FUENTE DIÓCESIS DE ALMERÍA
Bautizado
en la Iglesia Parroquial de san Sebastián de su ciudad natal, sus padres
trabajaban en la confección de alfombras de esparto con honda piedad cristiana.
En
1886 ingresó en el Seminario de san Indalecio, donde a la par de su vocación
sacerdotal desarrolló una carrera intelectual que no abandonó nunca y difícil
de resumir. Bachiller en Arte por el Instituto Provincial de Almería, fue
Doctor de Teología y Derecho Canónico por el Seminario de Granada. En la
Universidad de aquella ciudad se licenció en Filosofía y Letras, doctorándose
en Derecho Civil y Ciencias Históricas. En 1908 fue nombrado miembro de la Real
Diputación Arqueológica y Geográfica Príncipe Alfonso. Dedicado también a la
docencia, impartió clases en el Seminario, en el Instituto General y en la
Escuela de Magisterio.
Ordenado
presbítero el diecinueve de diciembre de 1896 en la capilla del Hospital
Provincial, ocho días después celebró su primera Misa en el Santuario de la
Santísima Virgen del Mar de Almería. Capellán del Hospital Provincial por tres
años, fue nombrado Capellán de Honor de Su Majestad en 1900. Entre 1902 y 1911
fue Cura Párroco de Lubrín. Tras permanecer año y medio como Párroco y
Arcipreste de Gérgal, pasó a ser Párroco del Sagrario de Almería en 1912. El
uno de junio de 1914 tomó posesión de una canonjía de la Catedral de la
Encarnación. Como Canónigo Magistral predicó importantes sermones y los Obispos
le confiaron varias tareas.
Ya
que se negó a ocultarse al iniciarse la Persecución Religiosa, los milicianos
se presentaron en su casa el doce de agosto de 1936. Él, antes de ser llevado a
prisión, les dijo: «Sí es la voluntad de Dios, aquí estoy. » El martirio le
alcanzó a los sesenta y tres años de edad. Su sobrina cuenta que: «Antes de
arrojarlo al pozo le saltaron los ojos, y como mi tío a este ultraje respondió
diciendo: “Todavía tengo lengua para bendecir a Dios”, le cortaron la lengua.»
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