Una pastoral en clave misionera no se obsesiona por la
transmisión desarticulada de una multitud de doctrinas que se intenta imponer a
fuerza de insistencia. Cuando se asume un objetivo pastoral y un estilo
misionero, que realmente llegue a todos
sin excepciones ni exclusiones, el
anuncio se concentra en lo esencial, que es lo más bello, lo más grande, lo más
atractivo y al mismo tiempo lo más necesario. La propuesta se simplifica,
sin perder por ello profundidad y verdad, y así se vuelve más contundente y
radiante.
Exhortación Apostólica “La alegría del Evangelio” (nº 35)
Papa Francisco.
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