“Dichosos
los que tienen hambre y sed de justicia,
porque serán saciados”
Catequesis
sobre las bienaventuranzas: 5. Bienaventurados los que tienen hambre y sed
de justicia
Queridos
hermanos y hermanas:
Nuestra
reflexión de hoy nos lleva a considerar la bienaventuranza: «Dichosos los que
tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados», que no se refiere a un
deseo genérico sino a una exigencia vital, cotidiana de todo ser humano: la
necesidad de nutrirse para sobrevivir.
Pero
aquí se habla de hambre y sed de justicia. ¿Qué quiere decir hambre y sed de
justicia? No es la sed de venganza, tampoco es sólo el dolor de los pobres y de
los oprimidos, que Dios conoce bien y que no le es indiferente. Es una justicia
más grande, más grande que el derecho humano a la equidad, la verdad y la justicia
social, más grande también que la perfección personal. Se trata de la justicia
que viene de Dios: de esa inquietud, de ese anhelo que está presente en lo más
hondo del corazón, aún en el corazón del más corrupto y alejado del Señor.
Es la
sed de bien, de verdad, que el mal no puede borrar. Es la sed de Dios,
suscitada por el Espíritu Santo, que todos llevamos en lo más íntimo de nuestro
ser, y que san Agustín nos recuerda cuando escribe: «para ti nos has hecho,
Señor, y nuestro corazón está inquieto hasta que no descanse en ti».
Saludos:
Saludo
cordialmente a los fieles de lengua española. Pidamos al Señor Jesús que nunca
nos haga faltar el agua viva del Evangelio, única capaz de saciar nuestra sed
de Dios, y nos conceda también su Espíritu Santo para poder cumplir la voluntad
del Padre, con un corazón lleno del amor de Dios y bien dispuesto al servicio
de los hermanos. Que Dios los bendiga.
AUDIENCIA GENERAL PAPA FRANCISCO
Biblioteca del Palacio Apostólico
Miércoles, 11 de marzo de 2020
FUENTE: VATICAN_VA
CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO SOBRE LAS BIENAVENTURANZAS.
CATEQUESIS:
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