Narila –
Cádiar, 16 de marzo de 1868 – Tahal, 13 de septiembre de 1936
Nacido en tierras granadinas, cursó sus
estudios en el Seminario Conciliar de san Indalecio y fue ordenado presbítero
en 1895. Impulsado por su afán apostólico, marchó a Iberoamérica para ejercer
de misionero y ofrecer al anuncio del Evangelio los primeros frutos de su
sacerdocio.
Tras regresar a Almería en 1898, permaneció
durante tres años como adscrito a la Parroquia de Níjar y durante tres años fue
coadjutor de la Parroquia de Carboneras. Cura Regente de Santa María de Senés
desde 1905 a 1916, ese mismo año marchó a la ciudad de Almería donde entregaría
los últimos años de su ministerio.
Adscrito a la Parroquia de san Pedro de la
ciudad en un primer momento, se le confío la rectoría de la iglesia del Sagrado
Corazón tras la expulsión de los Padres Jesuitas por la II República. Así lo
recordaba un testigo ocular: «El Siervo de Dios practicó activamente la
caridad, siendo un protector de los pobres y gentes sencillas, a las que
ayudaba incluso con fondos propios. Hombre de oración y permanente dedicación a
su ministerio sacerdotal.»
Detenido en su propia casa con gran violencia
el siete de agosto, compartió prisión y martirio con el Siervo de Dios don José
Álvarez Benavides de la Torre. Tenía sesenta y dos años al ofrecer su vida por
Cristo.
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