IGINO GIORDANI Y EL SANTO ROSARIO
“María
nos lleva de la mano de nuevo a la casa de Dios, y en ella nos nutre de amor:
nos hace partícipes de la vida de la Trinidad, la vida de la familia divina
hecha familia nuestra. Así la Madre nos hace de casa en la casa del Padre”
Presentamos
este bello compendio de amor dedicado a
la Santísima Virgen compuesto por pensamientos de Igino Giordani. Todos los textos
están tomados de un librito que llegó a nuestras manos hace tiempo, muy
sencillo, pero que nos ha ayudado en muchos momentos y nos parecía una joya que
no la podíamos guardar para nosotros. Son pequeñas meditaciones de IGINO GIORDANI, que como perlas van engarzándose hasta formar una bella meditación
dirigida a la Virgen y que nos han ayudado a rezar el Rosario.
“La Virgen puede
mucho” repetía muchas veces “Foco”, como lo conocían sus más
cercanos amigos, y para nosotros, que conocimos a Foco, hemos sentido de nuevo,
como el fuego de amor de su dilatado corazón por la Iglesia y la humanidad, cuando
pensamos en el Beato Ángel Noguera Gallegos.
Escribía
Igino Giordani sobre como la Virgen había cambiado su vida en su diario:
“El drama
humano-divino de María completó el drama divino-humano de Jesús: único drama de
la Redención, pues en ese abandono, nosotros, hijos dispersos de Abrahán,
fuimos recuperados...”
“Mientras meditaba
sobre este misterio, -sobre esta realeza del dolor-, en la tarde del 1 de
octubre, mes consagrado de María, después de las oraciones el alma se vio
desalojada de golpe de cosas y de criaturas humanas y en su lugar entró María
con Jesús desangrado, y toda la estancia del alma fue colmada por su figura de
dolor y de amor. Y con ella dentro de mí entendí la frivolidad de mis aficiones
por las cosas que pasan.
Durante 24 horas Ella
permaneció como altar sosteniendo a la Victima: ‘Virgo altare Cristi’. Mi alma
era su aposento: el templo. Pero, después de 24 horas, la participación en su
angustia y el amor por Ella realizaron como una unidad entre Ella y el alma, y
pareció como si Ella se convirtiese en mi alma: ya no era Ella mi huésped, sino
yo el huésped de Ella; y llegué a exclamar: “Ya no vivo yo, sino que vive María
en mí”.
Su presencia había
virginizado, por así decir, mi alma, marianizando mi persona. El Yo parecía
muerto, y en su lugar había nacido María. Y ya no sentía la necesidad de
levantar los ojos a las efigies de las calles, ni a las imágenes de María; me
bastaba y me basta con clavar los ojos del alma dentro de mí para distinguir,
en lugar del ídolo sórdido y grotesco habitual, a la toda hermosa: la Madre del
Amor Hermoso. E incluso este pobre cuerpo dolorido me parecía como una especia
de catedral donde María, con Jesús muerto, evoca al Esposo, el cual convoca a
la Trinidad.
Si no soy el último
miserable, debe hacerme santo: estar en armonía con esta realidad. ¿Acaso no
había decidido que este año fuera el año de la santificación, esto es, de la
entronización de Dios en el lugar del Yo?".
GIORDANI,
Diario del 6.10.57, en “Diario de fuego”. ED. Ciudad Nueva, Madrid 2007 p.
131-132)
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FUENTE
"ROSARIO MEDITADO CON IGINO GIORDANI", Político y padre familia
italiano. (1894-1980). Actualmente está en curso su proceso de beatificación.
Publicado
en España por la Fundación
Igino Giordani. Publicado originalmente en Piccolo, Genaro (ed. lit.):
El rosario meditado con Igino Giordani. Queda prohibida la reproducción total o
parcial del texto, por cualquier medio o procedimiento, sin el consentimiento
por escrito de la Fundación Igino Giordani.
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