viernes, 10 de marzo de 2017

MARTIRES DE ALMERIA (87). SIERVO DE DIOS DON MANUEL ALCAYDE PÉREZ


Bautizado en la Iglesia Parroquial de la Anunciación de su pueblo natal, estudió discretamente en el Seminario de san Torcuato de Guadix. El veintitrés de septiembre de 1893 fue ordenado presbítero en el Santuario de la Santísima Virgen del Mar de Almería.
El presbítero Gallego Fábrega resume así su ministerio: « El Obispo de Guadix le confío diversas misiones pastorales, pero la que de manera especial marcó toda su actividad apostólica fue la coadjutoría de Fiñana. La catequesis en las once barriadas del pueblo y la misma estación, fueron testigos mudos de la asiduidad y cuidado pastoral. El culto en las diversas ermitas y la atención a los enfermos en la que los sucesivos párrocos de Fiñana encontraron un fiel y seguro colaborador. »
Su antigua feligresa doña Francisca Salmerón señala su actitud ante la Persecución Religiosa: « En los momentos difíciles no se acobardó. Una sobrina suya vino desde Barcelona con ánimo de llevarlo con ella y que allí pasara inadvertido y libre de peligro, pero el siervo de Dios le contestó que no tenía nada que temer, que no había hecho nada malo. Dijo que tenía que dar su vida por Cristo. »
El diecisiete de septiembre de 1936 fue detenido y escarnecido en la plaza del pueblo, sufriendo una cruel prisión. De madrugada junto a su Párroco, el siervo de Dios don Melitón Martínez Gómez, fue subido en un coche y llevado a la cuesta de la Reina. Al apearse del vehículo dijo a su compañero: « Se han cumplido nuestros días y horas; me consuela que muramos juntos. »

Como los milicianos rechazaron sus súplicas para no fusilar al Párroco, pidió morir antes para no presenciar la ejecución. Así recibió el martirio de un machetazo, a sus sesenta y siete años, el humilde Coadjutor de Fiñana.

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