Ellos ya son de
Dios
Hace
unos días compartíamos la actualidad del martirio, no es algo que ocurrió, sino
que ocurre cada día, allí donde la intransigencia y el odio es la tónica dominante.
Donde no se acepta al diferente, al que piensa distinto de nosotros, los hemos
visto sufrir y morir a nuestro alrededor, muchas veces hasta televisado.
Podemos
sufrir con el que sufre, llorar con el que llora… pero ¿cómo explicarles la
razón de nuestra fe, la razón de nuestra vida… que creemos en Alguien, que
vivimos por Alguien. ¿Cómo hablarles a los hombres de Dios?.
La imagen es de FANO, tomada de la RED |
En el material de los Cursos de
Formación al Matrimonio y a la Vida de Familia, en uno de los temas de los
novios, precisamente en el que se les empieza a presentar el plan de Dios sobre
el matrimonio, este es el relato que se les propone:
Diálogo entre un recién convertido a
Cristo y un amigo no creyente
- - ¿De modo que te has convertido a Cristo?
- Sí
- Entonces sobrás mucho sobre él. Dime: ¿en qué país nació?
- No lo sé
- ¿A qué edad murió?
- Tampoco lo sé
- ¿Sabrás al menos cuántos sermones pronunció?
- Pues no… No lo sé
- La verdad es que sabes muy poco, para ser un hombre que afirma haberse convertido a Cristo…
- Tienes toda la razón. Y yo mismo estoy avergonzado de lo poco que sé acerca de Él. Pero sí se algo: hace tres años, yo era un borracho. Estaba cargado de deudas. Mi familia se deshacía en pedazos. Mi mujer y mis hijos temían como un nublado mi vuelta a casa cada noche. Pero ahora he dejado la bebida; no tengo deudas; nuestro hogar es un hogar feliz; mis hijos esperan ansiosamente mi vuelta a casa cada noche. Tod esto es lo que ha hecho Cristo por mí. ¡Y esto es lo que se de Cristo!.
- Sí
- Entonces sobrás mucho sobre él. Dime: ¿en qué país nació?
- No lo sé
- ¿A qué edad murió?
- Tampoco lo sé
- ¿Sabrás al menos cuántos sermones pronunció?
- Pues no… No lo sé
- La verdad es que sabes muy poco, para ser un hombre que afirma haberse convertido a Cristo…
- Tienes toda la razón. Y yo mismo estoy avergonzado de lo poco que sé acerca de Él. Pero sí se algo: hace tres años, yo era un borracho. Estaba cargado de deudas. Mi familia se deshacía en pedazos. Mi mujer y mis hijos temían como un nublado mi vuelta a casa cada noche. Pero ahora he dejado la bebida; no tengo deudas; nuestro hogar es un hogar feliz; mis hijos esperan ansiosamente mi vuelta a casa cada noche. Tod esto es lo que ha hecho Cristo por mí. ¡Y esto es lo que se de Cristo!.
Conocer a Cristo es como un terremoto,
todo lo transforma, nos hace nuevos. Y esto podemos verlo mirando a un mártir:
ellos no están solos ¡ellos ya son de
Dios!
Paco
H.
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