FUENTE: NOTICIAS ARCHIDIOCESIS DE GRANADA.
El
vicepostulador de la causa de beatificación de los mártires granadinos, D.Santiago Hoces, ha publicado “Los mártires de la Archidiócesis granadina del s.
XX”, un libro que incluye el testimonio de 65 mártires granadinos entre los que
se encuentra D. Cayetano Giménez Martín y sus compañeros mártires, cuya causa
de beatificación ya ha sido aprobada la Santa Sede.
Usted ha publicado 6 libros sobre
mártires, santos y beatos granadinos. ¿Por qué es tan importante esta labor de
promulgación de sus causas de beatificación?
San
Juan Pablo II escribió una carta apostólica, “Novo Ineunte Millennio” en la que
dice que “las iglesias locales hagan todo lo posible por no perder el recuerdo
de quienes han sufrido el martirio, recogiendo para ello la documentación necesaria”.
En España murieron unos 5000 sacerdotes seculares, cerca de 2000 religiosos y
religiosas, 11 obispos y un administrador apostólico, además de los seglares,
durante los años de persecución religiosa en España.
Tampoco
las iglesias locales se habían preocupado por sus santos. Antes de esta carta
apostólica, por ejemplo, realmente el único sacerdote secular canonizado en
España era San Juan de Ávila, y lo fue 300 años después que San Ignacio, San
Juan de Dios o San Francisco de Borja.
¿De qué mártires trata este último
libro?
Este
libro sale ahora de cara a las próximas beatificaciones. Estos 65 mártires
incluyen al grupo de D. Cayetano Giménez Martín y otros 15 compañeros mártires,
pero también trata de 19 ya beatificados en Aguadulce. También se habla de
varios mártires laicos, como los de Turón, o religiosas de pueblos como Alhama
o Adra, además de otros sacerdotes que tuvieron relación con el Seminario San
Cecilio, que por entonces estaba en la plaza Virgen de Gracia.
Al
principio de cada capítulo, pongo la relación que tuvieron esos mártires con el
seminario y con la iglesia Virgen de Gracia.
¿De dónde ha sacado la información?
Tomé
los documentos el Capellán Real de la Capilla Real, D. José Vico Ortega, que él
lo había recibido a su vez de la curia eclesiástica, y que se siguen conservado
en Capilla Real. Además de ello, me he basado en el libro sobre la “positio”
utilizada para la beatificación de los mártires de Almería y de Granada. Hay
varios testimonios sacados de ahí, además de las muchas entrevistas que tuve
con familiares y conocidos.
¿Cuánto tiempo lleva investigando?
La
historia de mi relación con los mártires se remonta a tiempos de D. José Méndez
Asensio, que me encargó ya la tarea de investigación, aunque aun sin
nombramiento oficial. Luego serío en 1999 cuando D. Antonio Cañizares me
designó como vicepostulador de la causa de los mártires. Yo lo he hecho durante
este tiempo con mucho gusto, con mucho esfuerzo y con mucho tiempo porque los
mártires a mí me han dado gran ejemplo contemplando su vida.
¿Con qué ha disfrutado más en este
periodo de creación del libro?
Yo
he disfrutado mucho por el ejemplo que me han dado. Porque nosotros no podemos
darles nada a los mártires, ¡lo tienen todo! Nosotros sí que recibimos de
ellos, porque “la sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos”, que
decía Tertuliano, y a mí me han hecho mucho bien.
El
otro día veíamos a San Ignacio de Antioquía. ¡Ese testimonio es que mueve los
corazones! Nosotros tenemos otra carta preciosa de otro de nuestros mártires,
el de los Ogíjares. Una carta dirigida a su madre en la que dice: “termina de
decirme esta pobre gente. a la que compadezco y perdono de todo corazón, que si
quiero salvar mi vida tengo que casarme y que, si no lo hago, me matan. Pero
yo, pensando, no en esta vida sino en la otra, que es la verdadera, les he
contestado que prefiero morir antes que renegar de nuestra religión”. O sea,
una carta preciosa. Estas cosas nos hacen mucho bien a nosotros, al que lo lea,
al que lo conozca.
¿Hay alguna historia de las que ha
contado en este libro que le ha tocado un poco más?
Por
la dureza y el sufrimiento tan terrible, creo que los mártires de Turón. De los
mártires de Turón lo he tomado de un maestro nacional, ¡y es terrible! Son los
que más me han impresionado.
¿Siempre hay constancia de que un mártir
muere perdonando?
Hay
testimonios explícitos de varios. Uno de los que murieron en Almería, que
estaba con un religioso de las escuelas cristianas, y le decía: “qué cosa tan
grande sería el martirio”. Otro que le escribía a unas monjas que él atendía,
“el martirio no lo merezco, pero lo deseo”.
Hay
muchos testimonios explícitos perdonando a los verdugos y otros implícitos,
porque sabían que los mártires mueren perdonado. Rezaban todos los días en el
rosario el Padre Nuestro, en el que decía “perdona nuestras ofensas como
también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”, que es lo mismo que el
Señor dijo en el calvario: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”.
Ignacio Álvarez
Secretariado de Medios de Comunicación
Social
Arzobispado de Granada
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