“El
párroco de Algolodúy, Ángel Noguera Gallego, comenzó a sufrir
dura y sangrienta persecución el día 24 de julio de 1936, cuando
decidió marchar al Cortijo de la “Simona” con sus compañeros
sacerdotes, los hermanos Gómez Matarín, donde fue detenido junto
con el mayor de los dos hermanos, que maniatados los llevaron a
Rágol, insultándoles hasta el coche que los trasladó en los
primeros días de agosto de 1936 al convento de las Adoratrices de
Almería, donde se encontraban los obispos de Guadix y Almería con
otros muchos sacerdotes y el maestro nacional Enrique Galindo
Herrada. A continuación lo llevaron al barco-prisión Estoy-Mendi
junto con dicho maestro y otros sacerdotes, en el que tenían que
limpiar el barco con maltratos, padeceres y terribles torturas por
parte de los marineros; nunca se quejó de aquellos energúmenos ni
de nada; según refirió el guardia civil Federico Torres Hidalgo,
que estuvo encarcelado en el mismo barco. Y en los primeros días de
septiembre, a las dos de la madrugada le nombraron junto con los dos
obispos y otros sacerdotes, que fueron fusilados mientras rezaban y
perdonaban a los que con tanto odio y saña los mataron".
De la red |
Párrafo
tomado del libro “Santos
mártires de las Tahas y pueblos de la Alpujarra de Almería”,
Ed. PUNTO ROJO LIBROS, S.L. 2015.
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