sábado, 4 de marzo de 2017

MARTIRES DE ALMERIA (58). SIERVO DE DIOS DON MANUEL NAVARRO MARTÍNEZ


Bautizado a los tres días de su nacimiento en la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Rosario de su pueblo natal, la posición acomodada de su familia le permitió iniciar estudios de Medicina y Derecho. Todo lo abandonó a los dieciséis años, para ingresar en el Seminario de Almería y ser ordenado presbítero el doce de octubre de 1904.
Tras celebrar su primera Misa en Tabernas el veintitrés de octubre, fue adscrito a esta Parroquia. En 1905 que se hizo cargo de Castro de Filabres y, en 1908, fue nombrado Ecónomo de Bayarque. En 1911 ocupó la coadjutoría de Tabernas y en 1916 la del Sagrario de Almería. Durante la epidemia de gripe de 1918 fue enviado a Purchena. Cura Ecónomo de Uleila del Campo desde 1919, una dolencia cardíaca forzó su regreso a Almería en 1935 como Coadjutor de san Pedro.
Piadoso celebrante de la Eucaristía, el resto de su tiempo lo empleaba en auxiliar a los pobres y en el cuidado de la familia de una hermana viuda. Los días de Navidad y Corpus Christi, llenaba un coche de alimentos y los repartía a las familias más pobres de la ciudad.
Al estallar la Persecución Religiosa se encontraba en su hogar tomando café con su hermana. Su sobrina – nieta, doña Aurea, narra lo sucedido: « Cuando los milicianos llegaron a casa preguntaron por él y él mismo dijo: “Yo soy, ¿qué queréis de mí? Yo lo único que puedo concederos es el perdón”. Se despidió con amargura de su familia, porque sabía dónde le llevaban y la situación en la que quedaba la familia con la casa totalmente deshecha porque ya había sido previamente saqueada. Por referencias que tengo de mi madre fue torturado previamente en las orejas y en la nariz, en el cementerio de Almería. »

Recibió la corona martirial a los cincuenta y seis años de edad, el mismo día en que se cumplía el trigésimo segundo aniversario de su primera Misa.

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