jueves, 23 de febrero de 2017

MARTIRES DE ALMERIA (36). SIERVO DE DIOS DON ENRIQUE LÓPEZ RUIZ.


Nacido en tierras granadinas, recibió el Santo Bautismo a los dos días de su nacimiento en la Iglesia Parroquial de san Benito de su pueblo natal. Llamado al sacerdocio, estudió en el Seminario de Granada y allí recibió el presbiterado.
El uno de octubre de 1928 fue nombrado Cura Ecónomo de Nacimiento, a cuya Parroquia de Nuestra Señora de las Angustias dedicó toda su vida ministerial. Su antiguo monaguillo, don Francisco Martínez Parra, recuerda que: « En el pueblo era querido por todos porque a todos nos trataba con dedicación y cariño. Era un verdadero apóstol de Jesucristo; nos animaba a vivir la vida cristiana y nos daba siempre ejemplo con su propia vida. »
Iniciada la Persecución Religiosa, los mismos milicianos quisieron que se marchara del pueblo porque todos lo querían mucho. Él se negó resueltamente a dejar su Parroquia y les dijo: « ¿Quién iba entonces a decir Misa a esta gente? » No tardaron muchos días en violar su propio hogar y detenerlo, sin resistencia alguna por su parte. Ya preso, fue enviado a la ciudad de Almería.

La noche del treinta de agosto de 1936, en el barco Astoy Mendi que había sido convertido en cruel prisión, todos los presbíteros fueron llamados por sus verdugos. Don Bienvenido Ayala contaba que, como no fue pronunciado el nombre del siervo de Dios, éste: «Se puso en pie para identificarse también como sacerdote. Mi tío, que estaba junto a él, le tiraba del pantalón para impedir que se levantara, pero el siervo de Dios le decía que él no se negaba; y añadió: “No puedo, Cristo me llama”. Se puso en pie y se entregó voluntariamente al martirio. » Fue coronado con la gloria del martirio a sus treinta y cinco años de edad.

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