienden velas en el día del nacimiento
del profeta, Mawlid en árabe, Mevlid Kandili en turco. La fiesta Diwali, originariamente
hindú y cuyo nombre significa serie de luces, se celebra también en otras
religiones de la India y representa la victoria del bien sobre el mal. Para los
cristianos, Jesucristo es la luz que ilumina las tinieblas del mundo.
Así pues, es una realidad fuertemente simbólica, que representa
una presencia de la divinidad y un don para la tierra.
«Pues todos vosotros sois
hijos de la luz e hijos del día; nosotros no somos de la noche ni de las tinieblas»
¿Cuáles son las características de los hijos del día? Una de ellas
es «no ser de la noche ni de las tinieblas».
La invitación del Apóstol a la comunidad de Tesalónica consiste en
vigilar juntos, renunciando a cualquier forma de pereza y de indiferencia.
Quienes no pertenecen a la noche tienen la tarea de iluminar las relaciones
entre las personas, en un continuo donarse para hacer visible la presencia del
Resucitado con fe, amor y esperanza, como escribe Pablo (cf. 1 Ts 5, 8).
Además, hace falta cultivar una relación más estrecha y verdadera
con Dios, escudriñar el corazón y encontrar momentos de diálogo a través de la
oración, viviendo su Palabra; que hace que resplandezca esta luz.
«Pues todos vosotros sois
hijos de la luz e hijos del día; nosotros no somos de la noche ni de las
tinieblas»
Podemos habituarnos a vivir en la oscuridad de nuestro corazón o
contentarnos con las luces artificiales, con las promesas de felicidad del
mundo. Pero Dios nos llama a hacer que resplandezca su Luz dentro de nosotros y
a mirar a las personas y los acontecimientos con atención, para captar en ellos
reflejos de luz.
El esfuerzo consiste en pasar continuamente de la oscuridad a la
luz. «El cristiano no puede huir del mundo, esconderse o considerar la religión
como un asunto privado -escribe Chiara Lubich-. Vive en el mundo porque tiene
una responsabilidad, una misión ante todos los hombres: ser luz que ilumina.
También tú tienes esta tarea, y si no la cumples, tu inutilidad es como la de
la sal que ha perdido su sabor o como la de la luz que se vuelve sombra (cf. Mt
5, 13-16). [...] La tarea del cristiano es dejar traslucir esa luz que vive en
él, ser "signo" de esta presencia de Dios entre los hombres»[1].
«Pues todos vosotros sois
hijos de la luz e hijos del día; nosotros no somos de la noche ni de las
tinieblas».
Dios es luz, y pueden encontrarlo quienes lo buscan con amor
sincero. Suceda lo que suceda, nunca seremos separados de su amor, porque somos
hijos suyos. Con esta convicción, no nos dejaremos sorprender ni abrumar por
los acontecimientos.
El terremoto de este año en Turquía y Siria dio un vuelco a las
vidas de millones de personas. Quienes sobrevivieron a la catástrofe,
comunidades enteras del lugar y de otros países, se dedicaron a llevar apoyo
inmediato a quienes habían perdido seres queridos, casas, todo.
Las tinieblas nunca podrán vencer a quienes eligen vivir en la luz
y para generar luz. Y esto, para quienes somos cristianos, significa una vida
con Cristo en medio de nosotros, y su presencia hace posible abrir resquicios
de vida, devuelve la esperanza y hace que sigamos viviendo en el amor de Dios.
Patrizia Mazzola y el equipo
de la Palabra
de Vida
[1] C. LUBICH, Palabra de vida, agosto 1979, en EAD., Palabras de vida/l (1943-1990), Ciudad Nueva, Madrid 2020, pp. 147-148.
martes, 10 de octubre de 2023
lunes, 2 de octubre de 2023
PALABRA DE VIDA DE OCTUBRE 2023.
«Pues lo del César devolvédselo al César, y lo de Dios a Dios» (Mt 22,21).
Jesús entra en Jerusalén y es aclamado como «hijo de David», un
título que Mateo atribuye a Cristo, que vino a proclamar el inminente
advenimiento del Reino de Dios.
Entonces se desarrolla un diálogo entre Jesús y un grupo de
herodianos y fariseos con diversas opiniones sobre el poder del emperador. Le
preguntan si considera lícito o no pagar las tasas al emperador, para así
obligarlo a alinearse a favor o contra el César y tener de qué acusarlo.
