martes, 7 de marzo de 2017

MARTIRES DE ALMERIA (75). SIERVO DE DIOS DON TOMÁS VALERA GONZÁLEZ

Fue bautizado en la Iglesia Parroquial de santa María de Sorbas por el siervo de Dios don Fernando González Ros, mártir también en la Persecución Religiosa. Sus padres, hondos cristianos de gran virtud, lo educaron desde pequeño en el amor a la Eucaristía y a la Santísima Virgen.
Así lo recuerda su hermana doña María Teresa: «Era un niño abierto, alegre, con ganas de vivir, era “un castañuelas”, siempre estaba riendo. Era un buen cristiano, piadoso. Pertenecía al grupo de los Tarsicios en su infancia y después se incorporó a la Adoración Nocturna.»
Comenzados sus estudios en los años difíciles de la República, se afilió a la Acción Católica para dar testimonio de su fe. Al irrumpir la Persecución Religiosa, al tratar los milicianos de incendiar el templo, les dijo: «¡A la iglesia no entra nadie porque yo me pongo por medio!» Por su coraje fue detenido el veintiséis de agosto, pero liberado por su corta edad. Refugiado con su tío, primero en Carboneras y luego en Cuevas del Almanzora, un compañero de estudios lo denunció por «oler a cera».

Durante dos años sufrió prisión en El Ingenio de Almería, distribuyendo su propia comida entre los presos más necesitados. Trasladado a Turón el tres de mayo de 1938, el veinte de mayo lo obligaron a enterrar a otras víctimas. Empleado en tan triste menester, a pesar de sólo tener diecinueve años, recibió la palma del martirio. Selló su vida con este grito: «¡Viva Cristo Rey!».

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