FUENTE
DIÓCESIS DE ALMERÍA
Fue bautizado a los seis días de su nacimiento en la
Iglesia Parroquial de san Nicolás de Bari de su pueblo natal. Siguiendo los
pasos de su hermano y guiado por su Párroco, el siervo de Dios don Luis Eduardo
López y Gascón, ingresó en el Seminario de san Indalecio en 1903. Fue ordenado
presbítero el once de abril de 1914 en la capilla del Palacio Episcopal de
Almería.
Entre 1914 y 1923 ocupó la coadjutoría de la
Parroquia de Santiago, además de encargarse de la Parroquia de san Antonio
durante la epidemia de gripe de 1918. En 1923 fue nombrado Cura Ecónomo de san
Antonio de Almería. El veinticuatro de junio de 1926, tras brillantes
oposiciones, tomó posesión del beneficio de Maestro de Ceremonias de la Catedral
almeriense. Los Prelados le encomendaron muchos oficios en la Curia, en el
Seminario y en la pastoral diocesana. Cuando la República expulsó a los
Jesuitas, le confiaron la rectoría del templo del Sagrado Corazón.
Apóstol de la infancia y de la juventud, llegó a
organizar sesiones de cine en la Catedral para atraer a los más pequeños. Con
igual fin fundó, en 1928, la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Victoria en
su Entrada Triunfal a Jerusalén y Nuestra Señora de la Paz que continúa
protagonizando una de las más entrañables procesiones almerienses.
Denunciado por su condición de presbítero, fue
detenido el diez de noviembre de 1936 y torturado en la cárcel. Don Antonio
Pumarola Bueno, que coincidió con el siervo de Dios en prisión cuenta que: « Me
acerqué a él en cuanto pude y con la mayor prudencia. Me dijo que era el primer
que estaba allí; entre idas y venidas con nuestros carros cargados de piedras
hablamos y me confesó, tomando como era natural todas las preocupaciones
posibles. Recuerdo que al terminar me dijo: “Qué pena que tú no puedas
confesarme a mí”. »
El odio de la Persecución Religiosa lo llevó al
martirio en la madrugada de la Purísima junto a la chimenea del Ingenio. Tenía
cuarenta y cinco años.
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