Mártires de España
Fuente: Catholic.net
El papa Francisco recibió, el 14 de 2016, al
prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, cardenal Ángelo
Amato, y autorizó la promulgación del decreto papal que reconoce el martirio y
permitirá beatificar a José Álvarez-Benavides y de la Torre y de otros 114
compañeros asesinados por «odio a la fe» entre 1936 y 1938, una causa promovida
por la diócesis de Almería, donde fueron asesinados, aunque mucho de ellos eran
clérigos traídos prisioneros desde otras zonas de Andalucía.

El 13 de septiembre de 1936 fue asesinado en
el pozo de Cantavieja, en el paraje llamado de la Contraviesa, en el término
municipal de Tahal.
De gran cultura histórica, empezó una
"Historia de Almería" y un Episcopologio que no pudo acabar.
Confeccionó un “Índice alfabético por materias de los fondos del Archivo”
(1908) bastante completo que ha ayudado a muchos historiadores posteriores que
acuden a este archivo. Donó gran parte de su biblioteca personal y archivo a la
Catedral y al Seminario. En el archivo catedralicio se conservan tres legajos,
bajo el título de "Papeles de Benavides", con apuntes, sermones,
noticias históricas, fotografías..., que aún no se han clasificado
convenientemente.
El Deán José Álvarez-Benavides está
acompañado por 94 clérigos (sacerdotes diocesanos y algunos franciscanos y
operarios diocesanos) y 20 seglares, de los cuales dos son mujeres.
De entre los clérigos podemos nombrar a modo
ilustrativo a tres párrocos que murieron juntos:
José Gómez
Matarín era párroco de Íllar, de
gran piedad mariana y eucarística, y no dejó ninguna posesión material. Se
refugió unas semanas en un cortijo en la Sierra de Montenegro, junto con el
párroco Ángel Noguera, pero fue detenido en agosto de 1936 y llevado al
barco-prisión Astoy Mendi. Sus restos descansan en el Valle de los Caídos.
Ángel
Noguera Gallegos nació
en una familia pobre, con un padre enfermo, y le fue difícil perseverar en el
seminario de Granada. Párroco de Alboloduy, dedicaba mucho tiempo a confesar,
atendía a los pobres y era muy devoto de la Virgen. Le quemaron la iglesia el
24 de julio de 1936. Los milicianos le dieron 24 horas para abandonar el
pueblo, y se escondió con José Gómez Matarín en un cortijo la Sierra de
Montenegro, pero finalmente acabaron arrestados. Pasó por la cárcel de los
milicianos en el Convento de las Adoratrices y por el barco prisión Astoy
Mendi. Su hermana reconoció su cadáver en el Pozo de la Lagarta.
Eduardo
Romero Cortés era párroco de Bentarique
desde 1911, volcado en la catequesis y los pobres. Apresado el 12 de agosto de
1936, pasó por las mismas cárceles que Noguera y fue asesinado (como los dos
anteriores y otros 15) en la noche del 30 al 31 de agosto en el Pozo de la
Lagarta tras torturas y vejaciones. Los colocaban al borde del pozo, les
disparaban y caían hasta el fondo. Luego les arrojaban piedras y cal viva para
evitar que alguno sobreviviera.
En este grupo encontramos también la
gitanilla Emilia Fernández
Rodríguez, nacida y bautizada en la parroquia de Santa María de Tíjola el
13 de abril de 1914 y fallecida el 25 de enero de 1939, a los 23 años, en la
cárcel de Gachas Colorás de la ciudad de Almería. Fue detenida para cumplir
condena de seis años, junto a su esposo, por negarse éste último a ir a la
guerra.
En aquella cárcel de mujeres un grupo de
presas rezaban a escondidas el rosario. Ella le pide a sus compañeras le
enseñen a rezar el rosario.
Dolores del Olmo fue la que hizo de
catequista y le enseñó a rezarlo. Los responsables de la cárcel se enteran de
las reuniones e interrogan a Emilia, pero ella no cede ante las presiones
porque habría represalias y la recluyen en una celda de aislamiento, abandonada
a su suerte. Dio luz a una niña y por la debilidad que tuvo en esos días de
aislamiento al final falleció. La enterraron en el cementerio de Almería en una
fosa común.
De esta forma, este homenaje se rendirá a
personas que murieron por vivir su fe y el Papa ha pensado que ya era momento
para que sean beatificados como merecen. Historias de personas que forman parte
de esta provincia almeriense y que han dejado su huella en la religión
practicada en Almería.
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