FUENTE DIOCESIS DE ALMERIA.
La Iglesia Parroquial de santa Ana de su pueblo natal acogió su
nacimiento a los tres días de su nacimiento. Criado en una familia piadosa,
dedicados a la agricultura y a la enseñanza, su hermana doña Carmen fue priora
de las Clarisas de Almería y dos de sus sobrinos se ordenaron presbíteros.
Seminarista
primero en Almería y luego en Granada, en esta última ciudad fue ordenado
presbítero el dieciocho de mayo de 1906. Las tres décadas de su ministerio las
entregó a la Taha de Marchena donde había visto la luz primera, comenzando en
la coadjutoría de Instinción. Después fue enviado a Alicún, donde no había más
que las ruinas de la iglesia. Con tesón, en 1911, edificó el nuevo y coqueto
templo actual.
El dieciséis
de mayo de 1913 tomó posesión de Huécija, custodiando celosamente el templo de
santa María de Jesús donde murieron los Mártires de las Alpujarras de 1568. Don
Antonio Payán refería que: « Hablaba con todas las personas, no era orgulloso.
Los niños y mayores lo querían, estaba pendiente de la iglesia y del pueblo. Si
veía que alguien discutía, llegaba él y ponía paz. No tenía vicios, antes bien
era rico en fe, esperanza y caridad. »
Por la
Persecución Religiosa fue expulsado de Huécija, refugiándose en la casa de su
hermana en Íllar. El diecinueve de agosto de 1936 fue detenido y encarcelado en
Alhama de Almería. Su familia, tras entregar mil pesetas, logró su liberación.
Ese mismo día volvieron a detenerlo y lo encerraron en Huécija.
Fue arrojado
de la cárcel al puente de los Calvos en la madrugada del veinticinco de agosto.
Un antiguo feligrés contaba lo ocurrido: « Don Luis llevaba un Crucifijo en la
mano y le dijeron: “Sí escupes el Crucifijo no te matamos”. Don Luis contestó:
“Lo beso”, y así lo hizo, besándolo, delante de ellos con mucho amor y fe. Como
no lo escupía lo asesinaron y Jesucristo lo cogió en sus brazos. » Cincuenta y
tres años tenía al ser martirizado.
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