miércoles, 1 de marzo de 2017

MARTIRES DE ALMERIA (44). SIERVO DE DIOS DON AGUSTÍN SABATER PAULO O.D.

FUENTE DIÓCESIS DE ALMERÍA

Fue bautizado a los cuatro días de su nacimiento en la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción de su ciudad natal, en la provincia de Castellón. Seminarista de Tortosa, recibió la ordenación presbiteral el veintitrés de diciembre de 1905.
El doce de agosto de 1907 ingresó en la Hermandad de Operarios Diocesanos y fue prefecto de disciplina del Seminario de Ciudad Real. Igual responsabilidad ocupó en el de Badajoz durante los cuatro años siguientes. En 1911 fue destinado al de Almería como administrador y prefecto, ganándose la admiración de los seminaristas por veinticinco años.
Don Andrés García Angulo, seminarista por entonces, recordaba que: «Su despacho siempre estaba abierto y frecuentado por muchos alumnos que entraban allí buscando en don Agustín consejo, dudas de clase, ayuda material. Su bondad y sencillez hacía fácil el acceso a él. Se veía piadoso, hombre de fe. »
También era seminarista en aquella época don Gonzalo Rodríguez Martínez, que rememoraba así lo sucedido al estallar la Persecución Religiosa: «Don Agustín se levantó y dijo: “Lo primero, el Santísimo”. Marchamos todos a la Capilla y don Agustín abrió el sagrario y sollozando consumió las Sagradas Formas. Después todos se abrazaron y salimos a la calle. »

Ese mismo día don Juan Viciana, proveedor del Seminario, lo ocultó en su propia casa. Su hija recuerda que: «Cuando llevaba una semana en casa, se presentó el cocinero del Seminario con dos milicianos para llevárselo. El siervo de Dios con mucha paz se puso su capa, se despidió de nosotros y los acompañó con mucha entereza; no se amedrantó. » Diez días después, a sus cincuenta y tres años, recibió la palma del martirio.

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