“Felices los mansos, porque ellos heredarán la tierra”
Queridos
hermanos y hermanas:
En la
catequesis de hoy abordamos la bienaventuranza que dice: «Felices los mansos,
porque ellos heredarán la tierra» (Mt 5,4). Cuando decimos que una persona
es “mansa” nos referimos a que es dócil, suave, afable, a que no es violenta ni
colérica. La mansedumbre se manifiesta sobre todo en los momentos de
conflicto, cuando estamos “bajo presión”, cuando somos atacados, ofendidos,
agredidos. Nuestro modelo es Jesús, que vivió cada momento, especialmente su
Pasión, con docilidad y mansedumbre.
Esta
bienaventuranza afirma también que los mansos “heredarán la tierra”. No la
poseen ni la conquistan, la heredan. Esta tierra es una promesa y un don
para el Pueblo de Dios. Esta “tierra” es el Cielo, hacia donde caminamos como
discípulos de Cristo, promoviendo la paz, la fraternidad, la confianza y la
esperanza.
También
podemos considerar lo contrario de vivir esta bienaventuranza y preguntarnos
acerca del pecado de la ira. La ira es lo contrario de la mansedumbre. En
un momento de cólera, de ira, se puede destruir todo lo que se ha construido;
cuando se pierde el control, se olvida lo realmente importante, y esto puede
arruinar la relación con un hermano, muchas veces sin remedio. En cambio, la
mansedumbre conquista los corazones, salva las amistades, hace posible que se
sanen y reconstruyan los lazos que nos unen con los demás.
Saludos:
Saludo
cordialmente a los peregrinos de lengua española, venidos de España y de
Latinoamérica. Pidamos al Señor que nos ayude a ser mansos y humildes de
corazón, y a reconocer los momentos en que perdemos la calma para que, con la
gracia del Señor, podamos volver a encontrar y a construir la paz. Que Dios los
bendiga.
AUDIENCIA GENERAL PAPA FRANCISCO
Aula Pablo VI
Miércoles, 19 de febrero de 2020
FUENTE: VATICAN_VA
CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO SOBRE LAS BIENAVENTURANZAS.
CATEQUESIS:
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