De la red |
El bien siempre tiende a comunicarse. Toda
experiencia auténtica de verdad y de belleza busca por sí misma su expansión, y
cualquier persona que viva una profunda liberación adquiere mayor sensibilidad
ante las necesidades de los demás. Comunicándolo,
el bien se arraiga y se desarrolla. Por eso, quien quiera vivir con
dignidad y plenitud no tiene otro camino más que reconocer al otro y buscar su
bien. No deberían asombrarnos entonces algunas expresiones de san Pablo: « El amor de Cristo nos apremia » (2 Co 5,14); « ¡Ay de mí si no anunciara
el Evangelio! » (1 Co 9,16).
Exhortación Apostólica “La alegría del Evangelio” (n.º
9 )
Papa Francisco.
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