Bautizado el mismo día de su
nacimiento en la Iglesia Parroquial de san Ramón Nonato de su pueblo, ingresó
en 1889 en el Seminario de Almería. El nueve de junio de 1900 fue ordenado
presbítero y enviado a la coadjutoría de Cantoria. Tras cinco años fue nombrado
Coadjutor de Vera.

Quisieron prohibirle ejercer su
ministerio con la Persecución Religiosa, pero contestó: «Sí alguien viene a
bautizar a su hijo, o vienen a casarse porque quieren, mi obligación es
atenderles, porque soy sacerdote. » Fue detenido en las primeras horas del uno de
septiembre de 1936, a sus cincuenta y nueve años, y preso en La Alfoquía.
Liberado a las pocas horas, su
sobrina recordaba que: «Al llegar a casa nos dijo: “De esta nos hemos librado,
veremos que sucede la próxima vez”. Por la tarde, a las cinco más o menos,
fueron a buscarlo nuevamente a casa y ya no volvió. Lo llevaron, junto con
otros cuatro sacerdotes, a los pozos de Tabernas. Según contaron a mi cuñado
unos vecinos de Tabernas, todos murieron gritando: ¡Viva Cristo Rey!” »
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