martes, 14 de marzo de 2017

MARTIRES DE ALMERIA (110). SIERVO DE DIOS DON JOSÉ MARÍA RUANO LÓPEZ


Nacido en una humildísima familia almeriense, fue bautizado en la Iglesia Parroquial de san Antonio de la ciudad. Cuando su padre, jornalero, entró a trabajar como portero del Manicomio entraron en contacto con las Hijas de la Caridad. De esta manera, conforme aumentó su devoción a la Virgen Milagrosa, despertó su vocación e ingresó en el Seminario de san Indalecio en 1905.
El Obispo don Vicente Casanova y Marzol, el dieciocho de mayo de 1916, lo ordenó presbítero en Almería. El primer año de su ministerio fue enviado a Bayarque, donde fue Cura Ecónomo por tres años. En 1920 fue nombrado Cura Regente de Lucainena de las Torres. Once años después llegó a Bédar, pero en julio de 1931 tomó posesión de la Parroquia de Benahadux.
Un colaborador suyo, don Antonio Rodríguez, recordaba que: « En los años en que residió en Benahadux, la tranquilidad tenía sus variantes, y sobre todo, porque estaban en explotación las minas de azufre, donde había gente de izquierdas que se metían con nosotros. Nos prohibían el toque de campanas, nos multaron al sacristán y a mí, prohibieron hacer procesiones, y algunas veces nos molestaron aún dentro de la iglesia. »
Apresado al inicio de la Persecución Religiosa, fue encarcelado en el Cuartel de Milicias donde fue sometido a una tortura diaria. Todas las tardes trataban de hacerle blasfemar, obligándole a entonar canciones para mermar su voluntad.

El siete de octubre de 1936 anudaron una soga a su cuello y, suspendido en el aire, recibió una brutal paliza. Al día siguiente fue arrojado a un coche y llevado a la carretera de Murcia, a unos trescientos metros de Rioja. Cuando recibió los primeros tiros de su martirio, a sus cuarenta y ocho años, cerró sus labios invocando a la Santísima Virgen: « Dios te salve... »

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