La beatificación será el próximo sábado 25 de marzo, en el Palacio
de Congresos de Aguadulce (Almería), en una celebración abierta a todo el que
quiera asistir y que subirá a los altares a 115 nuevos mártires de Almería,
Granada y Guadix
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Durante los pontificados de Pablo
VI y Juan Pablo II estábamos acostumbrados a que las beatificaciones fueran
normalmente en Roma y siempre presididas por el Papa.
Pero esta práctica es muy reciente, se remonta a 1972 y ha perdurado hasta el año 2005, en que Benedicto XVI dispuso que se volviera a la costumbre de siempre: que las beatificaciones tuvieran lugar en las diócesis y presididas por el obispo o un representante del Papa. Y esto por dos motivos: a) subrayar más la diferencia sustancial entre beatificación y canonización; b) implicar más visiblemente a las Iglesias particulares en el rito de beatificación de sus respectivos siervos de Dios.
Pero esta práctica es muy reciente, se remonta a 1972 y ha perdurado hasta el año 2005, en que Benedicto XVI dispuso que se volviera a la costumbre de siempre: que las beatificaciones tuvieran lugar en las diócesis y presididas por el obispo o un representante del Papa. Y esto por dos motivos: a) subrayar más la diferencia sustancial entre beatificación y canonización; b) implicar más visiblemente a las Iglesias particulares en el rito de beatificación de sus respectivos siervos de Dios.
Mientras que la canonización es
la suprema glorificación por parte de la Iglesia de un siervo de Dios elevado
al honor de los altares, mediante un decreto, definitivo y preceptivo para toda
la Iglesia, comprometiendo el magisterio solemne del Romano Pontífice, la
beatificación, en cambio, consiste en la concesión del culto público por medio
de un indulto, limitado a un siervo de Dios, cuyas virtudes en grado heroico, o
cuyo martirio, hayan sido debidamente reconocidos.
La beatificación se lleva a cabo
al comienzo de la celebración de la Santa Misa, después del acto penitencial y
antes del Gloria. El rito comienza con la presentación a la asamblea de los
rasgos esenciales de la biografía de los que van a ser declarados beatos. Por
lo general, esa presentación la hace el obispo diocesano.
A continuación, el representante
del Santo Padre - en el caso de Almería será el cardenal prefecto de la
Congregación para las Causas de los Santos, Angelo Amato- dará lectura oficial
a la carta apostólica con la que el Papa concede el título y los honores de beatos
a los siervo de Dios, con la fórmula tradicional: “...concedemos que los
Venerables Siervos de Dios ...se llame en adelante Beatos y que pueda
celebrarse su fiesta en los lugares y según las normas establecidas por el
derecho, cada año y en el día.... En el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo”. Después continúa la celebración eucarística como de costumbre.
Juan José Toral
Delegado diocesano para las
Causas de los Santos
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