sábado, 21 de enero de 2017

MÁRTIRES DE ALMERÍA (3). SIERVO DE DIOS DON RAMIRO ARGÜELLES HEVIA

Mieres, 16 de julio de 1871 – Tahal, 13 de septiembre de 1936

La mayor parte de la vida del Siervo de Dios transcurrió en su Asturias natal, formándose en el Seminario Conciliar de Oviedo con gran aprovechamiento. Ordenado presbítero el diecinueve de diciembre de 1896, su ministerio estuvo marcado por su dedicación a la formación seminarística de los futuros pastores del Pueblo de Dios. A sus dilatadas responsabilidades en el Seminario ovetense, unió sus servicios en el Montepío del Clero y en las capellanías del Obispado.
En 1928 llegó a Almería, siendo desde entonces Canónigo Maestrescuela de la S. y A. I. Catedral de la Encarnación. No perdió su entregado servicio a la formación sacerdotal, haciéndose cargo de la prefectura de Estudios y de la enseñanza de varias asignaturas. Su amor y vinculación al Seminario Conciliar de san Indalecio fue tal que, en 1934, lo declaró heredero universal de sus bienes.
Un testigo ocular de sus años almerienses recordaba que: «El Siervo de Dios era un hombre de gran preparación intelectual, de amplia cultura. Tenía estudios especiales sobre latín y temas propios de Religión. Vivía plenamente dedicado a su ministerio sacerdotal. Pasaba muchas horas de confesionario en la Catedral; era director espiritual de muchos fieles.»

La Persecución Religiosa lo sorprendió veraneando en Enix, donde fue delatado. Salvajemente detenido y conducido a Almería, compartió prisión y martirio con el Siervo de Dios don José Álvarez Benavides de la Torre. Contaba sesenta y cinco años de edad al inmolarse por Cristo.

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