Pero Jesús pregunta, a su vez, de quién es la efigie impresa en la
moneda. Y como es del emperador, responde:
«Pues lo del
César devolvédselo al César, y lo de Dios a Dios»
Pero ¿qué se le debe al César y qué a Dios?
Jesús reclama el primado de Dios: así como en la moneda romana
está impresa la imagen del emperador, en cada persona humana está impresa la
imagen de Dios.
La tradición rabínica afirma que todo hombre ha sido creado a
imagen de Dios (cf. Gn 1,26): «El hombre acuña muchas monedas con un mismo
sello y todas se parecen unas a otras. En cambio, el rey de los reyes, el Santo
-bendito sea- acuñó a todos los hombres con el sello del primer hombre y, sin
embargo, ninguno de ellos se parece a su compañero»[1].
Solo a Dios podemos dar todo nuestro ser, y en Él encontramos
libertad y dignidad. Ningún poder humano puede pretender semejante fidelidad.
Si alguien conoce a Dios y puede ayudarnos a darle su justo lugar,
es Jesús. Para él, «[...] amar significó cumplir la voluntad del Padre,
poniendo a su disposición mente, corazón, energías, la misma vida: se entregó
por completo al proyecto que el Padre tenía para Él. El Evangelio nos lo
muestra siempre totalmente orientado al Padre [...]. A nosotros también nos
pide lo mismo: amar significa hacer la voluntad del Amado, sin medias tintas,
con todo nuestro ser. [...] En esto se nos pide la mayor radicalidad, porque a
Dios no se le puede dar menos que todo: todo el corazón, toda el alma, toda la mente»[2].
«Pues lo del
César devolvédselo al César, y lo de Dios a Dios»
¡Cuántas veces nos encontramos ante dilemas que nos tientan a
buscar una salida fácil! También Jesús es puesto a prueba ante dos opciones
ideológicas, pero Él tiene clara la prioridad: la venida del reino de Dios, el
primado del amor.
Dejémonos interpelar por esta Palabra: ¿nuestro corazón está
deslumbrado por la notoriedad?, ¿admira a las personas de éxito, a los
influencers? ¿Quizá atribuimos a las cosas el lugar que le corresponde a Dios?
Jesús nos invita a un discernimiento serio y bien fundado en
nuestra escala de valores.
Nuestra conciencia es una voz, a veces sutil y tal vez dominada
por otras voces, pero que nos empuja a buscar sin descanso caminos de
fraternidad, incluso a costa de nadar a contracorriente.
Es fundamental para un auténtico diálogo con los demás, para
encontrar juntos respuestas adecuadas a la complejidad de la vida. No significa
escabullirse de nuestra responsabilidad para con la sociedad, sino ofrecerse
para servir al bien común.
Durante la reclusión que lo llevaría a ser ejecutado por su
resistencia civil al nazismo, Dietrich Bonhoeffer escribe a su novia: «No
concibo la fe que huye del mundo, sino la que resiste en el mundo y ama y
permanece fiel a la tierra, a pesar de todas las tribulaciones que esta nos
procura. Nuestro matrimonio debe ser un sí a la tierra de Dios, debe reforzar
en nosotros la valentía de obrar y de crear algo en la tierra. Me temo que los
cristianos que se atreven a estar en la tierra con un solo pie estarán con un
solo pie también en el cielo»[3].
Letizia Magri
y el equipo de la Palabra de vida
viernes, 15 de septiembre de 2023
IGLESIA DE NUESTRA SEÑORA DE LAS ANGUSTIAS DE GRANADA. UNA CATEQUESIS PLÁSTICA.

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En un plano intermedio, por encima de las capillas, doce figuras barrocas de dinámica factura se proyectan sobre la nave y el crucero, elevadas desde sus repisas, hacia los cuatro puntos cardinales. Es imposible que la mirada de los fieles no se cruce con los rostros, a veces de místico dramatismo, del Apostolado que talló Pedro Duque Cornejo. Superpuestos a los pilares del templo, son expresión del fundamento de la Iglesia. Ostentando en sus manos los atributos de su martirio, confirman los méritos de la Pasión de Cristo, a la que se asocian por el seguimiento (discípulos) y la imitación (mártires). Más elevados, al estarlo también el presbiterio, la última pareja, S. Pedro cabeza de la Iglesia y S. Pablo apóstol de los gentiles, nos introducen directamente en el altar mayor.

