Dos años mayor que su hermano, el siervo de Dios don Antonio,
recibió las aguas bautismales un día después de su nacimiento en la Iglesia
Parroquial de santa María de su ciudad natal. Como dos de sus hermanos, estudió
en el Seminario de san Indalecio de Almería con gran aprovechamiento.
Fue ordenado
presbítero el cuatro de junio de 1909, sirviendo a la Iglesia durante
veintisiete años. En 1914 le ordenaron servir la coadjutoría de Turre, tomando
posesión un año después de la Parroquia de santa María de Castro de Filabres.
Allí transcurrió su ministerio, hasta que fue a ayudar a su hermano a la
Parroquia de Lubrín.
Ambos
hermanos, siendo el siervo de Dios don Antonio el Párroco y el siervo de Dios
don José el Coadjutor, desarrollaron un piadoso ministerio. Además, al siervo
de Dios lo nombraron Cura Ecónomo del Marchal de Lubrín. Su sobrino refiere
que: « La gente lo recuerda con mucho cariño, tanto a él como a su hermano.
Tenía fama de bueno y excelente sacerdote.»
Durante la
Persecución Religiosa sufrió junto a su hermano de sangre y de sacerdocio,
compartiendo penalidades y animándose mutuamente. Al final, ya que lo precedía
por nacimiento, también lo precedió por unos minutos en el martirio. Tenía
cincuenta y un años al recibir la corona de los Mártires.
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