La imagen es de la red |
Si bien esta misión nos reclama una entrega generosa,
sería un error entenderla como una heroica tarea personal, ya que la obra es
ante todo de Él, más allá de lo que podamos descubrir y entender. Jesús es «el
primero y el más grande evangelizador». En cualquier forma de evangelización el
primado es siempre de Dios, que quiso llamarnos a colaborar con Él e impulsarnos
con la fuerza de su Espíritu. La verdadera novedad es la que Dios mismo
misteriosamente quiere producir, la que Él inspira, la que Él provoca, la que
Él orienta y acompaña de mil maneras. En
toda la vida de la Iglesia debe manifestarse siempre que la iniciativa es de
Dios, que «Él nos amó primero» (1 Jn 4,19) y que «es Dios quien
hace crecer» (1 Co 3,7). Esta convicción nos permite conservar la
alegría en medio de una tarea tan exigente y desafiante que toma nuestra vida
por entero. Nos pide todo, pero al mismo tiempo nos ofrece todo.
Exhortación Apostólica “La alegría del Evangelio”
(n.º12 )
Papa Francisco.
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