FUENTE DIÓCESIS DE ALMERÍA
Bautizado el día siguiente de su nacimiento
en la Iglesia Parroquial de la ciudad veratense, sintió desde pequeño la
vocación al sacerdocio. Para costear sus estudios sus padres debieron
esforzarse mucho. Su padre, don Juan, marchó a trabajar fuera y su madre, doña
Francisca, sirvió en varias casas.
Tras unos primeros estudios en la Preceptoría
de Vera, en 1924 ingresó finalmente en el Seminario de Almería. Ordenado
presbítero el once de junio de 1933, tres meses después fue enviado como
Coadjutor a la Parroquia de Tabernas. Exceptuando cuatro meses de 1934 en que
fue Cura Ecónomo de Senés, sus escasos tres años de ministerio los consagró a
la coadjutoría de Tabernas.
A pesar de su juventud, los taberneros
guardan el precioso testimonio de su vida. De este modo lo recordaba un niño de
entonces: « Era un sacerdote muy querido por el pueblo. Algunas tardes se venía
con los niños y los jóvenes a jugar a la reja. Yo me llevaba muy bien con él.
Era un sacerdote muy piadoso, la Misa la decía con mucha devoción, nos hablaba
mucho de la Virgen, todas las tardes rezaba el Rosario en la iglesia. A los
niños y jóvenes nos daba catequesis, se sentaba a confesar todos los domingos,
nos explicaba el Evangelio y atraía a la gente a Dios. »
Sus escasos veintiséis años no impidieron su
violenta detención el veinticuatro de julio de 1936, siendo apresado en la
cárcel del pueblo y luego enviado a Almería. Junto a los beatos Obispos de
Almería y Guadix fue martirizado el jovencísimo presbítero.
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