He aquí el
descubrimiento: ¡Dios es amor, Dios es Padre!
Nuestro corazón
se abre y se eleva.
Se une a Aquél que lo ama, que piensa en todo,
que cuenta hasta los cabellos de nuestra cabeza.
Las
circunstancias alegres o dolorosas
adquieren un significado totalmente nuevo:
todo es previsto y es querido por el amor de Dios.
Ahora nada podrá
darnos miedo.
Se abren camino
una esperanza, una fuerza,
una seguridad jamás experimentadas,
sintiendo el amor de Aquél que, sigue con su providencia,
tanto la gran historia como la pequeña historia de cada uno.
Es un don de Dios
que nos hace exclamar:
"Nosotras hemos creído en el amor".
No hay comentarios:
Publicar un comentario