Natural de la marinera villa de Garrucha,
recibió las aguas bautismales en la Iglesia Parroquial de san Joaquín al cuarto
día de su nacimiento. Niño de gran sensibilidad, manifestó desde siempre una
honda vocación al sacerdocio. Sus cuartillas infantiles aparecen emborronadas
con versos que reflejan su profundo amor a la Madre de Dios.
Tras rechazar las ofertas de su padre para
que estudiara la carrera que deseara, ingresó en el Seminario de Almería en
1913. A sus estudios, brillantísimos, sumó diversos diplomas y premios que
prueban su abnegación al estudio. Desde entonces tuvo fama como orador y
escritor, colaborando con el diario católico La Independencia.
Ordenado presbítero el catorce de junio de
1924 en el Santuario de la Santísima Virgen del Mar de Almería, con gran
regocijo celebró su primera Misa en su Garrucha natal durante la solemnidad de
san Juan Bautista. Coadjutor de Níjar durante tres meses, en octubre llegó a
Fernán – Pérez donde entregaría la totalidad de su ministerio pastoral. Primero
Cura Regente, desde 1930 fue Cura Ecónomo y, finalmente, Cura en propiedad.
Aunque aprobó las oposiciones para ser canónigo catedralicio en 1928, no llegó
a ocupar un sitial en el coro. En 1932 fue nombrado arcipreste de Níjar.
Por la Persecución Religiosa buscó refugio
junto al párroco del Alquián. Los milicianos, al no hallarlo, registraron la
casa de sus padres y los amenazaron. Para alejar el peligro de los suyos, se
presentó él mismo ante sus verdugos el veintiséis de agosto de 1936 y fue preso
en el barco Astoy Mendi. Al ofrecerle la libertad sí se enrolaba en la
propaganda antirreligiosa, contestó: «¡Sí veinte veces naciera sería siempre
sacerdote; el mundo no termina en España!». A sus treinta y cuatro años fue
martirizado en el Pozo de Cantavieja.
FUENTE DIOCESIS DE ALMERIA.
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