Sueño con una opción misionera capaz
de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el
lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la
evangelización del mundo actual más que para la autopreservación. La reforma de estructuras que
exige la conversión pastoral sólo puede entenderse en este sentido: procurar
que todas ellas se vuelvan más misioneras, que la pastoral ordinaria en todas
sus instancias sea más expansiva y abierta, que coloque a los agentes pastorales
en constante actitud de salida y favorezca así la respuesta positiva de todos
aquellos a quienes Jesús convoca a su amistad. Como decía Juan Pablo II a los
Obispos de Oceanía, «toda renovación en
el seno de la Iglesia debe tender a la misión como objetivo para no caer presa
de una especie de introversión eclesial».
Exhortación Apostólica “La alegría del Evangelio” (nº 27)
Papa Francisco.
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