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jueves, 7 de septiembre de 2023
PALABRA DE VIDA DE SEPTIEMBRE DE 2023.
«Todos los días te bendeciré, alabaré tu nombre por siempre» (Sal 145 [144], 2).
Esta
Palabra de la Escritura es una oración. Los salmos reflejan la experiencia
religiosa individual y colectiva del pueblo de Israel en su historia y sus
vicisitudes. La oración hecha poesía se eleva al Señor como lamento, súplica, acción
de gracias y alabanza: toda una variedad de sentimientos y actitudes con los
que expresar nuestra relación con el Dios vivo.
En
el salmo 145 el salmista exalta la grandeza de Dios basándose en su experiencia
personal: «Grande es el Señor, muy digno de alabanza» (v. 3); magnifica su
bondad y la universalidad de su amor: «Bueno es el Señor para con todos, tierno
con todas sus criaturas» (v. 9); reconoce su fidelidad: «Fiel es el Señor en
todo lo que dice» (v. 13b), e incluso abraza a todos los seres vivos en un
canto cósmico: «Que bendigan los viviente su nombre sacrosanto, para siempre
jamás» (v. 21).
«Todos los días te
bendeciré, alabaré tu nombre por siempre»
Pero
el hombre moderno se siente a veces perdido, abandonado a su suerte. Teme que
sus días estén en manos del azar, en un sucederse de eventos sin sentido ni
meta.
Este
salmo da esperanza: «Dios es creador del cielo y de la tierra; es fiel al pacto
que lo vincula a su pueblo…, hace justicia a los oprimidos, da pan a los
hambrientos y libertad a los cautivos; … abre los ojos a los ciegos, endereza a
los que ya se doblan, ama a los justos, guarda a los peregrinos, sustenta al
huérfano y a la viuda […]»[1].
«Todos los días te
bendeciré, alabaré tu nombre por siempre»
Esta
Palabra nos invita a cuidar nuestra relación personal con Dios, a acoger sin
reservas su amor y su misericordia y ponernos a la escucha de su voz. Ahí
radica el fundamento de toda oración. Pero este amor nunca está desligado del
amor al prójimo: cuando imitamos a Dios Padre y amamos a cada hermano y hermana
-en particular a los últimos, los descartados, los más solos-, percibimos su
presencia en nuestra vida. Chiara Lubich lo resume así en una asamblea de
budistas donde comparte su vivencia cristiana: «El núcleo de mi experiencia
consiste en esto: cuanto más se ama al hombre, más se encuentra a Dios. Cuanto
más se encuentra a Dios, más se ama al hombre».
«Todos los días te
bendeciré, alabaré tu nombre por siempre»
Pero
hay otro modo de encontrarlo. La humanidad es cada vez más consciente del
problema ecológico, en particular los jóvenes, que proponen un estilo de vida
más sobrio, un nuevo modelo de desarrollo que se comprometa por el derecho de
todos al agua, a los alimentos y al aire limpio y busque fuentes de energía
alternativas. Así el ser humano podrá recuperar su relación con la naturaleza y
alabar a Dios, al descubrir con asombro su ternura hacia toda la creación.
Ya
de niño, en su Burundi natal, Venant se despertaba al alba con el canto de los
pájaros y recorría decenas de kilómetros por la selva para ir a la escuela, en
plena armonía con los árboles, los animales, los riachuelos… y con sus
compañeros. Se sentía parte de un ecosistema en el que criatura y Creador
estaban en total armonía. Esta consciencia se transformaba en alabanza durante
todo el día.
¿Y
nosotros? «En nuestras metrópolis de cemento, levantadas por la mano del hombre
en medio del bullicio del mundo, rara vez se salva la naturaleza. Pero, si lo
queremos, basta con una rendija de cielo azul entre los rascacielos para
acordarnos de Dios; basta con un rayo de sol, que no deja de penetrar ni
siquiera entre los barrotes de una prisión; basta con una flor, una pradera o el
rostro de un niño…»[2].
Augusto Parody Reyes y
el equipo de la Palabra de Vida
[1] JUAN PABLO II, Audiencia general, 2-7-2003, Comentario al salmo 145, n. 2.
[2] C. LUBICH, Conversazioni in collegamento telefonico/1 (ed. M. Vandeleene), «Opere di Chiara Lubich» 8.1, Città Nuova, Roma 2019, p. 340
miércoles, 23 de agosto de 2023
CUANDO LA LUZ DEL SOL ES YA PONIENTE.
