Con tan sólo un día de vida fue bautizado en la Iglesia Parroquial
de santa María de su pueblo. En el Seminario de san Indalecio de Almería cursó discretamente
sus estudios. Su pariente, el presbítero don Juan José Muñoz refiere que: «
Pudo ser muy bien maestro de escuela y oficinista de las minas, donde su padre
era el jefe, cuando él estudiaba en el seminario. O sea, que sí salió de una
familia acomodada de aquel tiempo para ser sacerdote, fue por verdadera
vocación y deseos de seguir a Jesús. »
Ordenado
presbítero el diecinueve de diciembre de 1896 en la capilla del Hospital
Provincial de Almería, ejerció piadosamente su ministerio durante cuatro décadas.
Coadjutor de Turre en un primer momento, en 1907 pasó a la coadjutoría de
Antas, en 1916 a la de Tabernas y en 1918 a la de Carboneras. Durante una
década, desde 1925 a 1935, fue Cura Encargado de Sierra Alhamilla. Finalmente
fue nombrado Cura Ecónomo de Bédar.
Su primo, el
presbítero don Juan José Muñoz, contaba que: « Las minas habían venido ya abajo
y el pueblo de Bédar era muy pobre. Y entre todos los pobres, el que más, era
el cura; hasta el punto de que salía a recoger la oliva, que se dejaban en el
suelo después de las faenas, y con eso hacía el aceite que necesitaba para el
Santísimo y para él. »
Antes de ser
apresado por la Persecución Religiosa, salvaguardó el Santísimo y se negó a
renunciar a su sacerdocio. Prisionero por este motivo, fue torturado y obligado
a trabajos forzados. Achacoso a sus sesenta y seis años, el ocho de septiembre
de 1936 cayó desfallecido en la cuesta de La Marina. Los milicianos lo alzaron
y lo amenazaron: « Sí no trabajas te matamos. » El siervo de Dios, cayendo nuevamente
de rodillas, les contestó: « Pues matadme, yo no puedo más; pero s perdono
todo. »
Ese mismo
día, festividad de María Santísima de la Cabeza patrona del pueblo, fue
martirizado el humilde presbítero.
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