Cuando la luz del sol es ya poniente.
La imagen es de la redAmén.
martes, 1 de agosto de 2023
PALABRA DE VIDA DE AGOSTO DE 2023 (0).
«Mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas» (Mt 15,28).
Jesús
se dirige a la región de Tiro y Sidón, en tierra extranjera. Busca un poco de
reposo con los suyos, y también soledad, silencio, oración y refugio. De
improviso les llegan los gritos de una mujer. Su presencia incomoda a los
discípulos, que le «imploran» a Jesús que la atienda para librarse de ella. La
mujer no se paraliza por no ser israelita, ni por ser mujer, ni porque el
Maestro la ignore. Es una madre desesperada por su hija, «malamente
endemoniada». Se acerca a Jesús e insiste en pedirle ayuda. Jesús le dirige
palabras de una dureza inaudita: «No está bien tomar el pan de los hijos y
echárselo a los perritos»,
La
mujer comprende que su mundo no forma parte de la misión primaria de Jesús;
asume que su Dios no es una máquina dispensadora de gracias, sino un padre que
pide una relación acorde con la verdad, que pasa por reconocer también la
propia pobreza personal. Mira a Jesús a los ojos: «Sí, Señor, pero también los
perritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos». Pone a Jesús
contra la pared, por así decir, y Él se conmueve por su humildad. Hasta sus
gritos parecen expresar su fe.
«Mujer, grande es tu fe; que te suceda
como deseas».
La
gran fe de esta mujer está esculpida por varios verbos: sale y va hacia Jesús;
grita; llora; pide piedad; lo reconoce como Señor y se postra ante él; mantiene
su certeza de que lo imposible es posible para el Señor; responde a la dureza
de Jesús con una lógica impecable. «y desde aquel momento quedó curada su hija»
(cf. Mt 15, 21-28).
Esta
Palabra muestra la fe operante de una persona y, al mismo tiempo, la constancia
y el camino de la primera comunidad cristiana a la que se dirige Mateo, en su
apertura al mundo no judío que está en búsqueda.
«Mujer, grande es tu fe; que te suceda
como deseas».
«También
nuestra fe puede entrar en crisis por un hecho imprevisto que viene a perturbar
nuestros proyectos, por una grave enfermedad, por el prolongarse de una
situación muy dolorosas»[1], y -podríamos añadir- por la
falta de paz en el mundo, por las injusticias estructurales, por la grave
enfermedad del planeta, por conflictos familiares y sociales... «Dios permite
que nuestra fe pase por situaciones difíciles y a veces absurdas. Él quiere
purificarla, quiere ver si de verdad sabemos abandonarnos en Él y creer que su
amor es mucho mayor que nuestros proyectos, deseos y expectativas»[2].
Así le sucedió a Saliba. Parecía obligado a dejar su ciudad, Homs (Siria) y a sus padres mayores cuando la tienda de su padre, vidriero, quedó destruida durante la guerra. Como otros jóvenes, Saliba quería buscarse la vida en otro lugar, pero no se rindió. A sus 22 años, decidió hacer algo por su pueblo y aprovechó la ocasión que le ofrecía el proyecto RestarT[3] de abrir una tiendecita donde ofrecer queso, yogur y mantequilla hechos por su madre, además de verdura, aceite, especias y café. Ya tiene un frigorífico y un generador. Ayudado por su padre, repartirá además cestas de comida entre las familias sin recursos[4].
VICTORIA GÓMEZ y el equipo de la Palabra de vida
[0] Del 1 al 6 de agosto se celebra en Lisboa la 37° Jornada Mundial de la Juventud, con el tema «Se levantó María y se fue con prontitud» (Lc 1, 39). En su mensaje de invitación a los jóvenes, el Papa dice que María «es modelo de los jóvenes en movimiento, no inmóviles frente al espejo o "atrapados" en las redes. Ella estaba totalmente orientada hacia el exterior». Y desea que la JMJ sea un momento para redescubrir juntos «la alegría del abrazo fraternal entre los pueblos y entre las generaciones, el abrazo de la reconciliación y la paz, de una nueva fraternidad misionera».
[1] C. LUBICH, Palabra de vida,
junio 1994: Ciudad Nueva n. 300 (6/1994), p. 33.
[2] Ibid.